Pruebas ortopédicas
Enviado por Alexis Moguel González • 27 de Enero de 2017 • Documentos de Investigación • 2.926 Palabras (12 Páginas) • 372 Visitas
BIOMECÁNICA DE MIEMBROS INFERIORES
PRUEBAS ORTOPÉDICAS
PRUEBA DE ABDUCCIÓN ADUCCIÓN (PRUEBA VALGO-VARO)
Con esta prueba se valora la presencia de un posible desequilibrio lateral interno y externo de la rodilla.
Posición del paciente
En decúbito dorsal, en una posición relajada con las rodillas extendidas y los brazos reposando sobre la camilla a lo largo del cuerpo.
Posición del terapeuta
De pie, en el mismo lado de la articulación de la rodilla a evaluar en finta adelante a la altura de las tibias del paciente en dirección craneal orientado hacia este. Toma un contacto con ambas manos abarcando el tercio proximal de la tibia, de tal forma que los pulgares reposen sobre la parte anterolateral de la línea interarticular femorotibial y el resto de dedos contactan con la parte posterior de la rodilla. La porción distal de la tibia y el borde lateral del pie se encuentran en contacto con el abdomen del terapeuta, quien estabiliza la pierna con el antebrazo.
Ejecución del test
Con sus manos en contacto con la interlínea articular de la rodilla del paciente para fijar la zona distal entre el antebrazo y el abdomen, el terapeuta realiza un bostezo articular primero en valgo y luego en varo, palpando la laxitud ligamentosa con ambos pulgares.
Interpretación del test
La rodilla del paciente se encuentra estable si el bostezo articular hacia valgo se realiza sin ninguna alteración del ligamento lateral interno ni de ninguna otra estructura. En el bostezo articular hacia varo, con la rodilla flexionada unos 20° aproximadamente, pueden influir en el diagnóstico el ligamento cruzado anterior y el tendón del músculo poplíteo, por lo que hay que tener en cuenta el grado de apertura articular y compararlo siempre con la pierna sana para ver la elasticidad ligamentosa que presenta el paciente.
PRUEBA DEL CAJÓN ANTERIOR
Esta prueba se utiliza para valorar una afectación del ligamento cruzado anterior.
Posición del paciente
En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y con la cadera y la rodilla del lado a valorar en flexión, de tal forma que la planta del pie homolateral reposa sobre la camilla.
Posición del terapeuta
En sedestación sobre el dorso del pie del lado a valorar en dirección craneal. Toma un contacto con ambas manos abarcando el tercio proximal de la tibia, de tal forma que los pulgares reposen en la parte anterior de la misma sobre la interlínea articular femorotibial y el resto de dedos se entrecruzan en el hueco poplíteo.
Ejecución del test
El terapeuta lleva a cabo una tracción anterior de la tibia del lado a valorar del paciente, de forma que genere un desplazamiento anterior de la misma con respecto al fémur. Hay que solicitar al paciente que permanezca en una posición relajada, para que se mantenga la musculatura isquiotibial y el músculo cuádriceps sin tensión alguna.
Interpretación del test
Si el terapeuta percibe durante el desarrollo de la maniobra un desplazamiento anterior anormalmente aumentado de la tibia con respecto al fémur, se puede pensar en una posible alteración o rotura total o parcial del ligamento cruzado anterior. En este caso se dice que la prueba es positiva.
PRUEBA DE SLOCUM
Esta prueba se utiliza para evaluar la estabilidad anterior, lateral y medial de la articulación femorotibial.
Posición del paciente
Tumbado de lado con la pierna a evaluar arriba, con el miembro en contacto con la camilla en flexión de cadera y rodilla para dar estabilidad al paciente, y la pierna a valorar con la rodilla extendida. Una posición alternativa permite llevar a cabo la prueba en decúbito dorsal, con el miembro inferior a valorar en flexión de rodilla y cadera, de tal forma que la planta del pie homolateral repose sobre la camilla.
Posición del terapeuta
De pie, a la espalda del paciente en finta doble a la altura de las rodillas orientado hacia este. Toma contacto con la mano craneal sobre la porción lateral del tercio distal del fémur del lado a valorar. La otra mano abarca el extremo craneal de la tibia por su parte externa. Si el paciente se encuentra en decúbito dorsal, el terapeuta se sitúa sentado sobre el dorso del pie del lado a valorar.
Ejecución del test
A través de su contacto inferior, el terapeuta induce un desplazamiento anterior de la tibia con respecto al fémur y cierta compresión hacia la camilla, generando un estrés al valgo de rodilla. Seguidamente y sin modificar estos parámetros, el terapeuta lleva a cabo un movimiento primero de rotación interna de tibia de unos 30° y luego de rotación externa de tibia de 15°.
Interpretación del test
Si el terapeuta percibe durante el transcurso de la prueba un movimiento de subluxación anterior del fémur con respecto a la tibia, se puede pensar en una posible afectación del ligamento cruzado anterior. En este caso se dice que la prueba es positiva. Esta subluxación anterior del fémur se produce en una posición de rodilla cercana a la extensión, de forma que dicha subluxación queda reducida cuando se lleva la pierna a flexión. Si existe un desplazamiento anterior anormalmente aumentado de la tibia con respecto al fémur cuando se lleva a cabo la prueba en rotación interna de la misma, se puede pensar en una posible afectación de los elementos estabilizadores antero externos de la rodilla. Si por el contrario la alteración se encuentra en rotación externa, se puede pensar en una afectación de los elementos estabilizadores antero internos.
PRUEBA DE TRACCIÓN Y PRESIÓN DE APLEY (GRINDING TEST)
Esta prueba se utiliza para valorar una posible afectación de los meniscos. Fue diseñada para explorar el cuerno posterior del menisco interno; no obstante, conociendo la biomecánica meniscal, se puede adaptar con el fin de evaluar los cuatro cuernos de los meniscos.
Posición del paciente
En decúbito ventral con la rodilla del lado a valorar en flexión de 90°, de tal forma que la planta del pie homolateral se encuentre orientada hacia el techo.
Posición del terapeuta
De pie, en el mismo lado de la rodilla que se valora en finta doble a la altura de esta, orientado hacia el paciente. Toma un contacto con la mano inferior sobre la planta del pie del lado a evaluar. La otra se sitúa sobre la porción posterior del tercio distal del muslo homolateral, bloqueándolo.
Ejecución del test
A través de su contacto de la mano caudal, el terapeuta ejerce un movimiento de rotación en la rodilla del paciente hacia un lado y hacia el otro. Seguidamente, procede a llevar a cabo una compresión hacia la camilla del pie del paciente con la mano caudal y, sin modificar el parámetro de compresión, realiza rotaciones internas y externas de la tibia del mismo lado.
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