Marco Teórico De Principales Enfoques De Evaluación De Proyecto De Inversión
Enviado por Sagitariano • 23 de Julio de 2014 • 4.337 Palabras (18 Páginas) • 316 Visitas
MARCO TEÓRICO
* Extraído de Arlette Beltrán Barco y Hanny Cueva Beteta: “Ejercicios de evaluación privada de proyectos” - UPN Trujillo / Cuarta edición / 2011
FLUJO DE CAJA DEL PROYECTO
Estado de cuenta básico que se utiliza para determinar la rentabilidad de un proyecto de inversión. Consiste en la agregación de los flujos de ingresos y gastos efectivos asociados con la marcha del negocio. Dicho estado se construye para un número específico de años, o vida útil del proyecto, que depende de la capacidad del mismo para generar renta económica.
Existen diferencias sustanciales entre el flujo de caja y otros estados financieros utilizados tradicionalmente, específicamente el estado de pérdidas y ganancias. Sin embargo, el flujo de caja se construye a partir de la información que se obtiene de los mismos.
Existen hasta tres tipos de flujos de caja: el flujo de caja económico, el flujo de financiamiento neto y el flujo de caja financiero o total, el cual es una agregación de los dos primeros. Esta diferenciación responde a la necesidad de dar sustento a distintos tipos de decisión de inversión respecto a un mismo proyecto. De esta forma, cada uno de estos flujos se utiliza para llevar a cabo una determinada clase de evaluación.
1. Flujo de caja económico (FCE):
Se incluyen los ingresos y gastos del proyecto como si este fuera íntegramente financiado por el dueño del mismo; es decir, no considera las fuentes efectivas de donde provienen los fondos para el negocio. Este tipo de flujo incorpora cuentas de capital y operativas.
1.1. Cuentas de capital:
i. La adquisición de activos, sean estos tangibles (edificios, maquinaria, etc.) o intangibles (patentes, derechos de marca, etc.).
ii. El cambio en el capital de trabajo . Esta cuenta se origina en la necesidad de enfrentar los desastres entre los procesos de producción y ventas, no solo al inicio del negocio -momento en el que se requiere contar con los insumos necesarios para producir las primeras unidades que se piensa vender-, sino también cada vez que se enfrente un aumento en el nivel de producción o inestabilidades en los volúmenes de venta que generen la necesidad de mantener inventarios.
En la práctica, y dada la dificultad para obtener información proyectada específica, el cambio en el capital de trabajo se estima como un 10 ó 15 por ciento del incremento en el volumen total del proyecto de las ventas. No obstante, y si fuera posible disponer de una mejor información, sería posible utilizar algunos métodos alternativos para su cálculo y, específicamente, el del periodo de desfase.
El método del periodo de desfase consiste en estimar los egresos operativos por periodos así como su coeficiente de rotación (el número de veces en el periodo que estos deberán ser desembolsados ). Luego, se obtiene el capital de trabajo dividiendo dichos egresos entre el mencionado coeficiente, y el cambio en el capital de trabajo, hallando diferencias entre los capitales de trabajo de sucesivos periodos.
iii. Los gastos pre operativos, entre os que se puede mencionar los gastos en reparaciones, acondicionamientos y otros gastos pagados por adelantado.
Asociados con las cuentas de capital se debe determinar tanto la vida útil del proyecto como su valor de liquidación. Nótese que en ambos casos nos referimos al negocio en si y no a los activos que lo componen. La vida útil del proyecto se puede definir como el número de años durante los cuales el proyecto genera rentas económicas: beneficios por encima de aquellos que se obtienen con la mejor alternativa especulativa de igual riesgo. Ello no impide que a lo largo de la vida del proyecto se pueda reponer sucesivamente diversos activos que vayan quedando obsoletos; lo importante es durante cuánto tiempo el desarrollo del negocio en sí mismo le permite al inversionista obtener beneficios extraordinarios. Así, la determinación de la vida útil implica llevar a cabo un análisis del beneficio neto de cerrar el negocio en cada uno de los periodos potenciales de liquidación. Otra posibilidad es que la vida útil esté asociada con la adquisición del activo principal de proyecto, cuya reposición –por la magnitud de capital que involucra– amerite ser evaluada como un proyecto nuevo. Finalmente, podrían existir ciertas condiciones de operación del negocio que autodefinan su vida útil, como sería el caso de una concesión o una franquicia.
En lo que respecta al valor residual, este dependerá de la valorización del conjunto de activos y pasivos con los que cuenta el proyecto en el momento de la liquidación. Existen diversos métodos para llevar a cabo dicha valorización; el más simple es la agregación de los valores en libros de los activos y pasivos de la empresa. Sin embargo, un método más exacto implicaría llevar a cabo un pequeño sondeo de mercado que permitiera determinar el valor real de los activos en el momento del cierre del negocio, dadas las condiciones de uso y su estado de obsolescencia, así como la situación financiera de los pasivos .
1.2. Cuentas operativas:
i. Los ingresos, que deben también incluir aquellos vinculados con actividades que no sean del giro del negocio pero que hayan sido generados gracias a la inversión realizada en él .
ii. Los costos de producción y los costos administrativos.
iii. Los impuestos como el IGV, el impuesto a la renta, las contribuciones sociales, etc. En lo que se refiere al IGV, se debe recordar que este es un impuesto al valor agregado, por lo que al momento que la empresa debe pagar por los bienes que se vende se le descuenta el impuesto ya pagado por los activos y los insumos que adquiere para la producción de dichos bienes. Por lo mismo, es posible que exista un desfase entre el momento en que se producen los ingresos y gastos de la empresa y aquel en que efectivamente se paga el IGV.
En el caso del impuesto a la renta, es necesario tener en cuenta que lo que efectivamente se paga por este concepto es el impuesto calculado a partir de la utilidad contable (estado de pérdidas y ganancias). Esto es así porque existen costos contables que son aceptados como tales por la autoridad tributaria ero que no son salidas efectivas de dinero, por lo que no deben ser incluidos en el flujo de caja del proyecto; el caso más específico es el de la depreciación . Además, es posible encontrar una serie de costos y/o ingresos que se asientan en los estados contables cuando devengan pero que se hacen efectivos en periodos diferentes a los consignados en dichos estados, lo que genera sustanciales diferencias entre el flujo de cada y el estado de pérdidas y ganancias; sin embargo, la autoridad tributaria reconoce como utilidad gravable aquella que se obtiene a partir de este último.
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