Doña Perfecta, Narrador
Enviado por virgipellex • 13 de Mayo de 2012 • 1.366 Palabras (6 Páginas) • 5.119 Visitas
El tema fundamental de este ensayo es el narrador o el punto de vista desde el cual es narrado esta novela. Las perspectivas de narración se refieren al punto de vista cómo está hecha la narración. Es la manera como el narrador se sitúa en el relato, para diferenciarse del autor y ubicar al lector.
El narrador es de gran importancia para poder captar la atención del lector, ya que el imprime agilidad, misterio, omisión o le oculta hechos con mayor o menor entusiasmo.
Así después de esta breve introducción voy a realizar un análisis de la presencia, del valor o del tipo de narrador o narradores que aparecen en la novela de Doña Perfecta, obra de Benito Pérez Galdós y que se sitúa como una de sus novelas de tesis y por tanto tiene una serie de características ya atribuidas. Por tanto se trata de una novela de la segunda mitad del siglo XIX lo que le imprime un marco social que también afecta a la novela.
El narrador predominante a lo largo de la novela es un narrador reflexivo y omnisciente. Tradicionalmente se distinguen varios tipos de omnisciencia, pero en esta novela de Galdós se da el tipo de omnisciencia total, en la que la presencia del autor se manifiesta en un grado de sabiduría y conocimiento absoluto sobre el universo de lo narrado, tal como un Dios ve a sus criaturas (típico en las novelas de tesis). La presencia del narrador se percibe en toda la obra. Es como si el narrador, además de saberlo todo, quiere hacer gala de su total sabiduría a lo largo del discurso narrativo. El narrador nos cuenta todo lo sucedido en la ciudad de Orbajosa, al tiempo que nos describe personajes e incluso nos habla de sus sueños o pasiones.
Es tal el dominio del narrador sobre la obra que es capaz de controlar incluso la atención del lector, de fijar sus gustos o de orientarle hacia una ideología u otra. Ejemplo de ello lo encontramos en el capítulo XXVI:
“Pero como ahora nos interesa más otro asunto, dejemos a los Polentinos y al teniente coronel que se las compongan como puedan, y pasemos a examinar aquello de los manantiales arriba mencionados”.
Como ya he referido nos puede orientar hacia una ideología u otra, hacia un personaje u otro, de este modo desde la primera toma de contacto que tenemos con la novela, el narrador tiende a presentarnos a Pepe Rey como el héroe de la novela y nos enaltece en todo momento su ideología científica y totalmente terrenal. De esta manera consigue adelantarse casi 50 años a Machado que en su obra Campos de Castilla nos exalta de manera vigorosa a la España moderna frente a la España castiza. Así lo podemos observar en el comienzo de la novela cuando el protagonista llega a la urbs augustiana: “E1 aspecto de su patria de usted (Licurgo] -dijo el caballero examinado el panorama que delante tenía-, no puede ser más desagradable. La histórica ciudad de Orbajosa, cuyo nombre es, sin duda, corrupción de ‘Urbs augusta’, parece un gran muladar”.
Así pues, el narrador de este relato es claramente identificado, pues induce a los lectores a ver la realidad del mismo modo que el protagonista y que él mismo, enfrentándose al de los habitantes de Orbajosa.
Este primer narrador que aparece en la novela pretende ser objetivo, pero contrariamente se trata de un narrador total y constantemente intervencionista; es decir, un narrador que además de contar la historia enjuicia de principio a fin los hechos que se suceden, los personajes, los lugares, etc. Se trata, en suma, de un relato cargado de subjetividad por parte del narrador. Pretende que el lector crea que le están contando una historia tal y cómo acaeció, “Los que nos han transmitido las noticias necesarias a la composición de esta historia, pasa por alto aquel diálogo …” sin embargo el narrador le induce a sacar unas conclusiones ya premeditadas por el autor y en las que el lector es un simple actor. Por ejemplo: “Al día siguiente de esta disputa lamentable [...] Todo el mundo los repetía, y los comentarios eran tantos,
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