Certeza
Enviado por kitty98 • 4 de Octubre de 2022 • Trabajo • 409 Palabras (2 Páginas) • 69 Visitas
Marzo / 2014
CERTEZA.
Beso con suavidad y con ternura tus labios en el instante previo de que despunte el alba, para que abras los ojos con lentitud, y cumplir mi promesa de contemplar el nacimiento ritual de la mañana.
Con los primeros signos de luz que disipan el velo de la niebla, los sentidos del día se estiran y bostezan; se matizan los grises donde durmieron todos los colores transmutándose en verdes el pastizal del valle y en azules las lejanas jorobas de la sierra. En el jardín se rompen las heladas vidrieras de la escarcha y se libera el hechizo esencial del jazminero. En la selva que ya se despereza, con finura de seda los hilillos de luz dibujan los perfiles de ceibas y de juncos, quiebran sus jaras el flujo de cristal de los riachuelos hasta encontrar la arena de su lecho para dorar el misterio reptante de sus ramblas.
Un rayo matinal, con su inicial tibieza, empieza a despertar a los hinchados ojos de la aburrida iguana, a la nerviosa oreja del conejo, al coro gutural de los gorriones… sonidos y silencios peculiares musicalizan el preludio vital de la jornada. Ya el grillo ha silenciado desde la madrugada su serenata de coloratura; una sonaja agita la hiedra trepadora delatando a la siempre escondida lagartija; la alfombra de hojas secas se escucha en el camino de las liebres; desde el estanque los sonidos del agua se incorporan tocados por la lengua sedienta de los corzos; por todos los rincones de la tierra se van uniendo voces animadas, desde el cantar del gallo de Pedro hasta el mugir hinduista de la vaca. Sones de viento silban en la trama olvidada de los bosques. En la margen marina que acaricia el contorno sensual de la ribera, la resaca se lleva en un sorbo de espumas, hacia mares ignotos, hacia otras playas, los sueños que incubara la marisma; rompen las nuevas olas. Cumple genuina su misión la Aurora al dar a luz al día.
Yo beso mientras tanto con suavidad y con ternura tus labios en el instante previo de que despunte el alba, para que abras los ojos con lentitud, y cumplir mi promesa de contemplar el nacimiento ritual de la mañana. Y así me siento, amor, custodio de la vida, pues tengo la certeza de que todo el milagro de luz que forja al día, bebe la Aurora de la ingénita fuente de tus ojos, al primer parpadeo… cuando despiertas.
Eduardo Jiménez
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