Promover la lectura en los niños y niñas.

INTRODUCCION

La experiencia de leer, escuchar y contar historias sigue ejerciendo una atracción tal sobre los niños, es algo que todavía ni la televisión ni internet ni todos los juegos electrónicos han logrado reemplazar. Por eso, resulta oportuno que apenas las clases empiecen en las escuelas debemos introducir el tema: la importancia de la lectura para una sociedad como la nuestra y que mejor que empezar con los niños.

Es por esto que vamos a promover el amor por la lectura a los niños y niñas en las escuelas que nos encontramos laborando, ¿Cómo lo haremos? Vamos a hacer de los textos parte de la cotidianidad de nuestros estudiantes. Recordándoles que los libros son nuestra principal fuente de información y poco a poco seguirlos motivando a seleccionar sus textos.

Nuestra prioridad es fomentar la lectura, pero debemos empezar por el ejemplo, como docentes nosotros debemos crear hábitos de lectura en nuestros niños y tratar de que ellos sean portadores de esta costumbre en sus casas, ya que la familia también es parte importante de la educación y rutinas de nuestros niños.

El compromiso de incentivar la lectura viene desde casa es por eso que siempre debemos tener una buena comunicación con los representantes de los estudiantes, ya que se ha comprobado que los padres que les leen a sus hijos crean rutinas positivas y fomentan la lectura por lo tanto son niños que lee cotidianamente.

Se ha dicho mucho sobre que entre más temprano se fomente la lectura crea un vínculo irrompible y el niño empieza no solo a interpretar si no que adquiere generalmente más facilidad para relacionarse con los demás niños y las personas en general ya que sabrá cómo expresar lo que siente.

“Bien y lealmente deben los maestros mostrar sus saberes a los escolares leyéndoles libros”. (Alfonso X El Sabio, Las siete partidas, siglo XIII).

Claramente podemos entender que somos nosotros los responsables de que los niños quieran leer, no convirtiéndola en un castigo, si no promoviéndola como un juego, como algo mágico y maravilloso, más bien como un premio.

Una de las estrategias que podemos utilizar es mantener los libros al alcance de los niños. Que sientan que es parte de sus pertenencias, que es algo suyo, como su lápiz o su lonchera, es importante hacer que el niño sienta confianza en poseer un libro y valore la importancia de poseerlo, que recurra a su lectura en cualquier caso, ya sea de aburrimiento por necesidad, debemos enseñar a que la lectura nos educa, y que nuestro libro es un buen amigo que nos ayuda en nuestra tareas cotidianas no solo de la escuela si no de la vida diaria.

Según Borges (1978), uno de los instrumentos más asombrosos inventados por el hombre es el libro, y toma como referencia que todas las creaciones solo son extensiones de su cuerpo y que el libro en cambio es una extensión de la imaginación y la memoria.

A esto podemos dar la importancia de la lectura, ya que leyendo desarrollamos la creatividad, la imaginación y la memoria y necesariamente tenemos el deber de hacerlo, ya que el futuro de ello y el éxito en sus vidas y de nuestra sociedad depende mucho de la creatividad, la imaginación y el ingenio con que sobrelleven su existencia y así podremos marcar la diferencia.

Cuando un niño de nuestra institución educativa lee bien, tiene la facilidad de aprender más rápido, y se desarrolla de forma impresionante su intelecto y creatividad, pero cuando sucede lo inverso es como si se les cerraran las puertas como si fueran ciegos ante todo lo maravilloso que es el aprendizaje, y todo lo que dicen sus maestros se vuelve un castigo una carga.

“La lectura es la inteligencia lo que el ejercicio es el cuerpo”. (Steele 1981).

A esto podemos decir que cada vez que tomamos un libro estamos

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