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Proyecto final, cartas entre Ann y Cumandá


Enviado por   •  18 de Octubre de 2024  •  Apuntes  •  2.093 Palabras (9 Páginas)  •  8 Visitas

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Querida Cumandá, soy Ann, mucho gusto. Me tomo el atrevimiento de escribirte, porque he escuchado mucho sobre ti, y me siento muy curiosa con respecto a tu vida.

Primero me gustaría saber, ¿te sientes cómoda con tu nombre, no te molesta la distinción que marca con tu tonalidad de piel y tus hermanos? También quiero saber si eres feliz en la tribu, ¿en algún momento no te sentiste parte de ella? Siendo honesta, tengo muchas ganas de conocerte y tengo varias otras cosas por preguntarte, me haría sumamente feliz recibir una respuesta tuya.

Ann

Ann, he encontrado tu carta, no me preocupa tu atrevimiento, pero debo decirte que despiertas mi curiosidad. Has escuchado de mí, pero yo no sé nada sobre ti además de tu nombre.

Voy a responder a tus preguntas, esperando que después de hacerlo me concedas por educación una respuesta a las que yo quiero hacerte. Mi madre evita el tema, pero me cuenta que recibí mi nombre porque cuando niña crucé a flor de agua el Palora como hoja de mosqueta impelida por el viento. Pienso que mi nombre habla de mi fuerza, pero a veces he sentido que la diferencia entre mis hermanos y yo es evidente por mi piel, aun así, mi corazón siempre ha sabido que todos somos hijos de la misma tierra. Es curioso que me preguntes, Ann, si soy feliz en la tribu que me vio nacer, junto a las personas que han velado por mi salud y mi buen ánimo desde mi tierna infancia. Lo soy, o mas bien quiero creer que lo soy, me esfuerzo mucho por serlo, pero se que hay algo más para mí además de mi tribu y mi familia.

Ahora te pregunto yo a ti, y necesito que la honestidad se distinga entre nosotras. ¿Cómo sabes mi nombre y cómo conoces a mi familia? Si tienes por objetivo conocerme, pero ya hay cosas que sabes de mi y yo no sé ninguna de ti creo que eso no nos deja en igualdad de condiciones.

Dejaré esta carta donde encontré la anterior esperando que llegue hasta ti.

Cumandá.

 

Querida Cumandá, sé de ustedes porque he leído mucho, su larga enemistad entre tribus es algo muy sabido por todos, además siempre sentí curiosidad por la hija de Tongana al ser una criatura tan hermosa y distinta por ser muy blanca.  

Si vamos a conocernos, debo decir que no soy parte de alguna tribu, soy alguien externa a, ¿Qué yo no sea parte de la tribu, no ocasiona problemas o está mal visto que te relaciones con los de mi clase? Dicho esto, sería bueno compartir gustos, intereses y pretendientes, actualmente en mi vida existe una persona, pero no es ese alguien que sienta sea para mí, ¿qué hay de ti? Supongo que en la tribu deben haber varios pretendiéndote, alguno que sea aprobado ya por tu padre.  

También apreciaría mucho si me contarás más sobre la zona donde vives, para mí es increíble que vivas rodeada de tanta naturaleza, donde yo vivo estamos lejos de tener un aire tan puro como tú.

Agradezco el tiempo te tomaste en responder,

Ann

Ann, sigues llamándome querida, un nombre que solo se lo había escuchado a una persona antes de leerlo en tus cartas. Extrañamente me reconforta leerlo, escucharlo y pensar que en ambos hay sinceridad. Me parece que es bueno leer. Aprendí a leer y a escribir con mi hermano blanco, es otra de las cosas por las que estoy agradecida con él. Gracias a eso ahora puedo conversar contigo.

No perteneces a ninguna tribu, eso es curioso. Mi hermano blanco tampoco pertenece a ninguna tribu, y mi familia ha estado recordándomelo demasiado últimamente. Las leyes de mi gente me alejan de la persona a la que amo, y eso es algo que no puedo controlar.

Me preguntas por mis gustos, me gustan mis palmeras, el Palora y pasear en canoa. No hay mucho más que me interese estos días. Aunque eso podría considerarse una mentira, y hay alguien que ya me ha dicho que su Dios me podría castigar por mentir. Entonces te confesaré a ti Ann, algo que solo le he dicho a una persona. Estoy enamorada, su nombre es Carlos. Anhelo el día en que pueda dejar de llamarlo hermano para poder llamarlo esposo. En la tribu muchos me han dicho lo ejemplar que soy, pero ninguno con intenciones que no fueran halagar mi talento y destreza.

Mi padre dice que lo único malo de mi es que me parezco a los blancos, pero he llegado a creer que no es tan malo si me parezco a ustedes. Si como Carlos, tú también le das valor al esplendor natural que nos rodea creo que podríamos llevarnos bien. Todo es verde hasta donde alcanza la vista y el aire es tan fresco y ligero que a veces llego a pensar que me elevo como avecilla cuando una corriente pasa por mi lado. Hay árboles que puedes trepar y ríos en los que te puedes bañar cuando te plazca. Podrías visitarme, a mi hermano blanco lo han recibido aún en contra de sus ideales, y yo podría protegerte todo el tiempo, quizá si vienes te guste más mi selva.

Estaré esperando por una nueva carta tuya.

Cumandá.

Querida Cumandá, agradezco mucho la invitación a conocer tu hogar, me encantaría mas no será posible. Me da gusto hayas decidido confiarme algo tan intimo como tus sentimientos por el joven de quien me hablas, Carlos. Me tomo el atrevimiento de asumir, también siente algo por ti, si ese es el caso, tengo sentimientos encontrados, ya que me produce alegría ser tu confidente y gozo el saber que quieres y te quieren, más en mi situación de saber de ti, no me deja del todo alegrarme por su sinceridad y felicidad, te pido disculpas por no poderte decir más. Tomando en cuenta que ya te había dicho con anterioridad que no estaba en mis posibilidades entrar mucho a detalle sobre mi o el contarte como se de ti, apreciaría siguieras contestando mis inquietudes, ya que mi objetivo es conocerte realmente, a ti, a tu persona, a Cumandá, Cumandá la indígena, Cumandá la mujer.

¿Carlos está dispuesto a dejar su vida fuera de la tribu? ¿Tu estas dispuesta a dejar la tribu por él? ¿Cuáles son sus planes respecto a cómo coexistirán sus raíces tan distintas? ¿Crees tus padres y tu tribu acepten la unión? Antes de Carlos, por tu carta me diste a entender nadie te llamaba la atención, me gustaría saber a qué se debe que haya sido Carlos quien se ganara tu corazón.

Esperando tu próxima respuesta, me despido

Ann.

Querida Ann, ni siquiera yo me he atrevido a asumir tal cosa, pensar que Carlos me ama a mí tanto como yo le amo a él es demasiado vanidoso y es de lo último de lo que quisiera pecar, aún así, debo confesar, nuevamente delante de ti y de nadie más que me haría muy feliz que sus sentimientos fueran iguales o siquiera la mitad de los míos. Me alegra tanto haber encontrado una amiga en ti. A mi madre no le puedo contar lo que siento y lo que pienso porque temo que piense que he perdido la razón o peor, la virtud. Eres mi única amiga, Ann.

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