Correr. Un ejercicio que se disfruta
Enviado por emm_manduja • 6 de Septiembre de 2012 • Informe • 1.051 Palabras (5 Páginas) • 1.751 Visitas
Correr. Un ejercicio que se disfruta
Por Paulino Sabugal Fernández
Correr es un ejercicio accesible para personas de todas las edades; no se necesitan canchas, ni vestuario especial (salvo unos buenos tenis), ni juntar a todos los cuates como ocurre en deportes de equipo. Para correr basta con tener la voluntad y el deseo de mejorar la salud, seguir algunas recomendaciones sencillas y lanzarse.
Es sorprendente que en esta época de obsesión por la nutrición light, cuando todo mundo parece estar muy preocupado por su salud y por su figura, la práctica de la carrera lenta y de larga distancia se vea como algo “pasado de moda” en el mejor de los casos o, de plano, como un deporte mortalmente aburrido y ¡hasta peligroso! que puede llegar a dañar vértebras y articulaciones o incluso las vías respiratorias si se corre en ciudades como el Distrito Federal, tristemente famosas por sus altos niveles de contaminación del aire.
Sin embargo, si se hace bien (con tenis adecuados para minimizar el “rebote” de nuestro cuerpo sobre el suelo y corriendo lo más posible cerca de zonas boscosas) la carrera resulta uno de los deportes más completos. La enorme cantidad de maratonistas confirma que correr es una práctica que cada día tiene mayor número de seguidores; para cubrir los 42 kilómetros de esa competencia, los participantes debieron entrenarse por lo menos durante ocho meses en los parques, pistas, carreteras y caminos de todo el país.
¿Por qué correr?
Acaso el desdén que los amantes de la vida sedentaria muestran por los corredores, esté estrechamente relacionado con el sentido comodino de la vida urbana de finales del siglo XX: se trata de obtener los mayores resultados con el mínimo esfuerzo, aunque estos resultados puedan ser efímeros y hasta contraproducentes. Nunca los “jabones reductivos”, las fajas, las dietas (la mayor de las veces sin prescripción médica) o los aparatos del gimnasio ofrecerán el beneficio integral de una carrera larga y lenta para la que, a fin de cuentas, estamos diseñados: somos animales bípedos y la estructura que conforman nuestras piernas y pies es un bello legado de la evolución, el cual, sin duda, sirve para mucho más que calzar zapatos y pisar los pedales que controlan la marcha de un automóvil.
Cuando la carrera es larga y lenta, es decir, cuando se trata de un ejercicio de resistencia que se practica en forma relajada, sin presión competitiva alguna, el corazón, músculo al fin, incrementa de manera sostenida su ritmo de trabajo: se hace más apto y previene el taponamiento de las arterias coronarias por acumulación de depósitos de grasa, uno de los costos de la vida sedentaria. El ejercicio de resistencia aumenta el número de los pequeños vasos sanguíneos llamados capilares y estimula un mejor flujo de nutrientes a las células y una mejor salida de desechos.
Al hacer ejercicio en forma regular y de manera constante (al menos media hora tres veces a la semana), se logra una mayor irrigación sanguínea del tejido muscular y, en consecuencia, una mayor oxigenación de las células. A esto hay que agregar que el músculo cardíaco se va haciendo poco a poco más fuerte, enviando un mayor flujo de sangre a todo el cuerpo en cada latido. Con menor número de contracciones, el corazón “acondicionado”
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