Trastorno Paranoidal

En qué se diferencian los rasgos y los trastornos paranoides

Los “trastornos de personalidad", a diferencia de los “rasgos”, son disfunciones permanentes e inflexibles del comportamiento que afectan a la persona en su ámbito familiar y social, y que le generan un sufrimiento continuo. La conducta de estas personas se aleja de manera llamativa de lo socialmente esperable.

Los “rasgos”, si bien pueden coincidir en forma y expresión con los trastornos, son comportamientos circunstanciales que se modifican con el tiempo; aparecen y desaparecen, y no perjudican la vida normal del paciente ni le generan un sufrimiento continuo.

Las personas suelen identificar sus “rasgos” paranoides por sí mismos o con la ayuda de un terapeuta; y al reconocerlos pueden encarar su modificación a corto plazo. Vale aclarar que todos, en menor o mayor grado, poseemos algunos de ellos. Sin embargo, en el caso de los “trastornos“ paranoides, la persona no es consciente de su accionar y su tratamiento conlleva mayor tiempo y trabajo terapéutico.

Características de las personas con Trastorno Paranoide de la Personalidad

• Patrón de desconfianza general, que comienza en la edad adulta. Piensan que toda intención ajena es maliciosa y dirigida a ellos.

• Proyectan todo acto propio, no haciéndose responsable de sus acciones. El otro tiene la culpa de todo lo negativo que a ellos les pasa.

• Preocupación injustificada sobre la lealtad o fidelidad de sus amigos, parejas o socios.

• Resistencia a confiar en los otros por miedo a que toda información personal pueda ser utilizada en su contra.

• Conjeturan significados amenazadores en situaciones simples e inocentes.

• Conservan rencores y resentimientos durante mucho tiempo. No pueden procesar psíquicamente insultos, perjuicios o desprecios.

• Se sienten atacados ante conductas ajenas no agresivas, y están dispuestos a contraatacar agresivamente.

• En su personalidad abundan las polaridades, y confunden la realidad con lo que imaginan. Se perciben a sí mismos como invulnerables e importantes, si bien, en realidad, son hipersensibles (muy vulnerables).

• Se comportan de manera distante y fría por temor al contacto con otros.

• Tienen poca capacidad para sentir y no pueden interpretar las sensaciones, emociones o dolores de su propio cuerpo.

• Están constantemente en estado de alerta, atemorizados, movilizados a responder con una acción de defensa (agresión). No pueden relajarse y suelen padecer de insomnio.

• No toleran esperas ni frustraciones.

• Creatividad negativa.

• Se resisten a ser controlados de cualquier modo.

• Son altamente vengativos contra sus “enemigos”, a los cuales encuentran en todo lugar y situación, sin base real.

• No toleran el aislamiento ya que necesitan proyectar su agresividad sobre los demás y necesitan el apoyo externo. Tampoco pueden alejarse de las personas porque necesitan vigilarlas; tampoco pueden acercarse lo suficiente como para establecer una relación sana.

• Aspiran a la total independencia afectiva pero al mismo tiempo necesitan

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