TRÁFICO ILEGAL DE FAUNA SILVESTRE Y SU INFLUENCIA EN LA EXTINCIÓN DE ESPECIES EN LA AMAZONÍA PERUANA

TRÁFICO ILEGAL DE FAUNA SILVESTRE Y SU INFLUENCIA EN LA EXTINCIÓN DE ESPECIES EN LA AMAZONÍA PERUANA

Sabemos que la contaminación ambiental desencadena grandes consecuencias, entre ellas, la extinción de especies, pero debemos ir más allá de esa simple premisa, ¿En realidad la extinción de especies sólo se genera por la contaminación ambiental? ¿Qué problema aún más significativo puede ocasionar esta pérdida de especies? Si bien es cierto la mano del hombre ha ocasionado su propia destrucción durante siglos, pero podemos reconocer que además de ello pone en peligro su fauna silvestre con el ejercicio de su tráfico ilegal, el cual constituye un delito considerado como crimen organizado.

Esta problemática importa un rango mundial y en nuestro país se ha evidenciado de manera significativa en los últimos años, siendo así que entre 2010 y 2018 se han presentado un promedio de 800 intervenciones al año relacionadas con el comercio ilegal tanto entre provincias como a nivel trasfronterizo de vida silvestre. Empero estas cifras sólo son un aproximado. En adición a ello, es preciso señalar que entre los años 2009 y 2012 se han decomisado 13, 033 animales vivos aproximadamente y solamente en el año 2014 cerca de 4, 000 especímenes según lo indica los datos del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (SERFOR). Este problema yace de un factor alarmante, considerada la causa principal del tráfico ilegal de fauna silvestre, la cual es la demanda como mascotas, ya que esta va en constante crecimiento en el mercado negro, generando así el comercio ilícito y convirtiéndose en la tercera actividad ilícita que genera más lucro en el mundo. Según una encuesta a nivel nacional en Ipsos, el 14% de personas encuestadas posee o ha poseído algún tipo de especie animal como mascota.

El tráfico de especies además de generar incertidumbre ambiental produce diversas consecuencias tales como la destrucción de hábitats y la pérdida de la biodiversidad generando a su vez el más preocupante efecto, la extinción de especies animales alterando cualquier ciclo de vida y no sólo de ello, sino también de flora. Sólo basta concentrarnos en las regiones de Lima, Tumbes, Loreto y Ucayali para caer en cuenta de esta gran problemática, toda vez que las investigaciones demuestran que más del 80% del tráfico visible recae en los mercados de estas regiones.

En nuestro ordenamiento jurídico, así como en el de muchos países, el tráfico de fauna silvestre constituye un delito, y desde ese punto de vista lo podemos encontrar en el artículo 308° del Código Penal en el cual a la letra dice: “El que adquiere, vende, transporta, almacena, exporta o reexporta productos o especímenes de especies de flora silvestre no maderable y/o fauna silvestre, sin un permiso o certificado válido, cuyo origen no autorizado conoce o puede presumir, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de tres años ni mayor de cinco años y con ciento ochenta a cuatrocientos días de multa”.

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