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El Gen Egoista


Enviado por   •  29 de Julio de 2014  •  2.474 Palabras (10 Páginas)  •  280 Visitas

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El tema de El gen egoísta de Richard Dawkins es una teoría concreta aplicada al fenómeno de la evolución de los organismos. El autor considera el proceso en cuestión desde el punto de vista de los genes, lo que va en contra de las teorías de una parte considerable de la tradición científica que lo presentan como una selección de grupos o una selección individual. Dawkins afirma que los genes aparecieron como primeros organismos vivos en la Tierra y a partir de entonces se esforzaron, de manera “egoísta” y cada vez más compleja, para sobrevivir. Formaron las plantas y los animales que constituyen sus “máquinas de supervivencia” y los protegen de los posibles peligros. De esta manera, los genes tienen una influencia importante sobre el comportamiento de todos los organismos vivos.

La perspectiva sobre el tema tratado en El gen egoísta es evidentemente divulgativa lo que indica explícitamente el autor mismo en el Prefacio a la edición de 1976 donde afirma que intentó escribir su libro de la manera tan asequible que sea entendido por un “profano”. Igualmente, añade que su objetivo era escribir un libro atractivo y fascinante para el lector como si fuera un bestseller y lo expresa de la manera siguiente: “No sé hasta qué punto lo he logrado, ni tampoco el éxito obtenido en otra de mis ambiciones: tratar de que el presente libro sea tan entretenido y absorbente como merece su tema. Durante mucho tiempo he sentido que la biología debiera ser tan emocionante como una novela de misterio, ya que la biología es, exactamente, una novela de misterio.”

De hecho, Dawkins en su libro cumple muchos de los requisitos de la perspectiva divulgativa. Por lo general, el tratamiento del tema es claro y explícito. Para atraer la atención, a veces recurre a las actitudes militantes y se declara a favor o en contra de algunos fenómenos sociales. Veamos un fragmento del capítulo VII Planificación familiar donde el autor critica la idea del Estado benefactor y señala la importancia de la anticoncepción en la sociedad humana: “La anticoncepción es, en ocasiones, atacada como algo «artificial»«desnaturalizado». En efecto, es muy inhumana. El problema radica en que también lo es el Estado benefactor. Pienso que muchos de nosotros creemos que un Estado benefactor es altamente deseable. Pero no puede tenerse un Estado benefactor artificial o desnaturalizado a menos que también se cuente con un control de natalidad igualmente desnaturalizado, de otra forma el resultado final será una calamidad aún mayor que la que se alcanza en la naturaleza.”

Además, no evita recursos emotivos que son tan característicos de la divulgación científica. Muchas veces usa exclamaciones que obviamente quitan la neutralidad a su texto. Citemos algunas de ellas a título de ejemplo: “Dicho autor excluye, deliberadamente, a la progenie: ¡no cuentan como parientes!” (el capítulo VI Gen y parentesco ), “¡Incluso he escuchado a gente decir que ellos pensaban que la teoría de Hamilton se aplicaba solamente a los insectos gregarios!”. Otro recurso de carácter emotivo es la selección de ejemplos del comportamiento animal, a menudo, el autor escoge los que podrían chocar de cierta manera al lector y atraer su atención. Por ejemplo, en el capítulo VIII Batalla de las generaciones nos muestra la crueldad de un polluelo de golondrina introducido en el nido de una urraca. Una vez colocado en el nido, el polluelo arrojó fuera del nido un huevo de la urraca. Cuando los investigadores, que efectuaron el experimento, volvieron a poner el huevo en el nido, el polluelo de golondrina de nuevo lo echó fuera.

Otra característica de la perspectiva divulgativa es la presencia de elementos humorísticos en el texto. Dawkins, cuenta al lector muchas anécdotas y algunas tienen carácter evidentemente cómico. En el capítulo I ¿Por qué existe la gente? informa al lector que la hembra de la mantis religiosa durante la cópula devora la cabeza del macho y así consigue mejorar su “actuación sexual” dado que “en la cabeza del insecto es donde se encuentran localizados algunos centros nerviosos inhibitorios”. Luego, en la nota final nº 3, con puro humor negro, cuenta una anécdota relacionada con este comportamiento de la mantis religiosa. Según él, durante una conferencia un científico dijo que quería criar moscas frigáneas pero que no conseguía aparearlos. Uno de sus colegas, al oírlo, le contestó “como si hubiera pasado por alto lo más obvio: «¿No ha intentado cortarles la cabeza?»”

Otro aspecto de un texto divulgativo que cumple los requisitos de su género, es su título que tiene por objeto llamar la atención, sorprender al lector. El gen egoísta es, sin duda alguna, una combinación poco habitual. Hace pensar al lector en qué sentido se podría atribuir esta característica humana a un gen. En este caso el autor recurre a la antropomorfización. Igualmente, algunos de los títulos de los capítulos del libro tienen unos títulos bastante expresivos que o repiten el recurso aplicado en el título del libro, como, por ejemplo, El largo brazo del gen, o se refieren a comportamientos y fenómenos presentes en el mundo humano: Planificación familiar, La batalla de las generaciones, La batalla de los sexos, Tú rascas mi espalda, yo rascaré la tuya y Los buenos chicos acaban primero.

Además, Richard Dawkins tiene tendencia a usar estructuras cortas en su obra divulgativa. De esta manera los párrafos que separa en el texto, son más bien cortos ya que normalmente no ocupan más de media página. Igualmente, en el caso de las oraciones el autor tiende a la brevedad. Aunque aparezcan algunas un poco más largas, en gran mayoría, las frases no son excesivamente desarrolladas.

Otro aspecto que subraya el carácter eminentemente divulgativo de El gen egoísta es el hecho de que su autor evita en gran medida recursos que podrían contribuir al estilo impersonal. Podemos notarlo sobre todo en el uso reiterativo de la primera persona del singular: Dawkins se expresa en la mayoría de los casos como “yo”. En el capítulo I ¿Por qué existe la gente? Dawkins dice: “pienso que”, “mi planteamiento”, “deseo explicar”, “argumentaré que”. Otros ejemplos del uso de “yo” encontramos, por ejemplo en el capítulo III Las espirales inmortales: “Yo, sinceramente, voy a evadir el problema”, “espero haber dicho lo suficiente”, etc. La recurrencia del uso de esta forma gramatical indica que el autor evita de manera deliberada la impersonalidad característica del lenguaje científico. Dawkins intenta evitar cualquier recurso del hermetismo científico y por eso, opta por

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