Cuento

Estaba sentada en el sofá de mi casa viendo TV, cuando pasaron en las noticias que había escapado de nuevo un asesino serial en Sonora. Éste asesino había sido culpado de 8 muertes provocadas con cuchillo y 7 por estrangulación. Por alguna razón no me preocupé mucho, digo, en la ciudad de Navojoa, en mi colonia, no pasan muchas interesantes.

Salí un momento al porche a ver las estrellas, y después de un momento, me encerré en mi casa, por si acaso.

Al asegurar todas las puertas, ventanas o cualquier apertura que se pudiera aprovechar para escabullirse dentro de mi hogar, pude irme tranquilamente a dormir.

¿Qué es esto? ¿Un sueño? Me encuentro dentro de un departamento, obviamente no es mi casa, lo sé por los muebles de madera y los adornos lujosos, creo que es la casa de mis padres.

Oh! Ahí está mamá, pero… ¿quién es esa persona que esta con ella? Me acercaré un poco. Esa persona se levantó y se abalanzó contra mi madre. Trato de gritarle de defenderla de esa persona pero no puedo tocarla, estoy a sus espaldas y no puedo hacer nada, estoy sumida en desesperación.

Fui a buscar a mi padre, entré a su cuarto y sólo vi su cuerpo que parecía bañado con copos de nieve, frío, sin vida, cuando me acerco, veo marcas de dientes, partes destrozadas.

Vuelvo a la sala donde se encuentra mi madre y su atacante ¿Quién es esta persona? ¿Por qué le hace esto a mi familia? Le digo que voltee, y es ahí cuando veo su rostro deforme, carcomido, su piel podrida. Nos miramos a los ojos, el atacante parece ido, como si no supiera lo que está haciendo.

Despierto de mi pesadilla, tengo que escapar, antes de que lleguen a esta casa, de seguro me encontrarán, tengo que escapar.

Trato de salir por la ventana de mi cuarto cuando…

- Hola Ana, hace mucho que no nos veíamos

- ¿Cómo entraron? ¿Por qué simplemente no me dejan en paz y ya?

- Eso no es de tu incumbencia. Tú eres nuestra Ana, debes trabajar para nosotros.

- ¡No! ¡Ya no quiero hacer esto! ¡Libérenme por favor! ¿¡Por qué me obligaron a hacerle eso a mis padres?! ¿Por qué a ellos y no a otras personas?

- Nos estorbaban, ¿no querrás estorbarnos tú también o sí?

Me dan un choque eléctrico y caigo inconsciente.

Cuando despierto, veo luces blancas, máquinas por todos lados. Cómo desearía estar en prisión o en un manicomio, en cualquier lado menos aquí, pero me trajeron de vuelta. Estoy de nuevo en la sala de experimentación. Me miro al espejo, no si quiera sé quién, o qué soy. Lo único que sé es que soy un monstruo.

FIN

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