Antropología Filosófica (dimensión Corporal, física Y Espiritual Del Hombre)
Enviado por santiago4044 • 21 de Octubre de 2013 • 2.981 Palabras (12 Páginas) • 1.553 Visitas
Antropología filosófica
Son muchas las ciencias que estudian al hombre ya sea directa o indirectamente, abordando un aspecto particular de su ser o de sus actividades: biología, medicina, psicología, política, lingüística, entre otras. De un modo genérico, la antropología tiene al hombre como su objeto de estudio. Ahora bien, el término “antropología” puede utilizarse para designar el estudio de los seres humanos desde una perspectiva biológica, o social-cultural o bien filosófica. Entonces, la antropología se divide en tres grandes campos: la antropología física, que trata de la evolución biológica y la adaptación fisiológica de los seres humanos; la antropología social o cultural, que se ocupa de las formas en que las personas viven en sociedad, es decir, las formas de evolución de su lengua, cultura y costumbres; y la antropología filosófica, que estudia al hombre desde la perspectiva de sus principios últimos o aspectos fundamentales de su naturaleza o esencia.
La antropología filosófica es una rama de la filosofía alemana y no de la Antropología científica que, principalmente, se ocupa de las incertidumbres de índole ontológica, centrado su atención en el hombre, tomando en cuenta una variedad de aspectos de la existencia humana, pasada y presente, combinando estos materiales diversos en un abordaje íntegro del problema de la existencia humana. Además, se pregunta por la naturaleza fundamental de su ser, se pregunta lo que diferencia al ser humano de todos los demás seres, cómo se define a través de su existencia histórica, etc. Tales interrogantes fundamentales de la antropología filosófica pueden ser condensadas en una pregunta radical: ¿Qué es el ser humano?
La concepción más compartida para cada respuesta a las preguntas existenciales que se ha planteado el hombre, apuntan hacia un postulado fundamental en que todos los seres humanos, en forma individual, crean un significado propio para dar una esencia y justificar nuestras vidas.
En sí se trata de identificar dónde existen las respuestas evidentes o hipótesis metafísicas; pero algo queda en claro: la antropología filosófica sólo puede dar respuestas relativas, o sea, sujetas a cambios, pues todas las preguntas fundamentales de la existencia humana no tienen una conclusión absoluta.
¿Qué es el hombre?
Por la denominación científica es el Homo Sapiens (hombre que piensa), entonces desde ese punto de vista científico sería una especie animal constituida por los seres humanos, perteneciendo al orden de los primates. Sus capacidades mentales le permiten inventar, aprender y utilizar estructuras lingüísticas complejas, matemáticas, escritura, ciencia, tecnología. Ahora desde un punto más espiritual decimos que el hombre es un ser racional compuesto de cuerpo físico y alma, un ser que ama y el mismo que posee un sin número de sentimientos.
¿De dónde venimos?
El proceso de evolución biológica de la especie humana (hominización), nos habla de sus ancestros hasta el estado actual, el ser humano desciende muy posiblemente de una rama de los primates. Ahora desde el punto de vista de la religión fuimos creados por Dios, todo poderoso y omnipotente.
¿Hacia dónde vamos?
El ser humano posee libre albedrio, poder de decisión; pero desde un punto de vista más metafísico todos tendríamos un destino. Allí planteamos más preguntas como ¿Cuál es el fin de la raza humana? ¿Existe una misión para mí?, etc.
¿Qué es la muerte?
Según el punto de vista de la ciencia de la tanatología (1), la muerte es el fin de la existencia del ser, se cumple el ciclo vital de la vida. Pero desde una concepción más espiritual la muerte sería sólo el principio de una nueva vida en un más allá.
Dimensión Corporal
Todo hombre es persona. De acuerdo con la definición clásica formulada por Boecio, la persona es la substancia individual de naturaleza racional. El término "persona" añade un matiz de dignidad. Todo hombre y mujer es persona, y no puede dejar de ser persona o serlo en mayor o menor medida. No existen categorías en el orden personal. En este sentido, conviene no confundir entre sí las categorías metafísicas con las éticas. Teniendo en cuenta la licitud moral de nuestras acciones, podremos ser "buenas" o "malas" personas (según actuemos, o no, de acuerdo con nuestra naturaleza o esencia); pero se trata de una categoría desde la ética que no afecta al orden metafísico u ontológico.
El hombre es un ser social por naturaleza: la sociabilidad es una de sus características esenciales. Para satisfacer sus necesidades materiales y espirituales, el hombre necesita no sólo "coexistir" con sus semejantes, sino "convivir" con ellos, mantener relaciones interpersonales. Por otro lado, todos los hombres obran siempre por un fin: su felicidad. Parece que el sentido de la vida humana está relacionado con el deseo natural de felicidad del hombre y que nunca logra satisfacer. La vida es algo así como un viaje cuya meta es la felicidad; y hacia ese objetivo encaminamos todos y cada uno de los pasos de un itinerario que decidimos libremente. No conocemos la duración de ese viaje pero sí tenemos la certeza de que el viaje tendrá un fin: a diferencia del animal, el hombre tiene conciencia de la muerte. La certeza de la muerte está presente en el horizonte de la vida y se nos presenta no sólo como el final del camino, sino también como un grave obstáculo a ese ansia de infinitud y natural deseo de felicidad.
El drama de la muerte humana nos obliga a plantearnos el sentido o sinsentido de la existencia. Desde la postura propia del materialismo, que considera que el hombre es simplemente un ser estrictamente material, se interpreta que la muerte es el acontecimiento biológico terminal de este ser más evolucionado, pero al fin y al cabo animal, que es el hombre. Sin embargo, existe una larga tradición filosófica que se inicia ya con los pensadores griegos, especialmente Platón, y que afirma la inmortalidad del alma humana. Desde esta perspectiva, se considera que el hombre posee un alma espiritual, un principio inmaterial, que es inmortal; es decir, sobrevive o subsiste tras la separación del cuerpo que implica la muerte. Entre otros argumentos, fundamentan su demostración en la subsistencia e inmaterialidad del alma.
(1) La tanatología, disciplina integral que estudia el fenómeno de la muerte en los seres humanos aplicando el método científico o técnicas forenses, tratando de resolver y enfrentar las situaciones conflictivas que suceden en torno a ella, desde distintos ámbitos del saber, como son la medicina, la psicología, la antropología física, la religión y el derecho.
Corporeidad
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