Casanova perspectiva de evaluación

Compare los conceptos de evaluación defendidos por María Antonia Casanova y por Silvina Gvirtz y Mariano Palamidessi. Señale semejanzas y diferencias. Destaque todos los aspectos que le parezcan relevantes en el estudio contrastivo de conceptos.

Casanova maneja  una perspectiva de evaluación donde muestra la influencia que ha tenido desde el campo empresarial, resultados cuantitativos, y que en educación evaluar es “medir” la cantidad de conocimientos que han adquirido los alumnos a lo largo de su escolaridad. A lo largo de la historia se recurrieron a muchos métodos de evaluación, los tests a principios de siglo fueron la herramienta de evaluación fundamental, este concepto de evaluación de aplicar y cuantificar donde parecía la forma más objetiva de obtener resultados. Esa búsqueda de la objetividad que es errónea, donde la arbitrariedad a la hora de poner una nota queda a juicio de la subjetividad del docente. La evaluación ha sido interpretada como sinónimo de medida, en la actualidad se apunta a diferentes modelos de evaluación con un enfoque cualitativo, capaces de recabar datos enriquecedores, en el proceso de enseñanza y en el desarrollo del alumnado en sus procesos de aprendizaje. De aquí la importancia que la evaluación tome parte en currículo. Uno de los problemas que surge en el quehacer en el aula es que no es solamente adoptar un nuevo concepto de evaluación, sino que esto conlleva un proceso de cambio en las prácticas educativas, en un sistema donde los alumnos estudian para aprobar y los docentes enseñan para que sus alumnos superen evaluaciones. El concepto de evaluación que expone el autor apuntan a los procesos educativos y su funcionalidad, Casanova “ La evaluación aplicada a la enseñanza y el aprendizaje cosiste en un proceso sistemático y riguroso de recogida de datos , incorporado al proceso educativo desde su comienzo, de manera que sea posible disponer de información continua y significativa para conocer la situación, formar juicios de valor con respecto a ella y tomar las decisiones adecuadas para proseguir la actividad educativa mejorándola progresivamente. De esta forma plantea a la evaluación como como un proceso en el cual se deben recoger datos de forma rigurosa, de tal forma que se obtengan datos válidos que permitan tomar decisiones de juicio de valor respecto a las evaluaciones. El proceso de evaluación debe sobrepasar la visión de la misma como la comprobación de resultados para calificar, positiva/negativa, cambiar el concepto sancionador y controlador de la evaluación y entenderla desde una perspectiva más funcional.

Sin duda que se debe detectar la ene el alumnado los diferentes errores  y subsanarlos en la inmediatez posible y no esperar el examen para sacar las dudas o repensar nuestras prácticas buscando diferentes estrategias donde logremos aprendizajes que sean realmente significativos. También el autor muestra una visión positiva en el cambio, donde se deben tener en consideración diferentes pautas a la hora de evaluar para que cobre real sentido: al detectar el error, aclarar las dudas de forma adecuada para poder seguir avanzando sostenidos sobre conceptos fuertes. B) No sancionar los errores sino realizar un uso positivo del mismo, “ese error detectado no tiene efecto sancionadores, puesto que de él no se deriva una calificación negativa…”. Lo que apunta específicamente Casanova  es el cambio de imagen de la evaluación, en  el momento actual, los procedimientos tradicionales de evaluación promueven la homogeneización de la población al no respetar sus diferencias singulares, cada día más reconocidas y valoradas como elemento de enriquecimiento social. De esta forma, excluyen del sistema, primero escolar y luego social, a buen número de población que no se ajusta a los entendidos como niveles estándar de rendimiento académico, sin considerar el progreso que debe producirse en las múltiples capacidades que cada persona posee. La incorporación de las competencias básicas en los sistemas educativos actuales, refuerza la idea de introducir variadas técnicas e instrumentos para evaluar los avances del alumnado, especialmente en la educación, de modo que la evaluación, como elemento curricular decisivo, contribuya de modo eficaz a la mejora de los procesos de enseñanza y aprendizaje y, en consecuencia, a la calidad de la educación para todos.

En lo que respecta a la evaluación y su funcionalidad algunos autores manejan finalidades diversas que se pueden alcanzar mediante su aplicación, y determinan funciones de la evaluaciones tales como predictiva, de regulación, formativa, prospectiva, sumativa, de control de calidad, descriptiva, de verificación, y desarrollo. De todas estas se toma como fundamentales la evaluación sumativa y formativa, la primera resulta útil para valorar los productos o los procesos que se consideran terminados, el fin es determinar el valor del producto final. Se aplica en un momento concreto, final y permite una toma de decisión en algún sentido. Es una evaluación que no es indicada para evaluar procesos sino que está pensada para evaluar resultados finales, el error cuando en el uso de esta evaluación es sumativa es el único procedimiento que se utiliza, aquí es donde la evaluación se vuelve un castigo. Sin embargo la evaluación formativa utiliza valoración de proceso, donde a lo largo de este se investiga y se recaban datos de forma rigurosa y es paralela a las diferentes actividades que se van enseñando, de esta forma se pueden detectar cuales son las dificultades y fortalezas a la hora de aprender, y esto permite favorecer al alumno de forma más idónea. Aquí tenemos que mientras la evaluación formativa debe asegurar el producto evaluado, la evaluación formativa debe garantizar que los medios de ese sistema sean los adecuados, cumpla una función reguladora de todo el proceso.

Este proceso formativo  según Perrenoud tiene tres características fundamentales, la recogida de datos, en lo que refiere al progreso y dificultades de los alumnos. La interpretación de la información y diagnóstico de las dificultades, y la adaptación de las actividades de enseñanza en función de los datos recogidos.

Siempre el resultado es consecuencia de un proceso, no pueden separase procesos y rendimientos, cada persona es un ser único si se logra que el procesos de aprendizaje de la misma mejore, también mejorarán sus resultados finales. También existen referentes externos (evaluación normotipo) donde se destacan dos tipos de evaluaciones normativa y criterial. La primera supone la valoración del sujeto en función del nivel del grupo en el que está integrado, esto quiere decir que si el nivel del grupo es bueno, el alumno que es de nivel medio puede ser evaluado de forma negativa en comparación con el resto o viceversa si un estudiante es de nivel medio en un grupo de bajo rendimiento, la valoración no responde con exactitud a las posibilidades reales frente a los referentes externos marcados por el sistema educativo.

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