Literatura Dramatica
Enviado por Ivan Dumandžić • 18 de Octubre de 2017 • Informe • 1.982 Palabras (8 Páginas) • 217 Visitas
Prologo
Muchas veces pensamos que la vida es dura y tratamos de escapar a “nuestro mundo”, un lugar en nuestra mente donde creemos que estaremos a salvo de la realidad. Ese mundo son nuestros sueños, pero algunas veces nuestros sueños se tornan en nuestra contra y resultan ser peor que el mundo real.
Eso es algo que aprendí mientras estaba en el Colegio Militar Leoncio Prado allá en Perú, que me marcó para siempre. Ahora yo también sufro de estas pesadillas a menudo, pero con el tiempo pude acostumbrarme a ellas Aunque debo admitir que no soy el mismo que antes, aquella experiencia me dejó marcado de por vida.
A menudo tengo estos pensamientos reflexivos sobre el mundo de los sueños, he llegado a tal punto de volverme loco pero para que nadie se dé cuenta me mantengo aislado de los demás. Desearía ser alguien “normal” y no estar marcado por esto, pero debo admitir que gracias a esta experiencia he podido convertirme en un gran pintor.
I
-No quiero ir, por favor, te lo suplico, no quiero ir- dice Ricardo.
-La decisión ya está tomada, irás al Colegio Militar Leoncio Prado para que te conviertas en hombre de una vez por todas.
La madre no interfiere en la discusión y prefiere ir a preparar la cena.
-Ve a preparar tus maletas, se te terminó tu vida de maricón rodeado por mujeres. Irás a un lugar en donde te convertirán en un verdadero hombre.
Dicho esto, Ricardo fue a su habitación a preparar sus maletas sin decir nada mientras sus lágrimas recorrían su cara. Luego de preparar las maletas escuchó que su madre lo llamaba a cenar a lo que respondió “estoy descompuesto, me iré a dormir”.
Estaba todo oscuro, no se veía nada a los alrededores y no sabía en dónde estaba parado. Había una señora que resultaba de rostro conocido pero no podía identificarla. Se comienza a ver una luz a lo lejos, y lentamente todo se va tornando más claro, es como si luego de haber recorrido un largo túnel se llega a su final y se ve la luz.
Finalmente se ve todo, resulta que es una casa, en la que se encuentra la mujer que ya había visto antes. Al ver por una ventana hacia afuera se ve el día, el sol, etc. Eso no importa porque ella se sienta en la mesa, parecía algo común y corriente. Luego de la nada se escucha un ruido del piso de arriba pero nadie lo nota, desde la escalera baja una sombra, trate de avisarle pero parece que nunca se dio cuenta. Solo me quedaba mirar la horrorosa escena; la sombra comienza a acercarse a la mujer, veo por la ventana que todo se vuelve oscuro de nuevo, que comienza a brotar sangre de las paredes. Todo se estaba volviendo una maldita pesadilla. Cuando vuelvo a mirar hacia el lugar donde se encontraba la señora, veo como la sombra le corta la garganta y luego desfigura su rostro a cuchillazos.
II
-¡Ricardo! ¡Despierta Ricardo que vamos a ir a buscar tu uniforme para el colegio!
Se escuchan los gritos del padre desde la cocina, Ricardo baja y desayuna con su familia. La madre, se da cuenta que algo ocurre afuera pero debido a que su marido estaba de mal humor por la discusión de anoche decidió no decir nada. Al terminar de desayunar se van hacia el centro a buscar el uniforme que se les solicitaba a los aspirantes a ingresar al Colegio Militar Leoncio Prado. No hay mucha conversación en el camino. Mientras Ricardo se prueba el uniforme, su padre alardea orgulloso de que su hijo va a entrar al prestigiado colegio a tal punto de que Ricardo mira con cierta cara de odio a su padre. Su madre trata de calmarlo diciendo que no se preocupe, todo irá bien.
Luego de haber comprado el uniforme, vuelven a la casa, y esta vez lo que la madre había notado antes lo notan todos. Estaba la policía en la casa de Rosa, la vecina de en frente. Una vez que bajan del auto, la madre se acerca a preguntar qué fue lo que pasó. Uno de los vecinos dice “Rosa murió anoche, nadie sabe si fue un asesinato o causa natural.” Se quedaron hablando un rato mientras Ricardo subía a su habitación a preparar todo para irse al internado.
Era domingo por la tarde y entre los padres de Ricardo hablaban sobre la muerte de su vecina, “ha estado de lo más bien, la semana pasada nos habíamos juntado a jugar a las cartas” le decía a su esposo. Nadie entendía el por qué, los oficiales solo se limitaron a decir que había sido encontrada muerta sobre la mesa de la cocina por su marido. Ricardo se encontraba en su habitación, ya había aceptado que no le quedaba otra que ir al colegio así que decidió acostarse temprano porque en la mañana siguiente su padre lo llevaría al Leoncio Prado.
-Créeme hijo, es por tu bien. Quiero que te conviertas en un hombre hecho y derecho y no lo lograras rodeado de mujeres, tu madre no lo comprende pero yo tengo razón. Además verás como cuando salgas serás todo un hombre y entenderás el por qué te estoy mandando ahora, sé que debe ser difícil para ti, pero confío en que me comprenderás algún día.
Ricardo solo estaba callado mirando la nada mientras su padre le hablaba, finalmente habían llegado al colegio y en la puerta lo esperaba un sargento “pase, ve a tu dormitorio mientras tu padre firma los papeles”. El muchacho no dijo nada y obedeció.
A penas llegó al dormitorio notó que ya habían otros muchachos de su edad, se dirigió a una cama desocupada, dejó sus cosas y se recostó. Pasó un sargento diciendo que se cambien y deberían presentarse en el patio en quince minutos para que les expliquen cómo iban a ser las cosas de ahora en adelante. Una vez en el patio ocurrió lo que ya se esperaba Ricardo, unos gritos, presentaciones, explicaciones, etc.
III
Con el tiempo, Ricardo se ganó el apodo de “El Esclavo” debido a que se volvió la victima de sus compañeros. Finalmente llega el examen de química, luego de que Arróspide termina de repartir las pruebas los cadetes inclinan las cabezas sobre la hoja, todo se torna en una atmosfera tensa. El esclavo se encontraba nervioso, miraba a sus al rededores y en cuanto vio la oportunidad “tss, Castel, tsss Castel, Castel pásame la tres” Castel estaba en la suya cuando escucha a el esclavo y le susurra “¿cuál?”, el esclavo seguía insistiendo “pásame la pregunta tres, y decime que pusiste en la cinco” “se más preciso que nos van a pillar, no te he entendido” le respondía Castel comenzando a elevar su voz, ya se notaba que estaba perdiendo la paciencia. El esclavo corta un pedacito de papel y le escribe tres y cinco, cuando se lo pasa a Castel y este se lo devuelve con las respuestas. A los quince minutos Castel le pide al esclavo la pregunta diecisiete, “todavía no la hago” le dice. Castel elevando la voz le dice “te acabo de pasar las preguntas que me pediste, encima yo te pasé dos, solo te pido que me pases una no te cuesta nada, déjate de mariconerías y pasa la pregunta diecisiete”, “espera ya va” susurra el esclavo, “ya va no, ahora, pasa ya”.
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