Análisis De Un Articulo De Opinión

Articulo De Opinión

Lizeth Geraldine Flórez

04/06/2013

¡Mamá!

Por: FERNANDO QUIROZ |

06 de Mayo del 2013

Fernando Quiroz

Lo primero que habría que decir es que los hombres y las mujeres somos distintos. Distintos, más allá de lo obvio, de lo que a tantos les produce risa: ¿por qué les parece tan chistoso hablar de los órganos sexuales, por qué se sonrojan, por qué cambian el tono de la voz?

Superado el escollo, volvamos. Decía que somos distintos: unos éramos cazadores, luchábamos con los animales, recorríamos largos trechos, llevábamos el alimento. Ellas protegían a las crías, les presentaban el mundo, diferenciaban con su olfato lo conveniente de lo peligroso, llevaban las cuentas.

Unos levantábamos las piedras para despejar el camino y cargábamos bultos a lo largo de este, y alguien dijo –supongo que nosotros mismos– que éramos el sexo fuerte. Porque pensábamos que la fuerza estaba en unos músculos mejor dotados. Y creímos que por fuertes teníamos la razón, teníamos los derechos, teníamos la última palabra: o todas las palabras, si nos daba la gana mandarlas a callar.

Nos habían dado la fuerza de los músculos –que es la menos importante y la menos sorprendente de las fuerzas– para protegerlas a ellas y a las crías. Pero nos faltó afinar la fuerza de la razón y la fuerza del entendimiento y permitimos que se pervirtiera esa fuerza y la usamos como argumento: y enseñamos a la humanidad a recurrir a esa fuerza que primero fueron músculos y luego fueron armas antes que a la fuerza de las ideas y de las convicciones y de las conveniencias. Y llegamos, incluso, a usar la fuerza contra ellas mismas.

Con el paso del tiempo, me parece –quiero creerlo– que nos hemos dado cuenta de la estupidez que nos asistía. De la estupidez que todavía asiste a muchos.

Quiero creer que nos hemos dado cuenta de que la fuerza más grande es la fuerza de la vida, la que ellas poseen y conservan. Que su posibilidad de engendrar y de perpetuar la especie les da la posibilidad de mirar más allá, de descifrar con mayor facilidad los misterios, de encontrar más fácil los caminos correctos.

Hace rato aprendí a confiar en el instinto maternal más que en mis propias suposiciones, que en mis creencias, que en mis sospechas. Y ahora que el calendario señala el día de la madre, convierto la fecha en una disculpa para rogarles que tomen las riendas, de verdad. Estoy convencido de que el mundo necesita un relevo de fuerzas. Que llama con llanto de recién nacido a la fuerza de la vida que ellas poseen para que se imponga sobre la fuerza de la destrucción y de la guerra.

ANALISIS DESDE LA SITUACION DE COMUNICACIÓN

Desde la situación de comunicación se visualiza un articulo de opinión, que principalmente tiene por titulo ¡MAMÁ!, nombre que nos indica el tema en el cual se centrara el discurso, el contrato social de habla que se visualiza, esta ligado a la intención que tienen ambos participantes del acto comunicativo, por un lado esta el del periodista que quiere dar a conocer su punto de vista desde su propia concepción de mundo sobre el rol que han desempeñado las madres en la sociedad, y la fuerza que de ellas se desprende para dar vida y conservarla y el de los lectores del periódico quienes se interesan por conocer lo que piensa dicho periodista.

Es decir, el contrato de habla se refiere a un yo enunciador que informa y un interlocutor que aprende.

Texto

(Titulo) ¡Mamá!

Género discursivo Contrato social de habla

Locutor/Intención El interlocutor es el columnista del periódico Fernando Quiroz del periódico “El Tiempo”, cuya intención en relación con el tema, es aportar sus puntos de vista, desde sus creencias y convicciones acerca del papel que cumplen las madres en la sociedad y la fuerza que ellas albergan para dar vida, fuerza que ha sido desvalorada por los hombres.

Y en cuanto a los propósitos con respecto al interlocutor, esta el informar y e hacer publico sus puntos de vista frente a los lectores del periódico, pero sobre todo hacer un llamado y convencer a los lectores pero sobre todo a las “mamas”, para que ellas hagan valer su fuerza generadora de vida y tomen las riendas del hogar.

Interlocutor/Propósito En este caso, el interlocutor o los interlocutores son los lectores del periódico “El Tiempo”.

En cuanto al propósito que ellos tienen esta principalmente conocer lo dicho por el locutor, estar al tanto de la situación de las madres en la sociedad, conocer de que parte esta el locutor y cual es su argumento para incitar y convencer sobre el relevo de fuerzas que necesita el mundo.

Tema

(Estilo – léxico) El tema tratado es el de la fuerza de la vida, fuerza que solo poseen y conservan las mamas, y que por excusas machistas ha sido desvalorada y opaca por la fuerza de los músculos.

El locutor habla desde lo cotidiano, con un lenguaje sencillo y familiar.

Tipo de texto Articulo de opinión del periódico “El Tiempo”

ANÁLISIS DESDE LA SITUACIÓN DE ENUNCIACIÓN

La unidad que conforma un discurso está dada por el enunciado y éste no puede ser atribuido a un solo individuo, pues que todo enunciado es la resultante de la interacción de dos interlocutores dentro de una situación social compleja de la que resulta un enunciado.

El enunciador comunica el enunciado al Enunciatario con una determinada intención. En el caso del artículo ¡mama! de Fernando Quiroz, lo dicho anteriormente esta determinado así:

EN RELACION CON EL ENUNCIADOR

¿Qué voz o voces se enuncian? Solo se presenta la voz del locutor, a través de dos enunciadores,

Un enunciador 1 que presenta sus argumentos sobre la diferencia que habita entre el sexo masculino y el sexo femenino, o mejor dicho, el sexo fuerte y el sexo débil.

Y un enunciador 2 que reconoce que la fuerza mas grande es la fuerza de la vida, la fuerza que poseen y conservan las mamas.

Imagen del YO Se presenta como alguien descomplicado, de pensamiento crítico, maduro y abierto, quien cree en la fuerza maternal, es un hombre que defiende la fuerza de la vida sin importar que muchos otros aun no estén de acuerdo con ello.

Rol asumido Se presenta un

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