El Hogar de todos

El más dulce hogar

Había una vez un bosque muy hermoso ubicado en lo más profundo de la cordillera central a los pies de una verde montaña, su clima era tan variado como sus habitantes, los cuales vivían orgullosos de su hábitat.

Sin embargo, un mal día de marzo los animalitos comenzaron a notar que el clima había cambiado y que la temporada de lluvias se estaba demorando demasiado, padecían un calor insoportable y no había sombra de árboles tan grande para dar refugio a la sofocación que padecían; en sus cuevas los roedores no la pasaban mejor. Habían optado semanas atrás ir por turnos a una pequeña represa en el cauce del rio para refrescarse, pero veían con tristeza que cada vez bajaba menos agua y esta se secaba a un nivel jamás visto.

Esta preocupación de perder el agua incomodaba sobremanera a Beto el castor quien era heredero de una larga tradición maderera, pues sus ancestros habían construido la represa y su familia gozaba de enorme prestigio.

Cansado de ver empeorar la situación se propuso ir a investigar, preguntando al animal más sabio del bosque; el cual era un viejo búho de nombre Agustín, al llegar a su casa entre los árboles se dispuso a indagar las razones del intenso calor. Agustín con la calma y sabiduría que dan los años le explico brevemente lo que él consideraba que era causante del agobiante calor y la falta de agua. En su explicación Beto pudo notar que muchos árboles habían sido talados en los últimos años a un costado del boque y que nadie se había preocupado por volver a sembrarlos y asimilo su importancia en el ecosistema del bosque, Agustín le explico la gran variedad de árboles que ya no había o quedaban muy pocos, razón por la cual Beto reflexiono y pensó que para él, lo que solo era madera para el clima del bosque era indispensable, para otros significaba sombra y su hogar.

Decido emprender una campaña de reforestación para devolverle al bosque todo su esplendor, paso días planeando y pensando estrategias para lograr tal fin, llego a la conclusión de que, él solo no lo podía conseguir, por eso fue en busca de quien podía ser un gran apoyo, entonces salió de su casa con el fin de convencer a Pablo un mono lanudo líder de su familia, querido por todos los animales del bosque gracias a su carisma y sentido del humor.

Convencer a Pablo no fue fácil. porque él no creía que la situación fuese tan seria, pero al escuchar los argumentos de Beto, obtenidos de la charla con Agustín no pudo más que pensar en las terribles consecuencias que vendrían si no obraban con prontitud. Pablo sugirió que necesitaban hablar con todos los animales, formar equipos y ponerse manos a la obra, por eso necesitarían a la Guacamaya Fidelia y sus primas Magnolia y Magola todas reconocidas por sus habilidades comunicativas, a las cuales encontraron haciendo maletas para irse a peregrinar a un lugar más fresco. Nuevamente convencerlas de desistir de su viaje y colaborar no fue fácil, pero Pablo lo logro al apelar a su carisma y encanto, las guacamayas entraron al equipo aprovechando su más grande habilidad y fue así que salieron a informar a todo el bosque del plan de reforestación. Muchos desoyeron y no colaboraron incluso los macacos Mauro y José prometieron cazarlas si seguían haciendo ruido que interrumpía su siesta, sin embargo, su misión estaba cumplida, su mensaje llego a la zorra Adela quien era muy inteligente y al oso de anteojos Jesús quien era amigo de Antonio el gran cóndor de los Andes, al cual no veía hace mucho pues este vivía en lo alto de las montañas.

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