Comunicación Escrita
Enviado por pedro1172 • 10 de Mayo de 2018 • Ensayo • 1.087 Palabras (5 Páginas) • 107 Visitas
Comunicación Escrita
Ensayo
Por:
Ricardo Alberto González G.
Código: 79695122
Grupo: 50017_3
Tutora:
Yesenia María Escobar
Universidad Nacional Abierta y a Distancia UNAD
Licenciatura en Inglés como Lengua Extranjera
Bogotá, septiembre de 2016
Ensayo sobre la afirmación: “Los docentes deben motivar a sus estudiantes a que cuestionen todo”.
“…Por lo tanto no era la ciencia del maestro lo que el alumno aprendía. Él había sido maestro por la orden que había encerrado a sus alumnos en el círculo de dónde podían salir por sí mismos, retirando su inteligencia del juego para dejar que sus inteligencias se enfrentasen con la del libro”. Ranciere J. (2003) (P, 11).
Podríamos afirmar que hasta hace muy poco tiempo, los estudiantes iban a la escuela solo porque esa era la regla. Estudiaban geografía, historia y matemáticas, porque los padres y maestros decían que así tenía que ser. Nunca se les explicó cuán importante sería el abrir las mentes a nuevas ideas, cuanto se enriquecerían al conocer los conceptos de otros. No comprendían que además de ir a un aula de clases a desarrollar un ejercicio de cálculo o a realizar un análisis literario, estaban re creándose como seres pensantes, crecían como miembros activos de una sociedad. Por qué ocurría esto, era acaso la educación un simple proceso mecánico, impersonal y uniforme, ¿cuál es el papel que debe desempeñar el estudiante y cual el del docente durante el proceso enseñanza-aprendizaje? El enunciado planteado por la guía de actividades correspondiente al momento final del curso comunicación escrita propone que: “los docentes deben motivar a sus estudiantes a que cuestionen todo”. Comparto plenamente esta idea y voy a argumentar porqué.
Sin duda alguna, el objetivo principal de la educación es el impartir conocimientos, ya sean de tipo moral, social o intelectual. No importa en qué circunstancia ni con qué tipo de individuos, se puede asegurar que la educación busca que el estudiante aprenda. Pero ¿qué buscamos realmente que aprenda el estudiante? El aprendizaje humano consiste en adquirir, procesar, comprender y finalmente, aplicar una información que nos ha sido enseñada, es decir, cuando aprendemos, nos adaptamos a las exigencias que los contextos demandan. Es un proceso que busca un cambio (relativamente estable) en la conducta del individuo. Si observamos esta definición, notamos que sobresalen los términos: Enseñado, adquirir, impartir y adaptado. Esto quiere decir que somos en gran parte, el producto de las creencias de algunos y que nos adaptamos a los requerimientos de otros. Un proceso natural e inevitable que nos clasifica como integrantes activos de una sociedad. Pero, solo cuando la necesidad de aprendizaje surge de la voluntad propia, cuando es el estudiante quien siente la imperiosa necesidad de ir más allá, de encontrar y diseñar nuevas formas, aparece la posibilidad de liberarse de las imposiciones y de los términos preconcebidos, es el querer la base primordial del verdadero aprendizaje. Todo aquel que quiera aprender, así tenga pocos o nulos recursos, estará en ventaja frente a aquel que no desee adquirir nuevos conocimientos, así esté rodeado por los más especializados pedagogos. En su libro “El maestro ignorante”, el filósofo francés Jaques Ranciere con su teoría de emancipación intelectual sostiene que “todas las inteligencias son iguales, que cualquier ser humano está en capacidad de aprender y entender una explicación clara, siempre y cuando esta persona crea que lo puede hacer, y si tiene la voluntad de hacerlo”. Ranciere (2007). Esto implica, cambiar pensamientos, deshacer concepciones establecidas, parámetros sociales predeterminados, en resumen, el derribar los sistemas de creencias llevará al estudiante a una emancipación intelectual, una libertad para proponer cosas nuevas, encontrar nuevas posibilidades. Ante estas afirmaciones cabe preguntarnos: ¿Por qué es necesario que el docente motive a sus estudiantes a que lo cuestionen todo? El verdadero maestro enseña a cuestionar, pues es la duda la que obliga a buscar y es precisamente durante esa búsqueda donde cada individuo encontrará su camino. Por tanto, más que enseñar, el maestro debe invitar a sus estudiantes a despertar conciencias, a potenciar las voluntades individuales, romper los moldes y parámetros pre establecidos, para que se interesen por encontrar la verdad por sus propios medios; pero una verdad factible, tangible, indudable, no una verdad impartida y creída en un aula de clase. El maestro debe educar para que sus estudiantes se planteen preguntas y vayan a sus casas con la sensación de que algo les falta y así busquen en sus textos, observen y experimenten. Es responsabilidad de los maestros, educar para construir una sociedad de seres pensantes y no creyentes, una sociedad basada en aprendizaje autónomo, significativo. Una sociedad que cada vez se haga más correspondiente con un futuro mejor.
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