CARTAS A UN ESTUDIANTE DE DERECHO

En un principio Miguel Carbonell hace referencia al cambio tan espontaneo en la vida del alumno que inicia sus estudios en la Universidad y que en poco tiempo ha dejado atrás a sus amigos y profesores de la preparatoria, ahora no hay nadie que le diga qué hacer o qué camino debe tomar y en donde nadie le pedirá que asista a clases o que entregue tareas, ya ha elegido su propio camino y por lo tanto debe ser responsable al cien por ciento de todo su quehacer profesional, pues su futuro depende de ello. Se comprende que el estudiante de derecho deberá de trabajar y leer bastante para obtener una cultura general y sobre todo legal, ya que es su ramo y por lo tanto debe dominarlo y la única manera de poder cumplir este objetivo es a través del habito de la lectura, el cual deberá diariamente fortalecer, ya que esta será la base principal de su carrera, las clases no proporcionan todo el material con el que un buen abogado debe contar, pero esto no significa que no deba asistir a sus clases con puntualidad y constancia, sino todo lo contrario, ya que en estas encontrara la información para poder conocer más sobre el mundo jurídico. El nuevo estudiante de derecho debe, siempre, mantenerse informado y actualizado, es decir con los cambios que se efectúan habitualmente en el mundo legal, no sólo a nivel nacional, sino también mundial, esto se puede lograr fácilmente gracias al internet y a redes sociales, ya que hoy es posible poder leer revistas y periódicos, de otras partes del mundo, e incluso libros y sin ningún costo. El nuevo alumno de leyes tendrá que ampliar su vocabulario ya que la en la carrera de derecho es un vocabulario totalmente nuevo para el estudiante, por lo que deberá estudiarlo, y comprenderlo, ya que memorizar no lo es todo para un futuro abogado, si no logra entender e interpretar por completo el derecho, se encontrara en desventaja, en un futuro, cuando labore junto a sus demás colegas dentro de un tribunal.

Cuando logre dominar este lenguaje, el abogado se vuelve rebuscado en su manera de hablar, sin embargo es justo esto lo que se debe evitar, pues este defensor deberá darse a entender de una manera clara, segura y sobre todo comunicar con eficacia lo que quiere transmitir, ya que en un juicio este le deberá exponer al juez sus puntos por los cuales su señoría debería dictar la sentencia a favor de su cliente, es decir el abogado durante el juicio, sobre todo si es oral, deberá dirigirse, cara a cara, al juez o tribunal respetuosamente y de acuerdo a las formalidades aplicadas durante la audiencia, esto de una forma clara y concisa, para no confundirlo con la idea que se pretende transmitir. Siempre se debe ser transmitir la confianza de lo que se hace o dice, para así poder transmitir seguridad a quien dará un veredicto, esto en un principio se puede lograr a través del conocimiento total del caso, pues es preferente evitar las lecturas largas, ya que esto sólo mostraría inseguridad e ignorancia del caso. Una característica importante que debe tener un buen abogado será la habilidad para escuchar, esto es de suma importancia, ya que en la declaración de la contraparte se puede encontrar los puntos débiles, en los cuales se podrá apoyar para la defensa de su cliente, mientras que si sólo oye las palabras sin prestarles importancia, se le ira de las manos el litigio, pues es justamente en este momento donde podrá encontrar las preguntas con las que refutara a su oponente y logrará la victoria para su cliente.

El siglo XXI llegó con los avances tecnológicos más asombrosos, los principales fueron

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