El Arte De Conversar
Enviado por fido_123 • 27 de Agosto de 2011 • 2.855 Palabras (12 Páginas) • 926 Visitas
El arte de conversar
El lenguaje, sobre todas las otras diferencias, es lo que separa al hombre del resto de los animales. Sin él, la cultura, la historia –casi todo aquello que hace del hombre lo que es— serian imposibles. En la conversación cara a cara, sin embargo, el lenguaje se desarrolla en un marco de comunicación no verbal que es parte indispensable del mensaje. Esto debería resultar obvio; algunos científicos han llegado a afirmar que el lenguaje hablado sería imposible sin los elementos no verbales
Tal aseveración parece algo arriesgada en esta era de teléfonos y máquinas de enseñar. Evidentemente, se puede intercambiar información con otra persona sin verla; efectuar citas por teléfono, transmitir noticias y lograr muchos otros objetivos. Pero esta comunicación queda seriamente limitada. Una breve consideración sobre el papel que juegan los ingredientes no verbales en la conversación puede demostrarlo, y ayudará al lector a entender cómo se complementan los diferentes elementos de la comunicación
Toda relación cara a cara, con excepción tal vez de las más fugaces, tiende a buscar su propio equilibrio. Algunos puntos, como la posición relativa de cada uno de los interlocutores, el grado de intimidad que piensan lograr, el papel que jugará cada uno en la conversación y los temas que abordarán, se van determinando hasta llegar a un entendimiento mutuo y sobreentendido. Con frecuencia, la selección se realiza aun antes de que los individuos se encuentren, de manera que cuando lo hacen ya conocen sus respectivas posiciones: si un hombre se encuentra con su cuñado en la calle por lo general no será necesario renegociar esa relación. Una mujer no mantendrá el mismo tipo de conversación con el cartero que con su madre, y en cada caso la situación el papel que le corresponde a cada uno está bastante bien definida de antemano.
Sin embargo, a veces se llega a un nuevo equilibrio a través de sutiles negociaciones no verbales efectuadas durante los primeros segundos del encuentro. Dice Ray Birdwhistell que, en la mayoría de los casos, los primeros quince a cuarenta y cinco segundos son definitorios; es decir, representan una afirmación de una relación preexistente a una negociación. Un científico que examine estos primeros segundos de un encuentro podrá, a través de ese análisis, redecir la forma en que se relacionarán los participantes entre sí durante el resto del encuentro. Algunas veces se produce una especie de reajuste de la relación más adelante, pero no es muy corriente.
Uno de los puntos más importantes que se negocian en los primeros segundos de un encuentro es el de la posición relativa de cada uno. Los sociólogos enterados de qué es lo que hay que observar pueden a veces identificar fácilmente a la persona que ejercerá predominio en el grupo. El «individuo alfa» habla más a menudo. El resto de los presentes parece mirarlo más que a los demás, y sus gestos serán más vigorosos y animados. En negociaciones de predominio probablemente adoptará una actitud relajada, con la cabeza levantada y expresión seria; otros demostrarán sumisión bajando la cabeza y sonriendo con sonrisa nerviosa y apaciguante. «Alfa» también tratará de demostrar su predominio haciéndole bajar la mirada a otras personas; en general, tendrá más espacio ocular y probablemente su «burbuja» personal será mayor.
La forma más efectiva de afirmar el predominio es la no verbal. Esto ha sido demostrado por científicos mediante un experimento empleando video-tapes. Para comenzar, se filmó a un grupo de personas leyendo tres mensajes diferentes. El contenido del primero era autoritario, el segundo exculpatorio y el tercero neutro. También variaba sistemáticamente la manera de pronunciar los mensajes: el comportamiento no verbal era dominante, sumiso o neutro. Cuando se le pidió a un jurado que calificara cada una de las grabaciones según una escala de inferior a superior, de amistoso a hostil, se descubrió que en la manera de pronunciar el mensaje, la variable no verbal influía más en la calificación que el contenido verbal; más aún, cuando el mensaje se pronunciaba de la manera autoritaria, el contenido pasaba a ser casi irrelevante.
Al mismo tiempo que se negocia el predominio o simplemente se reafirma, se establece el nivel de intimidad mutuamente agradable. Este es afectado, por supuesto, por el status — no es probable que el botón sea amigo íntimo del vicepresidente de la empresa— y también por el hecho de que los interlocutores sientan o no una mutua simpatía. Las pautas de comportamiento que se utilizan para expresar o negociar la intimidad son las que emplea una persona para hacer saber a los demás si son de su agrado o no. Esto rara vez se hace verbalmente. Dos personas dan a entender que se gustan adoptando posturas iguales; colocándose una cerca de la otra; rozándose, o por el tono de voz. Algunas de éstas son maneras de indicar asimismo cuándo una persona está prestando atención. Lo que las transforma en afirmación de intimidad es el grado de intensidad y el contexto en que se dan. Con excepción de casos de romance apasionado, rara vez se emplea toda la gama de señales de intimidad al mismo tiempo.
Dos psicólogos ingleses, Michael Argyle y J. Dean, han sugerido que existe una especie de ecuación de intimidad, según la cual el nivel de intimidad es igual a la función de todas las pautas de comportamiento —proximidad, contacto visual, sonrisa, temas personales de conversación., etc. —tomadas en conjunto. Si se varía uno de los comportamientos, habrá que compensar con modificaciones de los otros para mantener el mismo nivel. Por ejemplo, si se requiere de dos personas, que no tienen un cierto grado de intimidad, que se sientan cómodas estando muy juntas de pie, por lo general deberá evitarse el contacto visual, y quizá también la sonrisa. Esta es una de las razones por las que no se puede aseverar que una determinada pauta de comportamiento tenga un significado único e invariable. El mero hecho de estar de pie uno junto a otro puede representar una cantidad de cosas y su significación podrá ser matizada o aun contradicha por otros comportamientos corporales. Para descifrarlo se deberá tomar toda la ecuación en su conjunto.
Las emociones también se transmiten o comparten en gran medida en forma no verbal. En los gestos y postura laxos de un individuo dejará entrever su abatimiento, de igual manera otro dejará traslucir su miedo a través de su cuerpo tenso. Teóricamente, el equilibrio emocional no es absolutamente necesario en una relación; sin embargo, la conversación se hace bastante difícil sin él. Trátese de imaginar un encuentro entre un individuo que sufre la pérdida de un ser querido y otro que acaba de ganar un premio a
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