Reportaje de medicina

REPORTAJE TEMA: MEDICINA

La medicina como actividad pública como hecho social hasta como manifestación económica está en nuestros días divididos e intoxicados al igual que muchas otras instituciones de la civilización.

La presión de intereses económicos del mandarinato de las aulas del inmenso poder político que representa el área de la salud, por otra parte la inercia auto conformante de  una actividad que moviliza a centenares de miles de profesiones y decenas de millones de usuarios hace difícil que el medico individual pueda sostener un talento creativo, artesanal y libre de trabas para su tarea como requiere la complejidad y sutileza de la misma.

Al parecer, estos macro fenómenos tienen que satisfacer las previsiones del mercado, los controles reguladores del gobierno, la ineludible de la necesidad asistencial de la seguridad social, las presiones crecientes en ocasiones, aplastantes de las multinacionalidades de la industria quimico-farmaceutica y los problemas sociopolíticos y socioeconómicos.

Derivados del costo inevitable de los modernos recursos diagnósticos y terapéuticos que un centro asistencial tiene que movilizar.

Y en tales condiciones el medico es una especie de capataz y funcionario de la industria de la salud que carece de libertad propia y autentica creatividad, eso sí, el enfermo habitual que asiste a su conducta no piensa ni siente lo mismo, respecto a el que la administración. Para cada enferma ante el que se enfrenta cada día todo medico será siempre una inevitable mezcla de científico sanador, chaman, hacedor de milagros.

Y para sostener el prestigio la eficacia y la imagen que ese papel social y cultural reclama el medico precisan de un espacio especial y cultural para desenvolverse, mas allá de los límites que le impone su condición funcionario.

No era posible imaginar siquiera hace cincuenta años que un acto médico pudiera convertirse en algo tan mecánico, simplista e impersonal como por ejemplo el hecho trivial de repostar gasolina para el coche.

Confesada o inconfesadamente el enfermo para siempre algo más que la mera técnica  análisis, radiografías, medicamentos de síntesis, etc precisa que su médico precisamente el y no los cuatro o cinco especialistas que le han visto en diferentes momentos sean una especie de demiurgo que además de la impresión de que se preocupa por el, por la enfermedad que padece, por la causa que le han llevado hasta ahí, por recomendarle una manera de comer y de vivir para evitar su progresión, recaída etc.

Y el medico lo sabe como lo sabe administra, como lo sabe la sociedad, como lo sabe todo el mundo y ese medico se ve obligado

A decir al enfermo que su tiempo y posibilidades se han acabado que no hay solución para sus dolencias, este seguramente lo asumirá educadamente.

Apreciemos el trabajo duro con dedicación y pasión que hace el medico cada día por el resto de su vida.

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