TÉCNICAS DE CONSERVACIÓN DE SUELOS
Enviado por magenovita • 4 de Diciembre de 2013 • Tesis • 10.406 Palabras (42 Páginas) • 546 Visitas
1
Técnicas de conservación de suelos, agua y vegetación en territorios degradados
TÉCNICAS DE CONSERVACIÓN DE SUELOS
Jorge Carrasco Jiménez
Ingeniero Agrónomo Dr.
INIA Rayentué
CAPÍTULO 2
Jorge Riquelme Sanhueza
Ingeniero Agrónomo Dr.
INIA Raihuén
depende de la masa de la gota de lluvia y de su
velocidad de caída, por lo cual la energía cinética
de la lluvia, es la suma de la energía cinética de las
gotas individuales. La energía potencial depende
de la masa de la gota de agua, de la fuerza de
gravedad, y de la altura de caída de ella, por lo cual
a mayor altura de caída de la gota de agua, mayor
será la energía potencial con la que impacte el
suelo desnudo (Carrasco y Reckmann, 1993).
Tanto la energía cinética como la potencial, están
asociadas a la capacidad de la lluvia para causar
erosión, y actúan desagregando el suelo en
partículas muy pequeñas que obstruyen los poros,
provocando una selladura superficial que impide
la rápida infiltración del agua. La erosión del suelo,
es causada por agua de lluvia no infiltrada que
escurre superficialmente sobre un terreno.
La erosión es función de la erosividad y de la
erodabilidad. La primera es la capacidad potencial
de la lluvia para erosionar. La erosividad en la zona
central de Chile, se concentra aproximadamente
en un 50 % en invierno, 35 % en otoño, y un 15 %
en primavera.
La erodabilidad está asociada al suelo, y corresponde
a la vulnerabilidad del suelo frente a la erosión. Se
consideran las características del suelo, tales como
la textura, la estabilidad estructural, la capacidad de
infiltración del agua, y el manejo que se le dé a este
(Carrasco y Reckmann, 1993).
Las técnicas de conservación de suelos y aguas son
muy diversas, y deben ser seleccionadas en función
de la pendiente del terreno, del largo de ella, de la
vegetación, de las características de suelo, de la
precipitación existente en cada lugar, y del costo
de ellas.
Las técnicas de conservación de suelos son
aquellas actividades que se ejecutan para
reducir y evitar las pérdidas del mismo por
causa de la erosión, además de aumentar la
productividad de la tierra. Estas técnicas,
generalmente involucran realizar trabajos, que
involucran esfuerzo y mucho tiempo para su
establecimiento, con beneficios que se aprecian en
el mediano y largo plazo, incluso pueden pasar
muchos años antes que observen los efectos
beneficiosos de ellas (Carrasco y Reckmann, 1993).
Lamentablemente, las prácticas de manejo
conservacionista de suelos, para los productores
agrícolas, muy pocas veces son consideradas como
una prioridad en sus sistemas productivos, y pocos
agricultores están dispuestos a realizar el esfuerzo
por conservar la tierra para las generaciones futuras
(Carrasco y Reckmann, 1993).
La erosión del suelo se inicia con el impacto de gotas
de lluvia sobre el suelo desnudo. La gota de lluvia,
por acción de su impacto sobre la superficie del
suelo desnudo, actúa sellando dicha superficie por
efecto de una ligera compactación, además de
destruir su estructura, desagregando el suelo en
partículas muy pequeñas que, por un lado, son
arrastradas por el flujo de agua, y por otro, obstruyen
los poros del suelo, cuestión que además, impide
una rápida infiltración del agua. El impacto de la gota
de lluvia es mayor, en un suelo con bajo contenido
de materia orgánica y una pobre estructura.
Cada una de las gotas de lluvia, al caer sobre el
suelo desnudo, llevan una energía potencial y una
energía cinética que provocan la dispersión de las
partículas del suelo, originándose con ello el
proceso de erosión. La energía cinética es la energía
de un cuerpo en movimiento, que en este caso
2
Técnicas de conservación de suelos, agua y vegetación en territorios degradados
Estas, obedecen a tres principios fundamentales: a)
favorecer la cobertura vegetal del suelo; b) mejorar
la infiltración del agua, y; c) reducir o evitar que
ella escurra sobre la superficie del terreno.
a) Favorecer la cobertura vegetal del suelo: la
cobertura del suelo, a través de una capa de vegetación
(árboles, arbustos, malezas, praderas, o cualquier
cultivo), protege el suelo de la erosión causada
por las precipitaciones, porque amortigua la energía
con que caen las gotas sobre el suelo. La cobertura
vegetal actúa como una cubierta protectora del
suelo, ejerciendo una acción a dos niveles: uno por
sobre la superficie del suelo y otro por debajo del
mismo. En el primero, existe un efecto de intercepción
de las gotas de lluvia, y en el segundo,
intervienen directamente las raíces de las especies
vegetales, al ejercer un efecto de sujeción de los
agregados o terrones del suelo.
El uso de rastrojos en la superficie, es una de las
formas de mantener una buena cobertura en suelos
de cultivo. Con el uso del laboreo de tipo vertical,
utilizando el arado cincel, ya sea de tracción
motorizada o de tiro animal, se puede conservar
alrededor de un 20% de rastrojos sobre la superficie
del terreno. Otra forma de mantener la cobertura,
es mediante la cero labranza o siembra directa, que
permite establecer un cultivo con una mínima
remoción de suelo, conservando más de un 70% de
rastrojos sobre la superficie.
La mejor forma de favorecer la cobertura del suelo,
y por lo tanto controlar los procesos erosivos, es estableciendo
una pradera permanente con las
especies recomendadas para los distintos climas y
suelos.
b) Mejorar la infiltración del agua: un suelo con un
mayor contenido de materia orgánica, absorberá
con mayor facilidad el agua de las lluvias y evitará
que escurra sobre su superficie. Toda práctica que
mejore porcentaje de materia orgánica del suelo,
ayudará a reducir los riesgos de erosión. La labranza
vertical con arado cincel o subsolador, al no invertir
el suelo, resquebraja el perfil, hasta la profundidad
de
...