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ANÁLISIS DEL CUENTO HANSEL Y GRETEL


Enviado por   •  18 de Septiembre de 2013  •  1.257 Palabras (6 Páginas)  •  3.604 Visitas

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ANALISIS

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Hansel y Gretel trata de las dificultades y ansiedades del niño que se ve obligado a abandonar su vinculación dependiente respecto a la madre, y a liberarse de su fijación oral. Hansel y Gretel, aferrados a su fijación oral, no piensan más que en comerse la casa que representa simbólicamente a la madre malvada que los ha abandonado (les ha obligado a marcharse de casa), y no dudan en arrojar a la bruja a las llamas como si se tratara de comida.

La madre representa la fuente de alimento para el niño, por lo que éste cree que es ella la que lo abandona. La angustia y la gran decepción que el niño experimenta al darse cuenta de que la madre ya no quiere satisfacer sus necesidades orales le lleva a creer que, de repente, la madre se ha convertido en un ser poco cariñoso, egoísta y despreciativo. Es decir, la transforma en su imaginación de madre a madrastra y de madrastra en bruja malvada.

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Abandonado como se piensa (todo niño), el miedo a morir de hambre le obsesiona y, por eso, sólo puede pensar en la comida como solución a todas sus dificultades. En el caso del cuento, el pan representa la comida en general, la salvación del hombre, imagen que Hansel toma al pie de la letra debido a la angustia que experimenta. Al no saber encontrar en la realidad, una solución a su problema (como lo había hecho anteriormente con las piedras), puesto que la confianza en que la comida los salvaría (migas de pan para marcar el camino) les ha fallado, Hansel y Gretel dan rienda suelta a su regresión oral.

La casita de turrón representa una existencia basada en las satisfacciones más primitivas. Arrastrados por sus impulsos incontrolables, los niños no piensan más que en destruir lo que les hubiera podido dar cobijo y seguridad, a pesar de que el hecho de que los pájaros se comieran las migas de pan debería haberles advertido de que no tenían que comer nada más.

Al engullir el tejado y la ventana de la casita de turrón, los niños demuestran que están dispuestos a comerse a alguien además de la casa. Hansel y Gretel habían proyectado en sus padres ese temor a ser devorados, como causa de su abandono. En los sueños, así como en las fantasías o en la imaginación infantil, una casa, vista como el lugar en que vivimos, puede simbolizar el cuerpo, normalmente el de la madre que, en efecto, alimenta al bebé con su cuerpo.

La regresión al estado primario ideal cuando se vivía simbólicamente unido al pecho de la madre da al traste con toda individuación e independencia. La bruja, está tan dispuesta a devorar a los niños como ellos a destruir la casita de turrón. Cuando éstos ceden a los impulsos incontrolados simbolizados por su voracidad ilimitada, corren el riesgo de ser destruidos. Los niños se comen únicamente la representación simbólica de la madre, mientras que la bruja pretende devorarlos a ellos.

Los planes malvados de la bruja obligan, finalmente, a que los niños se den cuenta de los peligros que acarrea la dependencia y la voracidad oral ilimitada. Para sobrevivir, deben tomar la iniciativa y ser conscientes de que su único recurso se basa en llevar a cabo planes y acciones inteligentes. Una conducta dirigida a un objetivo determinado, y basada en una visión correcta de la situación en que se encuentran, debe sustituir a las fantasías de satisfacción de los deseos: el cambio del hueso por el dedo que lleva a la bruja a caer en las llamas.

El camino hacia un nivel superior de desarrollo se abre únicamente cuando se reconocen los peligros inherentes a la fijación en una oralidad primitiva y en sus tendencias destructivas. Entonces resulta

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