ENSAYO CONDORES NO ENTIERRAN TODOS LOS DIAS
Enviado por jeka.89salazar • 19 de Marzo de 2017 • Ensayo • 1.841 Palabras (8 Páginas) • 4.464 Visitas
ENSAYO CONDORES NO SE ENTIERRAN TODOS LOS DIAS
JESSICA CAROLINA SALAZAR NIÑO
CORPORACIÓN UNIVERSITARIA AUTÓNOMA DE NARIÑO
ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS
PUERTO ASIS- PUTUMAYO
2017
ELEMENTOS DEL ESTADO COLOMBIANO
JESSICA CAROLINA SALAZAR NIÑO
JOSE ADONIS VILLAMIL FLOREZ
CORPORACIÓN UNIVERSITARIA AUTÓNOMA DE NARIÑO
ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS
PUERTO ASIS- PUTUMAYO
2017
INTRODUCCION
La violencia en los años cincuenta en Colombia, fue una época manchada por sangre, llanto y dolor de inocentes guiados por malos dirigentes diría yo a título personal, ya que en un periodo de doce años comprendido entre el año 1948 a 1960 encontramos el tan conocido “Bogotazo” donde el pan de cada día eran las peleas entre los dos partidos políticos más influyentes de ese entonces Liberales y Conservadores.
Encontramos hechos históricos aún sin resolver como el asesinato del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán el 9 de abril de 1948, quien fuera el líder del extinto partido UNIR (Unión Nacional Izquierdista Revolucionaria) una corriente que se creó dentro del mismo partido liberal ya extinta claro está, quien se convirtió en la piedra en el zapato de los altos líderes conservadores, entrando así en la mente y corazones de la clase media trabajadora, una de las más olvidadas de ese entonces por la oligarquía colombiana, que crecía muy rápidamente.
Encabezo numerosas protestas, como la famosa protesta del Silencio, Gaitán adquirió más fama, hasta ser conocido en todas partes. El Conservatismo estaba preocupado, pues veía a Gaitán como una seria amenaza para el poder Conservador, reconociendo su verdadero poder y popularidad.
Estos hechos no solo afectaron a Bogotá, si no, a todo el país así como lo vemos en el libro de Gustavo Álvarez Gardeazabal “Cóndores no entierran todos los días”, dentro del cual podemos visualizar una Tuluá bochinchera, pero a la vez atemorizada por un personaje en particular Leon Maria Lozano, quien era apodado como “EL CONDOR” por ser el reconocido jefe de una banda delincuencial denominada Los Pájaros, por ende su jefe no podía ser otro que un Cóndor, según la jerarquía animal. Leon Maria Lozano era una persona humilde de poca educación, católico, enfermo de asma, vendedor de queso en la plaza principal de Tuluá, quien un día por causa de tantas humillaciones decide volverse conservador en un pueblo infestado de liberales, siendo el único que se atrevió a poner un alto a los actos atroces cometidos aquel 9 de abril de 1948 por la muerte del líder liberal Jorge Eliecer Gaitán, donde impidió que una turba enfurecida acabara con el colegio de los Salesianos y con los sacerdotes, pues Leon Maria era un católico con ganas de cambiar su entorno. Gracias a los Doctores de Cali logro un poder absoluto en el Valle del Cauca a tal punto que no se movía una piedra sin el permiso de este personaje, es tan parecido el entorno de la Tuluá de los años Cincuenta al que vivimos los putumayenses en los años ochenta y noventa que se me arruga el corazón solo de recordarlo…
Colombia no es más que el reflejo de la corrupción, del mal manejo de dirigentes políticos, de la tan mencionada mermelada, que aun en este tiempo al igual que en el pasado seguimos siendo solo fichas de un ajedrez que el gobierno mueve a su antojo, cuando quiere y como quiere y lo peor de todo es que somos nosotros mismos los culpables de que ellos “Los Ladrones de Cuello Blanco” estén donde están, se burlen de la capacidad de convencimiento que tiene sobre el pueblo colombiano y de lo fácil que es comprar conciencias con un plato de comida, que verdad tan dura, pero tan cierta.
Es triste ver como nuestro entorno se asemeja cada vez más a Venezuela y sigo pensando que este libro de Alvarez Gardeazabal, parece que hubiera sido escrito ayer, con los mismos tintes de miedo, sometimiento y corrupción de nuestro presente, dice el libro así “Jamás pudo presentarse una demanda contra ellos porque a los abogados liberales se les fue imposibilitando la opción a litigar y no había ningún conservador que se atreviera, por honesto que fuese, a presentar una demanda contra miembros de su mismo partido”[1]. ¿No es esto un claro reflejo de nuestra burda realidad?, ¿No es aun así en nuestro, pueblo, ciudad, país?, yo te pregunto a ti mi querido lector ¿Has visto que en tu entorno pase algo así?... Pues yo sí, y lo he tenido que vivir en carne propia, ya que la justicia lastimosamente está del lado que más le conviene o del lado que más dé ($).
Entrando en materia, Cóndores no entierran todos los días, es un libro bastante detallado, pues el autor describe bien a los personajes y lugares en los cuales se desarrolla la historia, esto hace que sea algo imaginativo. Pienso que el título es bastante apropiado, ya que hace referencia a que los jefes sanguinarios y violentos como “León María Lozano” no son asesinados con tanta frecuencia. El uso que el autor hace de algunas palabras extrañas y la gran cantidad de personajes que hay, hacen que la historia sea un poco compleja o complicada de entender, aunque se basa más que todo en la vida de León María, su protagonista. El principal propósito del libro es hacer reflexionar al lector sobre las graves consecuencias que dejó el enfrentamiento entre los partidos políticos, y el inmenso número de pérdidas humanas y el desplazamiento que dicho conflicto produjo en varios municipios del Valle de Cauca.
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