Tema: El siglo del agua

EL SIGLO DEL AGUA

INTRODUCCIÓN

El título de éste ensayo resulta algo injusto. El agua es el elemento primordial de la naturaleza. La biosfera es agua, la tierra es agua, la vida es agua y el agua es vida. Así las cosas, todos los tiempos, todos los siglos, todos los segundos en los que ha trascurrido la vida, son del agua. No sería comprensible la cultura, la civilización y la supervivencia humanas sin el agua.  

El agua es un elemento dinámico y omnipresente en la naturaleza. El 70% de la superficie del planeta está cubierta por agua. En promedio, dos terceras partes de los seres vivos somos agua. Del agua fluyó la vida y por la vida sigue fluyendo el agua. De las profundidades del mar vino la vida. Todos los seres vivos, desde los organismos unicelulares hasta el mas grande de los mamíferos o el mas imponente de los árboles, estamos integrados, rodeados y permeados por el agua. El agua forma la vida y los sistemas que la soportan. Todos los ecosistemas están determinados por el agua con que interactúan. Algunos son auténticos reservorios de agua y de vida como un todo. Los páramos, las selvas tropicales, los deltas y estuarios son claro ejemplo de ello.    

El agua también fluye por la tierra moldeándola, esculpiéndola, variándola, jugando con sus formas. De la tierra emergen ríos, quebradas y arroyos que escurren incesantemente hacia el interior y hacia los océanos. También crea lagos, lagunas, humedales, ciénagas. Algunos interactúan directamente con el mar y otras corrientes superficiales y otros tantos escurren hacia la superficie o hacia el interior del globo terráqueo, corriendo lentamente por sus entrañas, donde se forman grandes depósitos acuíferos. En otros casos el agua se congela y se convierte en glaciar, hielo o nieve perpetua, creando armónicas formas en blanco.

El agua además fluye y se transforma por la atmósfera. Se evapora o transpira desde el mar, las aguas continentales, la superficie terrestre y la piel o follaje de los seres vivos. Viaja, con la rosa de los vientos y al vaivén del clima, formando nieblas, nubes y nubarrones. De repente, se condensa y se desgrana en forma de lluvia, granizo o nieve, o formando la escarcha o el rocío.

Todos los elementos, físicos y bióticos, que componen la biosfera se encuentran condicionados por el agua. La atmósfera y el clima, la tierra y los suelos, la diversidad biológica y la vida misma, todos dependen del agua. El ser humano, por su parte, también depende del agua, pero tan solo de una porción mínima. Se dice que el 97% del agua está en los mares. Solo el 3% es agua dulce. De ésta, un 80% está en forma de hielo en los polos. Un restante 19% se encuentra dentro de la tierra y solo el 1% fluye superficialmente. Al tiempo, solo la mitad del agua superficial es disponible, pues la otra mitad está impregnada y fluyendo en el suelo, el aire y los seres vivos.

Se estima que la cantidad de agua en la biosfera es de 1.385 millones de kilómetros cúbicos (Mkm3). De esa cantidad, 1.350 Mkm3 es agua salada y tan solo 35 Mkm3 son aguas dulces. Casi 28 Mkm3 son nieves y hielo, y casi 7 Mkm3 son aguas subterráneas. Solo se tienen 0.005 Mkm3 de aguas superficiales disponibles. Sin embargo, se considera que la cantidad de agua disponible sería suficiente para mantener la biosfera, para mantener la vida y para satisfacer las necesidades humanas.

Pese a lo anterior, en el umbral del nuevo siglo y del nuevo milenio los problemas y conflictos derivados del agua, de su escasez, alteración, falta de disponibilidad, de su mala calidad, de su confrontación, apropiación y disputa, son cada vez más recurrentes y constituyen uno de los principales retos de la humanidad en los años venideros.

Creemos estar enfrentando una crisis de la civilización como consecuencia de los problemas ambientales. El cambio climático, el calentamiento global, la crisis energética y la crisis del agua son, hoy por hoy, algunos de los más graves problemas que aquejan a la humanidad. En la discusión política, académica, mediática y cotidiana, la temática y problemática ambientales adquieren cada vez mas importancia y dimensión. El vaticinio es que la agenda de la comunidad internacional irá desplazando paulatinamente el terrorismo internacional, las crisis políticas y otros conflictos, por la crisis ambiental, moldeada especialmente por el cambio climático y los problemas del agua.

En referencia al cambio climático, grave problema de la humanidad, podría pensarse en un futuro no muy lejano en reemplazar el petróleo o la quema de combustibles fósiles, por energías limpias, alternativas y/o renovables, para mitigar la crisis, para solucionar el problema y detener el calentamiento. Pero podemos pensar en reemplazar el agua. Seguro que no, no hay otro elemento en la naturaleza que pueda hacerlo.

Este ensayo, plantea la necesidad de abordar el Siglo XXI como el Siglo del Agua, siendo efectivamente el siglo de las crisis del agua, y deseando que sea el siglo de las soluciones definitivas a esa grave problemática. El ensayo plantea las crisis del agua en tres escenarios predominantes: los problemas del agua; los conflictos del agua; y las guerras del agua.

Desde una perspectiva política y jurídica y sin salirme de mi formación especialista en Derecho Ambiental, plantearé la necesidad fundamental e inaplazable de consagrar el Derecho al Agua como un derecho humano fundamental y como un mecanismo insalvable e inaplazable para superar las crisis, solucionar los problemas y resolver los conflictos del agua en el nuevo siglo.

LOS PROBLEMAS DEL AGUA

Propongo un escenario problema - conflicto para el análisis de la problemática ambiental y en especial, en atención al tema del presente ensayo, para el estudio de la problemática del agua en el presente siglo. El problema se refiere a las condiciones actuales del agua en la tierra, a su calidad y disponibilidad, a la alteración del ciclo natural del agua o a la variación de la hidrodinámica natural. El conflicto se refiere a las consecuencias que se derivan de esa problemática en la sociedad, a la pérdida de salud, bienestar general, calidad de vida e ingresos de las personas y las comunidades, a la confrontación o disputa para acceder a un recurso en condiciones de baja calidad o de poca disponibilidad.

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