Caitulo III El Valor De Educar
Enviado por azacare • 20 de Julio de 2014 • 661 Palabras (3 Páginas) • 219 Visitas
CAPÍTULO III
El eclipse de la familia
“El niño no es una botella que hay que llenar,
sino un fuego que es preciso encender.”
Montaigne
En alguna parte de este escrito se pretende plasmar el sentido con el que Savater (1997) expresa su preocupación por la función del núcleo familiar de la actualidad, así como su impacto y relación con los formadores agentes educativos; como son la escuela, religión y sociedad.
Es imprescindible señalar que la familia resulta ser el primer acercamiento y encuentro con la educación del ser humano. Es aquí donde se forman los valores, conocimientos, experiencias, pero sobretodo la convivencia con los demás. Dice Savater que los niños deberían de aprender aptitudes fundamentales como la de hablar, asearse, vestirse, obedecer a los mayores, proteger a los pequeños, compartir y otros dones. Pero la realidad es que en las escuelas hay alumnos carentes de esas actitudes que debieran ser proveídas en casa para ser pulidas en clase.
Sin embargo es de importancia retomar como se da el aprendizaje en la familia, pues se pone de manifiesto un alto grado de afectividad como motor que impulsa al desarrollo de acciones de imitación, seducción y contagio. No obstante existe la parte motivadora, pero también aparece el miedo a dejar de ser amado por quienes se cuenta en cada momento de la vida.
A todo esto Savater sugiere una educación familiar que funciona con el ejemplo. Misma que solo se efectuará cuando se reflexione conscientemente, y los padres estén informados acerca del papel que verdaderamente deben jugar, lejos de ser su amigo para los hijos, de sesiones discursivas de trabajo, hábitos del corazón y chantajes afectivos. Debieran ocuparse por brindar principios morales estimables que resistirán luego las tempestades de la vida.
En un sentido muy estricto el autor presenta un panorama muy claro al que día a día los docentes nos enfrentamos en el quehacer educativo. Pero sobre todo nos ubica en la realidad de lo que podemos y debemos hacer desde la postura donde nos encontramos. De tal suerte que “los docentes perciben este fenómeno cotidianamente, y una de las quejas más recurrentes es que los niños acceden a la escuela con un núcleo básico de socialización insuficiente para encarar con éxito la tarea de aprendizaje”. (Tedesco)
En virtud de lo anterior el docente debe luchar con estos retos de la vida escolar, pese a la violencia, narcotráfico, desigualdad, miedos, crisis de las familias, drogas, la influencia de la televisión y los prejuicios. Abrir la posibilidad prometedora para la formación moral y social de la conciencia de los futuros ciudadanos. Sin olvidar que formamos en las escuelas gente sensata, no santos. No vaya a ser que por querer hacer a los jóvenes demasiado buenos no les enseñemos a serlo lo suficiente.
Preguntas
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