Residuos Radiactivos
Enviado por AdrielDavila • 11 de Octubre de 2013 • 4.280 Palabras (18 Páginas) • 477 Visitas
RESIDUOS RADIACTIVOS
Se considera residuo radiactivo a cualquier material o producto de desecho que contiene o está contaminado con radionucleidos en concentraciones o niveles de actividad superiores a los establecidos por las autoridades competentes y para el cual no está previsto ningún uso.
Los residuos radiactivos se generan en la producción de energía eléctrica de origen nuclear, en el desmantelamiento de instalaciones nucleares y en la utilización de radiosótopos en múltiples actividades en la industria, medicina, investigación, etc.
La gestión de los residuos radiactivos consiste en todas las actividades administrativas y técnicas necesarias para la manipulación, tratamiento, acondicionamiento, transporte y almacenamiento de los residuos radiactivos, teniendo en cuenta los mejores factores económicos y de seguridad.
La solución para proteger a las personas y al medio ambiente de las radiaciones que emiten los radionucleidos contenidos en los residuos radiactivos, consiste en aislarlos de tal modo que, durante los períodos que permanezcan activos -que pueden variar desde semanas a miles de años- éstos no salgan a la biosfera por ninguno de los caminos posibles y posteriormente, a través de las cadenas tróficas, puedan llegar al ser humano.
Los residuos deben estar acondicionados en estado sólido, e inmovilizados en un material aglomerante, como cemento, asfalto, etc. Desde el punto de vista de la gestión hay dos grandes tipos en los que se agrupan:
Los residuos de baja y media y los de alta actividad, que son completamente diferentes en su comportamiento a largo plazo y, por tanto, su almacenamiento es radialmente diferente:
Baja y media:
Se caracterizan por tener actividades específicas moderadas y los radionucleidos que están presentes en ellos tienen períodos de semidesintegración menores de 30 años.
Para mantener aislados los residuos de baja y media actividad existe un amplio consenso en las opciones de almacenamientos en superficie con barreras de ingeniería, o subterráneos a poca profundidad.
Alta:
Estos residuos constituyen el 1% del total, pero contienen el 95% de la radiactividad generada. Son el combustible gastado de las centrales nucleares y las cabezas nucleares procedentes de las bombas y mísiles atómicos. Son los más peligrosos y los que poseen vida más larga. Emiten radiaciones durante miles de años y tienen una toxicidad muy elevada. En casi todo el mundo son generados principalmente en las centrales nucleares, ya que el combustible de uranio empleado en éstas se convierte, tras su utilización, en residuo radiactivo de alta actividad.
Entre estos residuos se encuentra el plutonio-239, un isótopo radiactivo creado por el hombre para la fabricación de bombas atómicas (no existía previamente en la naturaleza). De tremenda toxicidad, un solo gramo de este elemento es capaz de causar cáncer a un millón de personas. Este isótopo emite radiactividad durante cerca de 250 000 años, lo cual supone 25 veces más tiempo que la historia conocida de la humanidad. Estos enormes períodos de actividad nos obligan a pensar en otras escalas de tiempo y en las muchísimas generaciones que tendrán que soportar el legado irresponsable de los residuos radiactivos.
La radiactividad no huele, ni se ve, ni se oye. Aunque se puede medir con cierto tipo de contadores, es imposible suprimirla. Las consecuencias de la exposición a una radiactividad elevada son fatales para el ser humano. Está probado que puede causar la muerte, y en dosis más bajas, provoca cánceres, enfermedades y trastornos genéticos que afectan muy seriamente a la descendencia del afectado.
En los sesenta años de existencia de la energía nuclear y pese a las enormes inversiones, nadie ha conseguido dar una solución satisfactoria al problema de los residuos radiactivos de alta actividad.
Dado que los residuos radiactivos de alta actividad mantienen durante largos períodos su peligrosidad potencial, se han considerado varios métodos para aislarlos, siendo los más relevantes los siguientes:
a) Transformación por transmutación, alterando el balance de partículas subatómicas, de modo que se lograse la conversión de los radionucleidos en elementos estables. Dicha transformación puede llevarse a cabo en el denominado “amplificador de energía” proyectado para aprovechar la energía procedente de la fisión o transmutación de los actínidos.
b) Lanzamiento al espacio exterior mediante cohetes espaciales que los alejarían de la atmósfera terrestre.
c) Evacuación en el subsuelo marino, donde se realizarían sondeos profundos para enterrar los contenedores de residuos.
d) Evacuación en los hielos polares, anclándolos mediante cables o hundiéndolos en la corteza terrestre mediante fusión con el hielo.
e) Almacenamiento en formaciones geológicas de gran estabilidad a profundidades de varios centenares de metros.
Las alternativas expuestas en los apartados b), c) y d) tienen importantes dificultades de índole científica, técnica y económica, además de otros inconvenientes de naturaleza jurídica, ética y de seguridad, como la no recuperabilidad de los residuos o la apropiación por parte de los países productores de residuos, de patrimonios comunes a la Humanidad, como los océanos o los casquetes polares.
La alternativa expuesta en al apartado a) está siendo objeto de estudio e investigación a nivel internacional y se están dedicando ambiciosos proyectos de I+D al desarrollo de esta técnica.
Respecto a la alternativa expuesta en el apartado e), en la actualidad existe un amplio consenso en que las opciones de almacenamientos subterráneos en formaciones geológicas, aparecen como las alternativas más razonables y válidas y hacia ellas apuntan los países avanzados.
El objetivo final de la gestión de los residuos consiste en su inmovilización y aislamiento por el período de tiempo necesario, mediante la interposición de una serie de barreras artificiales (matrices de inmovilización, paredes de hormigón, arcillas especiales, etc.) y barreras naturales (formaciones geológicas diversas) entre los residuos y el ser humano, que impidan la llegada de los radionucleidos al medio ambiente, hasta que hayan perdido su actividad. Esta gestión debe garantizar que las cargas de todo tipo para las generaciones futuras sean mínimas.
El objetivo de un sistema de almacenamiento basado en múltiples barreras es mantener a los residuos aislados de la biosfera durante el tiempo necesario para que, por desintegración radiactiva, su radiactividad decaiga a niveles inocuos, a la vez que garantiza que durante dicho período, cualquier eventual retorno de los radionuclidos al medio ambiente no supondrá riesgos inaceptables. Un
...