El Anima De Sayula
Enviado por rvilla01 • 9 de Noviembre de 2012 • 871 Palabras (4 Páginas) • 557 Visitas
EL ANIMA DE SAYULA
En caserón ruinoso
De Sayula en el lugar,
Vive Apolonio Aguilar
Trapero de profesión.
Hace tiempo que padece
Hambre voraz y canina
Y por eso está que trina
Contra su suerte fatal.
No es borracho, ni juega
Solo comer es su vicio
Pero anda mal del oficio
Ni para comer le da.
Cuatro tablas, dos petates
Un bacín roto de barro;
Cuatro cazuelas y un jarro
Son de su casa el ajuar.
Su mujer y sus hijuelos
Macilentos y hambriados
Con semblantes extraviados
Piden pan con triste voz.
Pan allí ni por asomo;
Hambre sí, disgustos mil
En aquel chiribitil,
A pasto y a discreción.
Llanto solo de miseria
Que goteando noche y día
Apagó dejando fría
La ceniza del hogar.
Por eso el trapero esconde
Entre sus manos la cara;
Maldice su suerte avara
Que le causa aquel dolor.
Y fijando en su consorte
Su penetrante mirada
Con voz grave y levantada
De esta manera le habló:
"Es preciso que ya cese
Esta situación terrible;
Vivir así no es posible,
Harto estoy de padecer.
Me ocurre feliz idea,
Que desde luego te explico;
Esta noche me hago rico
O perezco en la función.
Escucha y no me repliques
Mi suerte está decidida.
El porvenir de mi vida
Depende de esta ocasión.
Tú sabes que en esta tierra
Entre la gente de seso
Se cuenta cierto suceso
Que ha causado sensación.
Se dice, pues, que de noche
Al sonar las doce en punto
Sale a penar un difunto
Por las puertas del panteón.
Que las gentes que lo ven
Huyen a carrera abierta
Y todos cierran la puerta
Encomendándose a Dios.
Que por fin un desalmado
Se encaró ya con el muerto;
Mas de terror quedó yerto
Patitieso y sin hablar.
Esto lo aseguran todos
Y mi compadré José,
Me ha jurado por su fe
Que también al muerto vió.
Y me asegura que el muerto
Tiene la pata enterrada
Y busca gente templada
Con quien poderse arreglar.
Pues bien me siento con bríos
Para hablarle al mismo diablo,
A ese muerto yo le hablo
Aunque me muera después.
Mucho peor es morir de hambre
Que morir de puro miedo
Y si yo con vida quedo
Seremos ricos después."
"¡Por Dios! Apolonio" dijo
Su mujer muy afligida:
-No juegues así la vida
Deja a los muertos en paz.
"No mujer, no retrocedo,
Es una cosa resuelta;
Si pronto no doy la vuelta
Prepara mi funeral".
Dijo y con paso veloz
Pálido como un difunto,
Salió de su casa al punto,
Camino para el Panteón.
Envuelto en tinieblas yace,
De Sayula el caserío
Y un aspecto muy sombrío
Allí reina por doquier.
No se oye voz humana
Ni el más ligero ruido,
Solo lejos el aullido
Pavoroso de algún can.
Algún pájaro que cruza
En las tinieblas perdido
Lanza fúnebre graznido
Al ir de su nido en pos.
Y al extinguirse perdido
Que al corazón pone susto,
Canta el tecolote adusto
En el ruinoso torreón.
Negro toldo cubre el cielo,
Y al soplo del viento frío
Gimen los sauces del río
Con quejumbroso rumor.
Lúgubre la noche está
Y en su fondo pavoroso
Brota a veces luminoso
Un relámpago fugaz.
La silueta del trapero
Que a la aventura de Dios;
Va de la fortuna en pos
Hasta vencer o morir
Mas a medida que avanza
Su valor se debilita
...