El Guerrero Jaguar “Chami”

El Guerrero Jaguar “Chami”

Una noche helada del año 1500, durante el esplendor del imperio Azteca, era auspicio de la luna llena cuando nació el pequeño Chami, su madre murió al dar a luz y desde entonces su padre se encargó de su crianza. No era nada fácil, debido a que él era un guerrero jaguar, tenía que salir por semanas a las guerras floridas, por lo que Chami se quedaba con su tía Xóchitl y su abuelo Coyotl.

Xóchitl era una gran artesana que se encargaba de elaborar collares, vasijas y tinajas, mientras que su abuelo era un chamán que se especializaba en los tratamientos medicinales y espirituales de su aldea.

Al regresar su padre de las campañas, se dedicaba de tiempo completo a enseñarle el arte de la guerra, entrenamientos rigurosos y ortodoxos que abrumaban a Chami, pero poco a poco con el pasar de los años se fue transformando, músculos, fuerza y energía rodeaban su cuerpo robusto, que robaba la mirada de las aldeanas al verlo pasar.

Sin embargo, su abuelo le enseño el arte mística de la transformación para poder convertirse en un Nahual, cuando su vida o la de algún ser querido corriera peligro, Chami no podía convertirse ni siquiera en un pequeño gato. Por lo que, al enterarse su padre de esta situación, decidió mandarlo al Calmécac, con el fin de iniciar una adecuada formación militar.

Desde que inició las clases todos sus compañeros lo veían con envidia debido a su intimidante físico e imponente aura. En todos los ejercicios siempre sobresalía por su gran astucia y experiencia que había acumulado gracias de las enseñanzas de su padre.

Lamentablemente un año después, cerca de su aldea un grupo de enemigos liderados por el famoso guerrero tlaxcalteca “Tlahuicole”, masacró cruelmente a su tía y a su abuelo. Su padre lucho con gran valentía, pero al verse superado en número, también perdió la vida en el combate.

Al enterarse de lo sucedido, Chami acudió velozmente a su casa encontrándose con semejante desgracia. Siguió el rastro de los asesinos y al llegar la noche les dio alcance a las afueras de otra aldea, acabó eficazmente con varios soldados enemigos, pero al toparse con el asesino de su familia el guerrero Tlahuicole, no le fue del todo bien, golpes y cortadas rodeaban su cuerpo hasta que en un momento decisivo y lleno de coraje le cortó el cuello con su macuahuitl al poderoso Tlahuicole.

Este acontecimiento llegó a oídos del emperador Moctezuma, por lo que lo mandó a traer ante su presencia y lo elogió con un lujoso banquete en honor a la gran hazaña que había realizado, dándole sus condolencias por lo sucedió con su familia, Lo nombró su guardia personal y le ofreció el título de guerrero águila, pero inmediatamente Chami lo rechazó.

• ¿Cómo te atreves a rechazar tan noble honor?, exclamó el emperador muy disgustado. A lo que Chami explicó que no podía recibir ese nombramiento debido a que él desea ser un guerrero jaguar como lo fue su padre. Ya veo contestó Moctezuma, que así sea entonces.

        Chami estuvo al mando de la guardia personal del tlatoani, hasta que en noviembre de 1519 arribaron unos guerreros extraños y con ellos una mujer tan atractiva que robaba la mirada de todos a su alrededor. Montaban en criaturas que nunca habían visto, uno de ellos exclamó, mi nombre es “Antonio García” inmediatamente Chami desconfió e informó a su Emperador sobre sus sospechas y el peligro que representaban, pero éste lo ignoró.

        Posteriormente durante la tarde, Chami observó a lo lejos a aquella hermosa mujer de piel blanca, ojos azules y cabello rizado, quién resultó ser la hermana del extraño. Poco a poco se acercó a ella, hasta que al toparse frente a frente quedó anonadado por tan sublime e impresionante belleza. Él le preguntó su nombre a lo que ella le dijo, -me llamo ¡Quetzalli!, y ¿Cuál es su nombre?, -Chami un poco nervioso y titubeando le contestó, -mi nombre es “Chami”. -Después de compartir unas sonrisas, ambos quedaron mágicamente enamorados, como si estuvieran esperándose por siglos. Él sintió que su corazón vibraba de tanta alegría, había olvidado por unos segundos la tragedia que le habían sucedido a lo largo de su corta vida.

        Al otro día ambos salieron juntos a recorrer el lago de Xochimilco, Chami le mostró la ciudad, todas sus maravillas y riquezas con las que contaba su pueblo. Al ir caminando por una de las calles, Quetzalli tropezó y él la salvó de su caída, dándose un beso tan profundo y apasionado que sus almas se unieron; llegando la noche, chami escuchó gritar a su amada, a lo que acudió rápidamente para ver que sucedía, era una araña que la había asustado, mató al insecto y se rieron de lo sucedido, se quedó a acompañarla y durante el transcurso de la madrugada los dos amantes se entregaron en cuerpo y alma, jurándose amor eterno.

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