TRANSGÉNICOS

Es necesario preguntarse: ¿en qué forma la carga ideológica del sujeto que realiza una investigación científica influye en su resultado? o ¿el producto de ésta es totalmente objetivo y representa una visión exacta de la realidad? Y si así lo fuere ¿se puede tomar decisiones fundamentales para la vida de un estado apoyados en este tipo de estudios? Estas interrogantes deben ser tomadas en cuenta por nuestros gobernantes para afrontar con seriedad el tema de los Transgénicos.

Para abordar estas preguntas tomemos a Gilles-Eric Séralini quien con respecto a la Transgénesis maneja una tesis negativa ya que, su estudio demuestra que a la larga el consumo de productos modificados genéticamente producen resultados contraproducentes en la salud de las personas. Esto ha dado pie para que en nuestro país sin mucho análisis se desate un debate pueril de la gente del gobierno, que haciendo referencia a éste como a otros estudios extranjeros tomen posición a favor o en contra de los efectos de las semillas transgénicas, inclusive el Presidente de la República en el enlace ciudadano del 1 de septiembre de 2012 manifestó su disconformidad con respecto a los límites que plantea la Constitución, que el mismo propugnó, en este tema.

El estudio de Séralini para varios científicos presenta un resultado sesgado, existe manipulación de datos estadísticos así como científicos, viva imagen de su forma de pensar con respecto al tema en cuestión, lo que demuestra que no existe separación entre el investigador y el objeto, así como su resultado. Entonces es fundamental desestructurar esa creencia ciega en el producto de la investigación científica (sobre todo el que nos viene de fuera) y comenzar a realizar investigaciones que sean resultado de nuestra propia experiencia, claro está sin dejar de lado ciertos elementos universales del que hacer científico. De ahí emitir criterios y tomar decisiones que ayuden al desarrollo del estado. Es apresurado y poco positivista para el país emitir juicios sin que se hayan realizado investigaciones que arrojen resultados que tiendan a la aplicación nacional, a sabiendas de la carga ideológica que tienen las prácticas científicas.

En conclusión las estructuras discursivas y de pensamiento cuyo contenido tienen una decisión no pueden ser desarrolladas sin tener en cuenta estas directrices. Hay que ser cuidadoso en la lectura que se realiza de los resultados de prácticas científicas que siempre tendrán un contenido ideológico, porque son hechas por humanos. Además resulta eficaz adoptar criterios a partir de experiencias directas, lo que nos permitirá inclusive desarrollar y delinear transgénicos que respondan a necesidades de carácter local.

Hay que dar paso a nuestros científicos para que analicen y estudien la temática. Es inaceptable que se pretenda convencer al pueblo sin antes despojarse de esa creencia

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