Benveniste, É (1997). Estructuras y análisis y Funciones sintácticas En Problemas de lingüística general

Benveniste, É (1997). Estructuras y análisis y Funciones sintácticas En Problemas de lingüística general t.1 Traducido por Juan Almela. México: Siglo XXI Editores. pp 91-158

La preocupación de Benveniste hacia la lingüística y su obvia aplicación en la lengua no se muestra  simplemente en un estudio general  donde no se hacen análisis  específicos y  al final se torna en un “algo”  básico que requeriría indagar y profundizar mucho más. Sino que fue su interés por tomar  a la lingüística como una ciencia de gran importancia para la humanidad, en la que este profesor realiza una minuciosa y magnífica investigación sobre la lengua y como lo indica el título del libro, los problemas que se presentan en la lingüística.  Durante el capítulo III y IV, Émile Benveniste  muestra un análisis hecho a la estructura de la lengua y las funciones sintácticas de esta.

Desarrolla el objeto de la estructura en la lengua y cómo llega este término a ser aplicado dentro de la lingüística, con el fin, según Benveniste de “no denunciar el abuso, sino explicar el uso” (Benveniste, 1997, p91).  Como primera aclaración, denota  a Saussure como el precursor del estructuralismo sin olvidar que él nunca acuñó el término de “estructura” sino que para él, el término utilizado siempre fue el de “sistema” y que su formación partía desde la conformación de la lengua; de la unión de pequeños elementos que se integran e interactúan entre sí, constituyendo  una sociedad en donde uno depende del otro. Hacia 1929 aparece por primera vez el término estructura, para establecer así, la concordancia entre los elementos fonológicos y el sistema lingüístico.  

Dentro de la estructura entra la clasificación de las lenguas, donde se realiza una distribución de las familias encontrando rasgos genéticos comunes entre las mismas, que surge de un proceso  detallado de identificación de todos los elementos: fonemas, morfemas, agrupación e interacción entre los mismos, etc.  Sin embargo no se puede gestar un grupo de condiciones generales en cuanto a la forma,  que se apliquen a todo un conjunto de lenguas en el que se hallen rasgos similares, refiriéndose primeramente a las indoeuropeas.  Trazando algunas características  en cuanto a rasgos fonéticos y gramaticales de ciertas zonas, Benveniste infiere  que la facilidad de clasificar las lenguas yace de “la evolución bastante lenta de las lenguas y el hecho de que no cambien idénticamente en todas sus partes. De ahí la conservación de esos residuos arcaicos que facilitan la reconstrucción de los prototipos” (Benveniste, 1997, p. 105). Sin olvidar la importancia de la comprensión de la forma y de los elementos que integran la estructura lingüística de la lengua.  

A continuación, el autor establece los niveles de análisis lingüístico, para el estudio de la lengua e incluso para la misma clasificación de la que se habla en el párrafo anterior. Este procedimiento de evaluación consiste en el ejercicio de dos operaciones: 1. la segmentación y 2. la sustitución, para instaurar vínculos que los unen.  La comparación se funda en una doble relación entre los elementos paralelos de una parte del enunciado que está siendo analizado, y la relación entre dicho elemento y los elementos que puedan ser sustituidos  de forma recíproca. En igual medida, manifiesta el problema de la lingüística moderna; la relación forma- sentido. Dándose una inclusión de la forma y del sentido, pues al querer definir uno se debe remitir inmediatamente al otro.  Formula las definiciones de cada concepto: “La forma de una unidad lingüística se define como su capacidad de disociarse en constituciones de nivel inferior. El sentido de una unidad lingüística se define como su capacidad de integrar una unidad de nivel superior.”(Benveniste, 1997, p.125).  

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