TOXICIDAD DE LOS MINERALES
Enviado por luis_10 • 6 de Abril de 2014 • 2.806 Palabras (12 Páginas) • 702 Visitas
TOXICIDAD DE LOS MINERALES
Miguel Calvo
Tecnologia de los Alimentos
Facultad de Veterinaria
Miguel Servet 177
50013 Zaragoza
E-mail:calvoreb@unizar.es
Introducción
Los minerales son compuestos químicos, en los que se encuentran presentes todos los elementos naturales, y por lo tanto su manipulación en un yacimiento o en una colección presenta los riesgos generales inherentes a la manipulación de cualquier producto químico. Afortunadamente el coleccionismo de minerales se extiende cada día más, pero también son cada día más las personas, incluidos niños, que están en contacto con materiales potencialmente peligrosos sin saberlo. Una actitud sin temores exagerados, pero también con algunas precauciones, es sin duda la adecuada. En estas páginas se indican los principales riesgos que presentan los minerales. Debe tenerse en cuenta que la lista de minerales peligrosos no es exhaustiva, por lo que el que un mineral no sea mencionado aquí no significa en absoluto que sea inofensivo. El conocimiento de su composición permitirá en general formarse una idea acerca de sus propiedades.
Ya en el siglo XVI, el alquimista Paracelso, el primero que describió un método para el aislamiento del arsénico, sostenía que "sólo la dosis hace el veneno". En cantidades grandes, cualquier substancia representa un riesgo. La halita, la vulgar sal de cocina, puede causar la muerte de una persona que ingiera, de una vez, la cantidad que corresponde al tamaño de un ejemplar no muy grande de colección, y sin embargo no se la considera habitualmente un mineral venenoso. Esto debe tenerse en cuenta cuando se examinan las listas de substancias que se consideran como un riesgo para la salud en la industria. La misma halita, el talco o el carbonato cálcico están considerados materiales con riesgo. Las cantidades que maneja un coleccionista de minerales, y la forma en que lo hace, no son equivalentes, y por lo tanto tampoco lo son los peligros que corre.
En la mayoría de los casos, además de la toxicidad propia de los elementos químicos constituyentes del mineral, debe tenerse en cuenta su solubilidad. Para que un elemento ingerido pueda resultar efectivamente tóxico es necesario que se absorba en el tubo digestivo, y para eso debe estar en forma soluble. Por ejemplo, la witherita, (carbonato de bario), se disuelve en el medio ácido del estómago y el bario, elemento muy tóxico, pasa al organismo. La baritina, (sulfato de bario) es extremadamente insoluble, y por tanto prácticamente inofensiva, utilizándose por ejemplo en medicina como contraste en radiografías del aparato digestivo. También depende del estado de agregación del mineral. Un ejemplar pulverulento se disolverá siempre más fácilmente que uno compacto o que un cristal.
Desde el punto de vista del riesgo para los niños hay que tener en cuenta así mismo el aspecto atractivo del mineral, que tenga colores vivos, o que pueda confundirse con una golosina, así como la menor dosis necesaria para causar un efecto peligroso.
Minerales venenosos
Los minerales de arsénico son los más importantes de entre éstos, tanto por su abundancia como por su elevada toxicidad, y siempre deben manejarse con precaución.
Todos aquellos que son solubles, como los óxidos y los arseniatos de metales alcalinos y algunos de los alcalinotérreos son muy peligrosos, deben manejarse con extremo cuidado y no dejarse nunca al alcance de niños.
Entre estos minerales están la arsenolita, claudetita (poco más de 100 miligramos de cualquiera de ellos pueden causar la muerte), farmacolita, picrofarmacolita, weilita, bukowskita, guerinita, haidingerita, rauenthalita, hoernesita, mcnearita ...
Al disminuir la solubilidad, disminuye el riesgo, pero otros arseniatos, como la escorodita, eritrina o annabergita, y sulfuros como oropimente y rejalgar, exigen aún adoptar ciertas precauciones. En el extremo de la escala de peligrosidad de los minerales con arsénico están minerales como el la arsenopirita (mispiquel) o la mimetita, con los que basta el sentido común. Aún así, siempre teniendo en cuenta que se trata de minerales de arsénico.
Debe tenerse en cuenta también la presencia de minerales peligrosos "camuflados". Por ejemplo, la alteración por la acción de la luz del rejalgar produce óxidos de arsénico, así como la oxidación del arsénico nativo, y ya hemos dicho que su solubilidad los hace muy peligrosos. La arsenopirita, al aire libre en las escombreras o expuesta al agua en las galerías mineras, se altera fácilmente, formando una costra que incluye arseniatos más o menos solubles. Por lo tanto debe tenerse cuidado especialmente con los materiales de escombreras que contienen minerales de arsénico (no sólo filones de sulfuros; el mispíquel abunda también en algunas pegmatitas), no comiendo ni fumando sin lavarse antes las manos.
Son especialmente peligrosos los antiguos hornos de tostación y sus chimeneas, conductos, etc., que pueden estar recubiertos de una gruesa capa de óxidos de arsénico. En algunas escombreras o minas de carbón en las que se ha producido una combustión espontánea pueden aparecer también óxidos o sulfuros de arsénico.
El antimonio es un pariente próximo del arsénico. Aunque es menos venenoso, debe tenerse cuidado especialmente con los minerales pulverulentos llamados a veces ocres de antimonio, producto de alteración sobre todo de la estibina. Entre ellos están la cervantita, senarmontita, estibiconita, bindehimita y otros, que abundan en las escombreras de las minas de antimonio. Estos minerales representan un riesgo adicional cuando los ejemplares de antimonita se tratan con ácidos para eliminar la calcita que la acompaña, y a veces engloba completamente los cristales. En primer lugar se forman compuestos de antimonio solubles y venenosos. Pero además puede formarse el hidruro de antimonio, un gas muy tóxico. Este compuesto se forma en presencia de metales atacables por el ácido que se está usando, como por ejemplo el hierro, por lo que nunca deben emplearse objetos metálicos (recipientes, pinzas, etc.) cuando se limpien con ácido minerales de antimonio. El bismuto, tercer miembro de esta familia, no suele representar un riesgo serio debido a su relativamente baja toxicidad y la insolubilidad de sus minerales.
Como ya se ha dicho antes, la solubilidad es decisiva en el caso del bario. Los minerales solubles, como la witherita, alstonita y baritocalcita pueden ser peligrosos, sobre todo en forma pulverulenta. Lo mismo sucede con los fluoruros. La villiaumita es muy venenosa, y su color rosa y su exfoliación hacen que un niño pueda confundir
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