Cien años De Soledad

“Cien años de soledad”

Gabriel García Márquez

La obra traza la historia de varias generaciones de la familia Buendía, comenzando con la pareja José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán, un matrimonio de primos. Debido a este parentesco, el rumor sale a la luz cuando Prudencio Aguilar cuestiona la hombría de José Arcadio, este último lo mata con una lanza, pero no se libera tan fácilmente de su enemigo, cuyo fantasma le aparecerá constantemente.

Después de este episodio, José Arcadio y algunas familias deciden dejar el pueblo de Riohacha y atraviesan la sierra en busca de una salida al mar, en el trayecto nace su hijo primogénito José Arcadio. José Arcadio (padre) sueña con una "ciudad ruidosa con casas de paredes de espejo… llamada Macondo” (p.31). Es en este pueblo donde nacerán su segundo hijo Aureliano y su hija Amaranta.

Amaranta nace y crece sin tener una figura paterna clara. Cuando ella nace José Arcadio Buendía se muestra indiferente dado a que esta tan dedicado a los trabajos de alquimia y Úrsula se va en busca de José Arcadio. Amaranta crece siendo criada por una muchacha indígena, que se llamaba Visitación.

Crece junto a Rebeca (una niña huérfana que la familia Buendía adopta, que llega con los huesos de sus papás dentro de una bolsa), ellas crecen tan alejadas de sus papás, que un día, Úrsula las ve como si fueran dos desconocidas: ”Tan ocupada estaba en sus prósperas empresas, que una tarde miró por distracción hacia el patio, mientras la india la ayudaba a endulzar la masa, y vio a dos adolescentes desconocidas y hermosas bordando en bastidor a la luz del crepúsculo. Eran Rebeca y Amaranta” (p. 62).

Amaranta nunca fue tan linda como pudo ser Rebeca, su único amor fue Pietro Crespi, quién al final decidió, que quería estar con Rebeca y no con ella. Pietro Crespi se iba a casar con Rebeca pero Amaranta se propuso a hacer todo lo posible por que el matrimonio no tuviera lugar “-No te hagas ilusiones. Aunque me lleve al fin del mundo encontraré la manera de impedir que te cases, así tenga que matarte” (p.81)

Más adelante Pietro y Amaranta se hicieron muy buenos amigos, Crespi se terminó enamorando de ella, hasta le pidió que se casara con él, para sorpresa de todo el mundo ella le dijo que no. “-No seas ingenuo, Crespi –sonrió-, ni muerta me casaré contigo.” (p. 119), Pietro quedo tan mal que se terminó suicidando.

Amaranta aunque hubiera tenido varios pretendientes nunca quiso casarse con ninguno “-Cásate con él –le dijo-. Difícilmente encontrarás otro hombre como ése. […] –No necesito andar cazando hombres –replicó-“(p.147). Nunca estuvo lista para mostrar sus sentimientos ni mucho menos para compartirlos con un hombre, estuvo más ocupada odiando a Rebeca.

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