RELACIÓN ESCRITURA Y CONDUCTA

ENSAYO RELACIÓN ESCRITURA Y CONDUCTA

Por EDUARDO LIZCANO

1. INTRODUCCIÓN

En Colombia, la grafología, entendida como la ciencia del grafismo, viene siendo empleada, casi que exclusivamente, en el campo de la criminalística, en orden a establecer la autoría, falsedad o autenticidad de determinada grafía cuestionada. Se deja de lado que pericia caligráfica es tan solo una de las aplicaciones prácticas de la grafología y que existen otras ramas de igual importancia, como la grafología fisiológica, grafología médica y grafoterapia, así como la grafología tipológica y la caracterológica.

A propósito de la grafía caracterológica, entendida, según lo afirma Augusto Vels, como aquella que está destinada “a la selección y promoción de personal, a la orientación de estudios en pedagogía, al estudio biográfico…”, se la viene tildando de pseudo ciencia, en la medida que los resultados de sus análisis no son confiables, carecen de uniformidad y pueden, incluso, ser contradictorios.

Para demostrar este aserto basta con observar que en Colombia, los procesos de selección de personal recurren a pruebas de conocimiento y de aptitud, en las que se extraña cualquier alusión a la grafía del aspirante a ocupar el cargo.

La cuestión entonces, radica en torno a si la grafología, en especial, la caracterológica, tiene una base científica que permita precisar los rasgos de la personalidad de un individuo o si en definitiva, le asiste razón a los escépticos que señalan que esto no es posible.

2. DESARROLLO DEL TEMA

Sorprende que cuando se consulta en Wikipedia el concepto del término grafología, se encuentra la siguiente definición:

La grafología es una pseudociencia que pretende describir la personalidad de un individuo e intentar determinar características generales del carácter, acerca de su equilibrio mental (e incluso fisiológico), la naturaleza de sus emociones, su tipo de inteligencia y aptitudes profesionales mediante el examen de la escritura manuscrita. Además, según algunos grafólogos, serviría para diagnosticar el grado de salud o enfermedad física y mental.

Ahora bien, el término pseudociencia, puede entenderse como aquel conjunto de conocimientos que, aunque pretendan tildarse de científicos, carecen de los atributos que se exigen para que puedan obtener ese honroso calificativo. Así, por ejemplo, parafraseando a Mario Bunge, para que se pueda señalar que existe ciencia, es necesario que el conocimiento sea racional, sistemático, exacto, falible o verificable. La pseudociencia no cumplirá con uno o con varios de estos presupuestos.

Se tratará entonces, como antes se indicó, de establecer en estas líneas, si la grafología carecterológica tiene algún asídero científico o, si carece de ese atributo.

Cuando el hombre comenzó el no corto camino que precedió a la escritura, recurrió a movimientos y gritos, que constituyeron en su momento expresiones que se relacionan con el alma y, por ende, con respuestas psíquicas que encierran el sentido o significación simbólica que los anima y sustenta. Luego, tales sentimientos se transmitieron a la expresión gráfica, bien que se tratara formas gráficas relativamente sencillas, como ideogramas o pictogramas, o de construcciones más complejas, como los signos que finalmente constituyeron los alfabetos.

Ahora bien, cuando la persona actúa, deja entrever quién es. Así se desprende, por ejemplo, de las ostensibles variaciones que se advierten en el comportamiento de un sujeto extrovertido, de uno introvertido. Otro tanto ocurre con una persona que padece de un trastorno mental permanente, de aquella que se encuentra en la plenitud de sus facultades físicas y mentales.

Con la grafía ocurre otro tanto. Nótese como la morfología de los grafismos varía si se trata de una persona que ha cursado estudios universitarios, respecto de otra que apenas aprendió a leer y a escribir que, además, por la naturaleza de su ocupación,

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