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Bases Para Una Buena Escritura


Enviado por   •  22 de Septiembre de 2013  •  3.028 Palabras (13 Páginas)  •  604 Visitas

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BASES PARA UNA BUENA ESCRITURA

No hay nada mas emocionante para un lector que un texto bien nutrido y llamativo, en el que se conjuguen el estudio y conocimiento del lenguaje y la palabra.

Lograr una buena escritura, manejada en un lenguaje común, de fácil percepción para todo tipo de lector, pero donde a su vez, se maneje de forma adecuada la semántica y el estilo propio de un buen redactor, es el resultado de una buena técnica para confeccionar todo tipo de escrituras.

A continuación revisaremos algunos tips que nos servirán de gran ayuda para volvernos expertos artistas de la redacción.

1. Uso del diccionario.

Sin duda alguna, esta es la herramienta mas indispensable de todo escritor, pues se vuelve el libro de cabecera al momento de escoger las palabras adecuadas para que nuestros textos sean los mas enriquecidos, con las frases correctas y los nuevos conceptos que vamos encontrando.

Existen diferentes tipos de diccionarios, como son;

a) semánticos: donde aparecen las palabras y enlistados sus distintos significados.

b) de uso: en vez de una definición, se ofrece frases en que se observan los modos de empleo de cada palabra.

c) de sinónimos: como su nombre lo indica, enlistan los vocablos afines al que se busca y con ello se evita la repetición de palabras.

d) de dudas del idioma: incluyen las principales dudas gramaticales que se presentan a la hora de redactar tales como la conjugación de los verbos irregulares, el uso de preposiciones, la ortografía de palabras provenientes de otros idiomas, gentilicios poco comunes y aun los barbarismos más frecuentes y su corrección.

e) enciclopédicos: no dedicados al idioma, sino a conocimientos de orden general. Auxilian a resolver dudas sobre personajes y hechos históricos, datos geográficos, temas científicos y culturales.

f) biográficos: además de proporcionar, por lo general en forma escueta, los principales acontecimientos vitales de un personaje, permiten verificar la ortografía correcta de nombres y apellidos. Suelen estar al día porque constantemente se reeditan, además de incluir personajes de la cultura popular, como actores de cine o deportistas, muchas veces no incluidos en los diccionarios enciclopédicos.

g) de especialidades: sirven para consultar distintos temas por especialidad. Existen de filosofía, ciencia, historia, economía, literatura, psicología, administración, etc.

2. La importancia de escribir

Muchos piensan que el arte de escribir es un privilegio de pocos, nada más falso que esto. Lograr un texto bien terminado no solo necesita conocimiento, también requiere práctica y dedicación, por esto es necesario dedicar algunos minutos diarios a incentivar la escritura, de esta forma lograremos ser excelentes redactores.

3. Leer

La lectura es la base fundamental de la buena escritura, no hay mejor forma de ampliar nuestro léxico y de paso nuestro horizonte cultural que leer. Un poeta norteamericano acostumbraba colgar sobre su cama, como si fueran móviles, cartones con palabras y las cambiaba conforme se familiarizaba con ellas. Ésta es una vía; la otra, la única, es leer y de preferencia obras en español.

4. No repetir vocablos.

Al contrario de lo que podría suponerse, en el momento de escribir, cuando más las necesitamos, contamos con menos y no con más palabras. Muchos términos que empleamos al hablar son soslayados por diversas razones: desconocemos su ortografía, tenemos dudas sobre su significado exacto o son más propios del habla que de la lengua escrita. Para los dos primeros problemas, ya se comentó que el diccionario es una valiosa herramienta para su solución. Pronto estaremos familiarizados tanto con la ortografía como con los significados de nuestro vocabulario habitual. El tercer problema atañe a cuestiones de gusto y hasta de personalidad; a algunos, les agradará

acercarse a la lengua de todos los días; a otros, en cambio, preferirán una lengua menos cotidiana. Sin embargo, la necesidad permanece: no hay que repetir palabras.

5. Evitar las palabras vagas.

Es común el uso de palabras como cosa, especie, algo, para referirnos a objetos o situaciones que pueden precisarse en un texto. Cuando escribimos “en su declaración, el Presidente analizó, entre otras cosas, que la deuda externa obedece a...” demostramos que no sabemos a ciencia cierta cómo catalogar las tales cosas. En este ejemplo, es preferible escribir “en su declaración, el Presidente analizó, entre otras causas, que la deuda externa obedece a...” Hay ocasiones en que estas formas sí son indispensables en la escritura porque son parte del caudal del idioma, como en el título de la obra de Michel Foucault, Las palabras y las cosas, o en el de una película mexicana Algo flota sobre el agua, donde no podrían omitirse porque la generalidad (de las cosas) o la vaguedad (de algo) es el significado que se quiere comunicar. Sin embargo, deben sustituirse con términos más precisos en los casos en que el redactor, por flojera mental, deja indeterminado lo que percibe con vaguedad.

6. Escoger bien las palabras.

Un texto plagado de palabras, bellas de por sí, pero que no vienen al caso, es una clara señal de inexperiencia al redactar. Debe elegirse cada palabra por su significado; no prodiguemos, entonces, espejismos, dialéctica, sistémico, azogues, querubines y piedras preciosas ni adjetivos elogiosos o furibundos como espléndido, excelente, magistral, infame, criminal o canalla a no ser que el sentido, muy bien, meditado, lo justifique.

7. Escribir párrafos cortos.

Los expertos señalan que más de 12 líneas pierden la atención del lector, de ahí que los párrafos de los diarios tengan, por lo general, entre ocho y doce líneas como máximo. Sin embargo, debido a la mayor preparación de los lectores, las revistas especializadas soportan párrafos más largos y los libros, por su número de páginas, párrafos aún más extensos. Sobre todo si se comienza a escribir, son preferibles los

párrafos breves, aunque no debe caerse en el extremo contrario de quienes prodigan los puntos y aparte al grado de simular un telegrama de frases sueltas, sin ilación.

Estas son algunas de las técnicas más empleadas al momento de redactar, con mucha practica y dedicación todos podemos convertirnos en buenos escritores solo hay que mantener el habito de la lectura y dedicar a diario un momento a la escritura, escribir cualquier cosa, los que se nos venga a la cabeza en el momento, eso sí, implementando

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