Competencia Lectora Desde Pisa

Me gustaría referirme a la preocupación – si no es que alarma – que desde hace años se expresa reiteradamente sobre el bajo nivel de lectura de nuestros jóvenes, así como su deficiente comprensión de lo que leen, como ha quedado de manifiesto tras las diversas aplicaciones de las pruebas ENLACE y PISA a estudiantes mexicanos. De acuerdo con la Encuesta nacional de hábitos, practicas y consumo culturales que presentó el CONACULTA en febrero de 2012, durante los 12 meses anteriores sólo 27% de la población leyó un libro, de los cuales sólo el 13% lo terminó, 43% declaró que no conoce una biblioteca, y el 24% no tiene ningún libro en casa…

Es interesante no perder de vista que la insistencia en el valor de la lectura es un fenómeno reciente, pues como ha señalado Michéle Petit, durante mucho tiempo, en numerosos países, la preocupación preponderante estuvo relacionada, más bien, con los peligros que podría traer una amplia difusión de la lectura. Algunos historiadores han documentado que en el siglo XVIII la lectura de novelas se consideró como peligrosa por su capacidad de afectar a los lectores más sensibles, “como el hombre de sentimientos, o los más crédulos, como los niños y las mujeres” además de que la influencia textual volvía al lector “Ciego y sordo”

Continuando con la idea de que la lectura, en tiempos pasados no fue tan valorada si no contrariamente se consideraba dañina Karin Littae señala que:

“Sobre todo, la lectura de novelas románticas se consideraba peligrosa para las mujeres, pues podían despertar falsas expectativas con respecto al matrimonio y acarrear una sensación de disconformidad con la realidad de su propia vida comparada con el mundo de fantasía de un libro. Así, la peligrosidad de la lectura de ficción radicaba en sus posibles efectos: escapismo, alimentar fantasías de todo tipo, sugerir ideas sediciosas, entre otras posibilidades”

En 1795 Johan Georg Heinzmann atribuyo las siguientes dolencias producidas al acto de leer: Predisposición a resfriados, debilitamiento de la vista, accesos de calos, gota, artritis, hemorroides, asma, apoplejía, enfermedades pulmonares, indigestión, obstrucción del intestino, alteraciones nerviosas, migraña, epilepsia, hipocondría y melancolía, (Darnton 1990, 171-172)

Si bien los pobres resultados obtenidos reiteradamente en las pruebas ENLACE Y PISA en competencia lectora, constituyen una fuerte llamada de atención para el sistema educativo del país, es preciso valorarlos también como un síntoma o reflejo de una realidad mayor, que es la sociedad mexicana en su conjunto.

Pero la lectura no sólo se concebía como amenazante para la mente y la participación social del lector, sino también para su cuerpoconferencia de Competencia lectora desde pisa Dra, teresa

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