Trabaje una interpretación filosófica para criticar el fundamento ontológico del SER AHÍ
Enviado por José Mendieta T • 3 de Noviembre de 2015 • Ensayo • 7.959 Palabras (32 Páginas) • 114 Visitas
UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR[pic 1]
FACULTAD DE COMUNICACIÒN SOCIAL
FILOSOFÌA II
Nombre: Lorena Rivera Villarreal.
Semestre: Tercero “B”
Fecha: 29 de Julio de 2015.
Tema: Ensayo Final.
Docente: Edwin Alcarás.
PRIMERA: Trabaje una interpretación filosófica para criticar el fundamento ontológico del SER AHÍ, desde la idea de libertad política y mesianismo histórico. Para explicar use ejemplos del plan de estudios de la carrera de Comunicación Social. Emplee y cite el pensamiento respectivamente de Heidegger, Bolívar Echeverría y Walter Benjamín.
Tesis: El fundamento ontológico de Heidegger, el ser es el ser en el tiempo. El Hombre es hombre en la medida que se interroga acerca del ser. Es el ser capaz de reflexionar sobre su propio ser y sobre el ser en general. Habitar en el tiempo necesariamente quiere decir que vamos a morir, por lo tanto nosotros somos seres para la muerte, la muerte individualiza y divide a la gente. Vivimos en sociedad porque somos una suma de individuos y soy un individuo en la medida que soy consciente de mi muerte. Este vivir en sociedad necesariamente quiere decir una búsqueda de un bien común, que es la confrontación dialéctica de individuos (ontología). Quien gana la ontología es quien tiene la “verdad”. Esta verdad es el fundamento de todo, de una totalidad (el mundo). Este planteamiento del ser como la verdad y por ende el fundamento de todo, elimina las posibilidades de comprender otro, de dar paso a la otredad. La lógica de la totalidad establece su discurso desde la identidad o fundamento hacia la diferencia. Es una lógica de la naturaleza o del totalitarismo. Es la lógica de la alienación de la exterioridad o de la cosificación de la alteridad, del otro
Argumento 1: El fundamento de Heidegger es el ser en el tiempo. Nosotros somos seres en el tiempo que quiere decir que necesariamente nos vamos a morir. Pero al mismo tiempo formamos parte de una sociedad, y solo la formamos cuando somos conscientes de nuestra muerte. La muerte individualiza al individuo ya que nadie puede morir por otro. Esta individualización genera una confrontación de sujetos en la búsqueda de una verdad, de defenderla y de implantarla como única frente a los demás (totalidad), esta entendida como única, intangible y terminada. Sin embargo existe una posibilidad de irrumpir esta totalidad mediante una libertad del sujeto. Esta considera al presente como una dimensión inconclusa ya que siempre está fundamentada en la libertad. Pero no cualquier libertad, sino necesariamente una política, ya que esto es aquello que puede subvertir al sistema. Esta libertad entendida como la capacidad del ser humano de elegir las posibilidades que quiere continuar (estas generadas en el pasado).
Argumento 2: La totalidad del sistema tiende a totalizarse, a auto concentrarse, y a pretender, temporalmente eternizar su estructura presente espacialmente. Esta totalidad no acepta a la exterioridad como perteneciente al sistema, sino la ve como algo indiferente al mismo. Realizando una analogía el sistema es el código y todas las identidades que se conforman en la exterioridad son consideradas como algo concreto que pone en crisis al código y por ende es una actualización constante del sistema. Dentro de la Facultad de Comunicación Social se maneja un plan de estudios aun occidentalizado ya que instauran dentro de la malla materias alineadas al episteme occidental, su ejercicio de rigurosidad y la búsqueda de la calidad del proceso de generación de textos/discursos, que considere la contextualización, la motivación, el compromiso y la participación sociales, mediante el dominio de los métodos y técnicas del trabajo profesional de la producción y edición de mensajes, considerados los recursos disponibles y el desarrollo tecnológico, mediante el dominio de las teorías, los métodos y las técnicas del trabajo profesional.
Argumento 3: Desde la verdad manejada por Occidente y está alineada como Dios es la verdad está en el razonamiento lógico y por lo tanto es perfecto. A partir de este sujeto cognoscente respaldado por un método, un solo modo de pensar se generan las nuevas formas de violentar a las otras culturas y pueblos. El sistema se instaura como totalizador, como una realidad única basada en un único episteme que no reconoce a otro. Pero sin duda el episteme “otro” nace al mismo tiempo que se instaura la hegemonía de la modernidad y por lo tanto también nacen las resistencias.
Desarrollo:
El fundamento de Heidegger es el ser en el tiempo. Es un dejarse ser. Ser el ahí (el hombre). El hombre es el único que puede preguntarse por su ser, y la esencia de ese ser es la existencia. Somos individuos que pertenecemos a una sociedad pero que solamente nos individualizamos cuando alcanzamos una conciencia de nuestro propio ser- el ser ahí. Y por lo tanto un ser en el tiempo que necesariamente significa que nos vamos a morir. El hombre es libertas, preocupación, trascendencia y temporalidad. En realidad el hombre se reduce a que esta tejido en el tiempo. “el hombre está siempre trascendiendo a los demás entes y a sí mismo”. Va siempre más allá, pero el más allá del hombre no está fuera del mundo. Por lo tanto el hombre es el ser en el mundo. Para conocer necesita preguntarse por ese ser, eso le provee de una existencia y por lo tano una individualización. Esta individualidad del hombre dentro de una totalidad (mundo) genera una constante confrontación de sujetos, donde cada uno de ellos quieren imponerse obre el otro en defensa de una verdad, de su verdad y convencerse a sí mismo y a los demás de que aquello es así, como un producto terminado, intangible e inmutable. (Heidegger, 1927)
El ser de uno como muchos es un ser enajenado de dos maneras. En primer lugar respecto de sí mismo, ya que se encuentra fuera de sí, negando la propia finitud; y en segundo lugar, respecto de su posibilidad más propia, la muerte. “El impersonal uno-como-muchos solo se interesa en la certidumbre de estar aún vivo”. [LUYPEN, W., Fenomenología existencial, p. 322].
La muerte tiene que ver por tanto con la libertad del hombre, ya que la libertad de ser auténticamente uno mismo se revela en el temor como libertad-para-la-muerte. La amenaza de la muerte no nace del cuándo llegará, sino que nace del no-cubrimiento del hombre en tanto que corre delante de sí. En otras palabras, para que el hombre sea libre es necesario que sea consciente de su finitud, del fin de sus posibilidades, de su ser para la muerte.
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