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DESARROLLO DE LA COMUNICACIÓN Y LA ADECUACIÓN PRAGMALINGÜÍSTICA


Enviado por   •  2 de Octubre de 2015  •  Trabajo  •  3.852 Palabras (16 Páginas)  •  104 Visitas

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Olga Lucía Uribe Enciso                 

Curso: LA COMUNICACIÓN Y LA ADECUACIÓN PRAGMALINGÜÍSTICA

Grupo: 18

Fecha: mayo 2 - 2010


Para el análisis comunicativo y pragmalingüístico de las tres escenas de una película se empleará una combinación de los elementos presentes en la guía modelo propuesta en el anexo del  módulo ‘La Comunicación y la Adecuación Pragmalingüística’ y la guía de análisis elaborada por Casalmiglia (CAD, 1997).  Así, se tendrán en cuenta aspectos relacionados con el marco cultural, el contexto discursivo y la estructura discursiva.

En cuanto a los elementos incluidos en el marco cultural, apreciamos en las tres escenas lo siguiente: en la escena 1 (e1) observamos 7 hombres (3 no participan lingüísticamente) y 1 mujer (tampoco interviene lingüísticamente);  en la escena 2 (e2) vemos 2 interlocutores masculinos entre los que se realiza la conversación, 8 hombres y 9 mujeres que no participan lingüísticamente en la conversación principal, pero participan de otros intercambios o situaciones comunicativas. En la escena 3 (e3), 4 interlocutores masculinos y 1 femenina (no participa lingüísticamente). De ahora en adelante sólo nos referiremos a los personajes que tienen participación directa en el intercambio comunicativo principal o que de alguna manera influyen en él. Así, en la e1 nos centraremos en el secretario (s) quien lee el resumen de los hechos y la multa, el letrado que actúa como defensor (l), el acusado (a) y el juez (j); en la e2, en (a) y (l), y en la e3, en Rico (r), Jose (jo), (a), el hombre que está en la mesa con la niña (h) y la niña (n).

 

Respecto a la edad, no hay información exacta; sin embargo, por las cualidades físicas podríamos aventurar una aproximación: (s) podría tener entre 43-45, (l) entre 38-42, (j) entre 45-50, (a) entre 38-42, (r) entre 47-53, (jo) entre (34-38), (h) entre 49-54 y (n) entre 11-14.  Referente a la formación cultural y los elementos diastráticos (relacionados con el nivel sociocultural), podemos inferir que (s), (l) y (j) tienen mínimamente pregrado universitario y (j) debe tener estudios de posgrado. De (a), (r), (jo) y (h) no podemos asegurar el nivel de educación formal; podríamos inferir que realizaron estudios de secundaria, pero no podríamos asegurar que tiene formación universitaria. Respecto a (n) debe estar realizando estudios de secundaria de acuerdo a su edad; en la e3 la vemos realizando una tarea.

 

Basados en el comportamiento que manifestó (a), por el cual ha sido demandado ‘romper una farola durante una protesta’, podríamos inferir que pertenece a un nivel social medio o bajo, de los cuales se esperan esos tipos de acciones de vandalismo o falta de cultura ciudadana. (a) justifica su acción violenta como respuesta a su despido laboral, y por eso no está de acuerdo con pagar la farola, como le vemos en la e2: “¿pero cómo las voy a pagar?, eh? ¡¿Cómo las voy a pagar si me han echado a la calle?! Encima quieren que les pague 8.000 pesetas! ¡Shoo! ¡¿cómo va esto?! ¿Les pago por echarme? ¡Oye! ¿Cómo va?”; por el contrario, siente que están en deuda con él por el despido y el cobro de la farola. (a) también señala que no tiene el dinero para pagar la farola porque ahora está sin trabajo. Esto nos confirma que pertenece a un nivel socioeconómico medio o bajo, donde las personas viven situaciones económicas apretadas o difíciles. Si perteneciera a un nivel alto, tendría el dinero para pagar y se evitaría el lío jurídico en el que se encuentra, y tomaría el despido laboral con más tranquilidad porque tendría el dinero suficiente para no pasar necesidades mientras conseguía otro empleo. Cuando (j) expresa “¡pero la farola no tenía la culpa de nada!” y “¿quiere decir que la culpa de lo sucedido es de quien puso la farola ahí?”, señala su total desacuerdo con la acción y por eso la cuestiona irónicamente, a lo que (l) responde dubitativa y tímidamente “talvez eh, eh, en parte podría entenderse así, señoría”; esta falta de contundencia en la respuesta evidencia la desaprobación de (l) del acto vandálico, pero que por su posición de abogado defensor, debe justificar. Confirmamos el desacuerdo de (l) con el rompimiento de la farola en la e2, en la cual hace un fuerte reclamo a (a) por este acto violento y le manifiesta que es justo que pague por el daño causado: “¡Te cagaste su farola! ¿ no? ¡Pues ahora la pagas!” Estos reproches por parte de (j) y (l) nos muestran su disgusto por este tipo de acciones, lo cual los ubicaría en un nivel social medio-alto o alto, de los cuales se espera la cordura y la sensatez frente a las situaciones difíciles. En cuanto al nivel socio-económico de (r) podríamos inferir que es medio-alto o alto, puesto que le parece que el pago de las 8.000 pesetas no es costoso: “¡Dale moralmente me da igual, sigue sin parecerme cara!”. Al decir esto podríamos inferir que tácitamente está persuadiendo a (a) de pagar justamente por un daño que él mismo ocasionó y solucionar el asunto.

Referente a las variedades diafásicas o registro que es el uso de la lengua condicionado por la situación comunicativa, podemos apreciar lo siguiente: en la e1 lo (s), (j) y (l) usan un registro apropiado (respecto a los destinatarios) y oportuno (respecto a la situación jurídica). (a), sin ser invitado a hablar, repite “muchos, muchos” y “la fuerza pública” para enfatizar lo que está explicando el letrado sobre el contexto de los hechos. Pese a que las palabras son las mismas que usa el letrado, por lo tanto el registro es apropiado, su forma de decirlo no es oportuna para la situación puesto que (a) ya tuvo su oportunidad de descargos con su abogado, y en esa fase del proceso, es su defensor quien tiene el derecho de hablar por (a). En la e2, el cambio de registro por parte de (l) es radical: pasa de un registro propio de una situación jurídica, a un registro informal que responde al registro usado por su interlocutor (a), pero que no es apropiado para el lugar puesto que están caminando por un pasillo de un lugar estatal y hay otras personas cerca. Por ejemplo, el (l) dice “Te cagaste su farola?...”, “¡una mierda nada!...”; (a) dice “¡una mierda de farola!”. En la e3, el registro usado por los interlocutores es informal, oportuno y apropiado; podría pensarse que la presencia de (n) condiciona el uso de expresiones fuertes o soeces, principalmente por parte de (a) quien es el afectado y que en la e2 expresó su enojo e indignación mediante “¡una mierda de farola!.

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