MARCO TEÓRICO DE EVALUACIÓN

Evaluación

Entender a qué se refiere el término evaluación provoca remitirnos el surgimiento de ésta. En 1916 año de desarrollo industrial donde las escuelas eran concebidas como fábricas y la materia prima fue comparado con el alumnado, en ese mismo año Henry Fayol publica en su libro Administración general e industrial los términos planificar, realizar y evaluar, incitando su concepción y apropiación en el campo educativo que buscaba y sigue buscando insaciablemente un desarrollo pedagógico-didáctico, dando lugar a la aparición de especialistas en diferentes ramas como organización, planificación, currículum, en la misma evaluación, estrategias… teniendo una visión más clara de los resultados obtenidos sobre el rendimiento obrero, provocando discusión sobre la acción a tomar para conocer el rendimiento académico, sin embargo y pese a las diferencias existentes entre estos trabajos y su rendimiento la concepción de evaluación fue asemejado al sistema educativo debido al rigor y objetividad que denotaba la expresión numérica. Es así como el proceso y control empresarial surge paralelamente a la evaluación escolar.

El proceso mismo de evaluación sigue incorporando nuevos elementos que ayuden a comprender mejor los resultados obtenidos, por tanto se le considera como un asunto evolutivo. A manera de aclarar el concepto cito lo expresando en el Programa de Estudio 2011:

 “La evaluación es entendida como un proceso de registro de información sobre el estado del desarrollo de los conocimientos de las y los estudiantes, de las habilidades cuyo propósito es orientar las decisiones respecto del proceso de enseñanza en general y del desarrollo de la situación de aprendizaje en particular.” (SEP, 2011, pág. 293)

Por otro lado Casanova (1998) lo define a apartir de su aplicación en el proceso de enseñanza y aprendizaje, considerándola como un proceso riguroso y sistemático, en el cual se busca y obtienen datos desde el inicio de dicho proceso, posibilitando continua y significativa información a disposición del evaluador, cuya intención es conocer la situación para formar juicios de valor que orienten la toma de decisiones (adecuadas) para guiar y mejorar el proceso educativo, en sentido positivo y progresivamente.

A estos conceptos les hace falta la consideración de dos funciones con las cuales funge según Díaz Barriga (2007) la social y una pedagógica en donde la primera está orientada a los usos que se le da a la evaluación las cuales van más allá de la situación de enseñanza y aprendizaje relacionándola directamente con cuestiones como la selección, segregación, promoción, acreditación, certificación, y la información a otros, mientras que la segunda se relaciona con el mejoramiento de la situación de enseñanza y aprendizaje a través de la comprensión y regulación del mismo proceso puesto que se enfatiza la atención a la toma de decisiones de orden adaptativo, es así como se integra la función pedagógica al proceso de enseñanza como una genuina evaluación continua.

Como es sabido por algunos en las prácticas docentes ocurridas en el aula la función pedagógica de la evaluación como la social aparentan estar separadas enfatizando principalmente la segunda, a pesar de eso dichas funciones son compatibles y parte del proceso educativo aunque en diferentes momentos, la función pedagógica está más presente durante los tres momentos del proceso, antes, durante y después mientras que la función social recae su importancia al final de proceso para conocer si el niño cumple o no con los objetivos establecidos. Díaz Barriga (2007) nos recuerda que las metas de la educación son por naturaleza sociales y culturales debido a que cumple con una actividad social y socializadora al acreditar o desacreditar a los educandos y denunciando si se consiguió o no los logros académicos establecidos, al igual que el desarrollo de competencias y capacidades que los preparan para acceder y ser miembros de una cultura, así asumir roles propios de ella.

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