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La noción de naturaleza humana y el fundamento de la ética filosófica


Enviado por   •  12 de Junio de 2014  •  Trabajo  •  1.338 Palabras (6 Páginas)  •  449 Visitas

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INTRODUCCIÓN. LA NOCIÓN DE NATURALEZA HUMANA Y EL

FUNDAMENTO DE LA ÉTICA FILOSÓFICA

a) El modelo clásico de fundamentación de la ética

El objetivo general de la Introducción puede resumirse diciendo que se dirige a presentar

una línea de argumentación básica dentro del modelo de fundamentación filosófica de la ética que

puede denominarse "clásico", en un sentido amplio del término.

Dicho modelo clásico de fundamentación se encuentra presente, de diverso modo, en los

pensadores más importantes dentro de la tradición de la filosofía griega clásica –Platón y

fundamentalmente Aristóteles– y post-clásica –especialmente los estoicos–. Además, reaparece con

variaciones a lo largo de toda la historia del pensamiento filosófico cristiano, tanto clásico –sobre

todo, en la tradición tomista–, como contemporáneo –en pensadores de inspiración clásica y

cristiana como R. Spaemann, L. Polo, A. Millán Puelles, etc., y representantes del así llamado

neoaristotelismo, como A. McIntyre, por ejemplo–.

Por cierto, no es éste el único intento de fundamentación filosófica de la ética y por eso se lo

llama aquí "clásico", para diferenciarlo de otros. Ha habido, de hecho, otros intentos de fundar

filosóficamente la ética muy importantes en la historia de la filosofía, basados en estrategias

argumentativas diferentes, las cuales pueden ser, según los casos, incompatibles o bien compatibles

e incluso complementarias respecto de las propias del modelo clásico.

En particular, resultará interesante e importante considerar, al menos en sus aspectos

fundamentales, la relación en que se encuentra el modelo clásico de fundamentación respecto del

que, a mi juicio, es el otro gran modelo alternativo de fundamentación filosófica de la ética: el

modelo deontológico kantiano. Éste aparece, a primera vista, como contrapuesto sin más al primero

e incompatible con él. Sin embargo, una reflexión más afinada podría mostrar que existen

importantes puntos de convergencia entre ambos (de hecho, en el tratamiento de la persona como

fin en sí misma en 1.2 se apelará explícitamente a Kant). E incluso hay razones para sostener que el

modelo kantiano, lejos de excluir la apelación al modelo clásico de fundamentación, en algún nivel

de análisis más bien la presupone. A este punto se volverá de distintas maneras en b.3, en 1.2 y en

2.3.

La línea de argumentación básica propia del modelo clásico de fundamentación se

caracteriza por el recurso a la noción de naturaleza, en general, y a la noción de naturaleza humana,

en particular, como fundamento de la ética. En síntesis, dicha línea de argumentación busca

identificar el fin específico del hombre a partir de la determinación de aquello que constituye

esencialmente su naturaleza como tal y lo distingue de las demás cosas y/o de los demás seres

vivientes, para luego determinar, con referencia a ese fin fundado en la naturaleza esencial del

hombre, cuál es el contenido nuclear del bien y la felicidad propiamente humanos.DuocUC _ Centro de Ética Aplicada

b) El argumento aristotélico del érgon o función específica del hombre

Dentro del modelo clásico de fundamentación de la ética, hay muchas variantes. Un ejemplo

concreto de la línea argumental característica de este modelo se encuentra en un famoso texto de la

Ética a Nicómaco de Aristóteles, concretamente en el libro I, capítulo VI o VII, según la edición,

pero que en la paginación universal de las obras de Aristóteles se puede ubicar unívocamente

indicando que está en 1097b22ss. Se trata del argumento del érgon o función específica del

hombre.

b.1 Estructura del argumento

Este argumento tiene tres momentos o etapas:

1) introducción de la tesis según la cual es razonable suponer que hay un érgon (función) propio o

específico del hombre en cuanto hombre (1097b28-33);

2) determinación del érgon específicamente humano (1097b33-1098a6);

3) vinculación del bien humano (felicidad) con la noción de virtud y, más concretamente, con la

actividad virtuosa según el érgon específico (1098a7-18).

1) introducción de la tesis según la cual es razonable suponer que hay un érgon (función)

propio o específico del hombre en cuanto hombre (1097b28-33)

Como primer paso del argumento, Aristóteles se pregunta si es lícito y plausible suponer

que exista una función específica del hombre en cuanto hombre, así como la hay del hombre en

cuanto desempeña diferentes actividades –zapatero, médico o profesor–, y así como la hay de las

partes del cuerpo humano –del hígado, de

...

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