Psicología
Enviado por Erly18 • 9 de Diciembre de 2013 • 2.962 Palabras (12 Páginas) • 213 Visitas
- ¿Qué significa evaluar en psicología?
-Popularmente, el término "evaluar" en psicología se asocia a la aplicación de tests, cuestionarios y otros instrumentos con los que los psicólogos efectuamos un psicodiagnóstico. Evidentemente, la evaluación es un proceso mucho más complejo que requiere además, por parte del profesional, el estudio, integración e interpretación de la diferente información recogida para efectuar el diagnóstico psicológico.
-Según definición de Fernandez Ballesteros (1.983), la Evaluación Psicológica: "es aquella disciplina de la Psicología que se ocupa del estudio científico del comportamiento (a los niveles de complejidad necesarios), de un sujeto o de un grupo de sujetos determinado, en su interacción recíproca con el ambiente físico y social, con el fin de describir, clasificar, predecir, y, en su caso, explicar su comportamiento".
-La evaluación o psicodiagnóstico es el paso previo para construir la intervención o tratamiento psicológico ante un trastorno clínico.
2- Objetivos de la Evaluación
1- Conocer las causas y factores que intervienen en el origen, desarrollo y configuración del problema. Identificar los factores de riesgo en su entorno familiar-escolar y social.
2- Conocer el desarrollo psicobiológico del niño. Cuales son los signos, síntomas, síndromes o enfermedades que presenta o ha presentado. Para ello es necesario la recogida de datos mediante la entrevista y cuestionarios para los padres. Deberán también aportar aquellos informes médicos u psicológicos relevantes que hayan sido efectuados hasta la fecha.
3- Formular el juicio clínico en base a los datos obtenidos: Psicodiagnóstico.
4- Preparar y aplicar el plan de Intervención (Tratamiento).
3- Peculiaridades de la Evaluación infanto-juvenil
-La evaluación o psicodiagnóstico infanto-juvenil, mantiene algunas similitudes con la de los adultos, especialmente en lo referente a la necesidad del estudio científico de conductas y de contar con instrumentos fiables (que sean precisos en la medición) y válidos (que midan la variable que pretenden medir y no otras). Sin embargo, la evaluación con niños supone un gran desafío para el clínico y requiere de conocimientos y técnicas especiales. El niño es un "ser en desarrollo", en permanente cambio y, aunque dicho desarrollo puede considerarse que se da a lo largo de toda su vida, es en la etapa infantil y adolescente cuando se dan los cambios biológicos y comportamentales que mayor trascendencia van a tener en la "construcción" de la persona adulta. La maduración va a ser el resultado de su dotación genética en interacción con el ambiente.
-A continuación se exponen algunas de las peculiaridades de la evaluación en niños y que le confieren una identidad propia respecto a la de los adultos:
a) Características específicas evaluación niños:
1- El niño no acude a consulta por propia iniciativa ni se percibe a sí mismo como sujeto susceptible de evaluación y/o tratamiento psicológico. Son los adultos los que lo remiten y, por tanto, el planteamiento del problema, motivo de consulta, vendrá condicionada por los valores de los adultos y las expectativas que éstos tengan sobre el niño
2- El problema se evaluará teniendo en cuenta que los adultos forman, en menor o mayor grado, parte de la génesis, evolución y mantenimiento del problema, por tanto, su forma de afrontar el problema va a condicionar el proceso diagnóstico y de intervención psicológica. A menor edad, mayor necesidad de recurrir a personas allegadas al niño para la buena marcha del proceso terapéutico.
3- La imprevisible remisión o no de algunos trastornos infantiles provoca, con frecuencia, cierto desconcierto en el sentido de que se puede esperar a que se produzca un cambio natural, a medida que el niño se haga mayor y, consecuentemente, no se intervenga tempranamente, con lo que se puede haber perdido un tiempo precioso (sobretodo en los casos más severos).
4- La información que nos puede transmitir un niño es mucho más limitada. Puede tener dificultades de expresión verbal, deficiencias cognitivas, etc... También pueden aparecer miedos o distorsiones en sus explicaciones al interactuar con un adulto que no conoce.
5- El pronóstico evolutivo del trastorno varia en función de las diferentes edades en las que se ha iniciado el mismo, condicionando, a su vez, la gravedad y posible cronicidad de los síntomas.
6- Resaltar la importancia de las variables ambientales. La razón es que el niño está sometido a un mayor control por parte del entorno físico y social que el adulto, siendo, por tanto, más susceptible a estos factores. Aún cuando el trastorno tenga un componente orgánico identificado, las variables ambientales deben ser tenidas en cuenta. Hay que recordar al respecto que organismo y ambiente interactúan constantemente. A menor edad se supone mayor influencia de las variables situacionales.
7- Es evidente que la evaluación en niños y adolescentes deberá también hacerse con "perspectiva de futuro", es decir, el niño no tan solo se ve en su medio y circunstancias actuales, sino con proyección hacia los retos o cambios vitales a los que se enfrentará.
Además de las características señaladas anteriormente, el evaluador infanto-juvenil deberá tener en cuenta tres principios generales para abordar con éxito la evaluación e intervención dentro de esta población. Estos principios se agrupan bajo las siglas CAP (Creatividad-Asesoramiento-Prudencia).
b) Tres principios fundamentales: CAP
CREATIVIDAD Cuando tratamos de evaluar mediante las diferentes pruebas a niños y adolescentes, no basta con contar con la correspondiente formación profesional y el conocimiento técnico de cada una de las pruebas. Las peculiaridades de esta población hace necesario que seamos lo suficientemente hábiles para adaptarnos a las características de cada niño y sepamos envolver cada prueba de un color y una forma específica para que le resulte lo más atractiva posible. Debemos ser creativos. No es incompatible mantener el rigor de cada prueba con la aportación de elementos novedosos y motivadores a efectos de que el niño se implique más. Introducir el juego, utilizar el refuerzo, respetar los tiempos de cada niño son algunas de las formas de hacerlo.
ASESORAMIENTO Cuando se trata de evaluar e intervenir en niños, no hay que perder de vista que parte fundamental de nuestro trabajo, tanto en tareas de evaluación como de intervención, debe dirigirse al asesoramiento de padres, maestros u otros. Por tanto, el profesional debe tener una alta capacidad
...