El Hombre Invisible
Enviado por acmbl • 18 de Noviembre de 2012 • 1.259 Palabras (6 Páginas) • 697 Visitas
Transcurrían los primeros días del helado febrero y un desconocido llego desde la estación Bramblehurst. Cargaba un pequeño maletín negro. Iba totalmente cubierto de los pies a la cabeza, y su sombrero escondía completamente su faz, dejando solamente ver la punta de su brillante nariz.
Al entrar en la posada Coach and Horses, el hombre, más muerto que vivo, dejo caer al piso su carga y pidió una habitación y fuego, sacudiéndose la nieve siguió a la señora Hall hasta la sala de la posada, se pusieron de acuerdo sobre los precios, el hombre dejo un par de libres para instalarse esa noche.
La señora encendió el fuego y salió de la habitación a preparar el almuerzo, de un cliente dispuesto a quedarse todo el invierno, la posadera estaba dispuesta a mostrarse agradecida por su buena suerte. Acomodó el mantel sobre la mesa, colocando los platos y los vasos muy elegantemente. La señora vio como la nieve derretida mojaba la alfombra y le pregunto al hombre si le permitía llevárselos para secarlos, pero no se los quiso quitar, entonces la señora noto que el hombre traía unas gafas azules con cristales laterales y por encima de su abrigo, espesas patillas que le cubrían rodo el rostro. Luego le dejo los cubiertos y el vino sobre la mesa y salió de la habitación. Cuando regreso sirvió el almuerzo y vio al hombre en el mismo sitio, coloco los huevos con jamón sobre la mesa y le aviso a su huésped que la cena estaba lista, el hombre agradeció sin moverse un solo centímetro hasta que la dama dejo la habitación cerrando la puerta tras de sí. Entonces giro sobre sus talones y se acerco a la mesa con cierta ansia.
Cuando la señora se acercaba a la cocina escucho el sonido de una cuchara batiéndose en un plato.
Llego a la cocina y le arrebato la cuchara y el plato a su ayudante Millie; mientras la regañaba por su retraso, empezó a batir la mostaza. Llenó un bello tarro con la mostaza preparada y lo coloco en una bandeja dorada.
Toco la puerta y la abrió. Al escuchar el ruido, el huésped se movió con tal velocidad, que la señora apenas pudo ver un objeto blanco que desaparecía detrás de la mesa. Dejo la mostaza y observo que el hombre se había despojado de su sombrero y su abrigo y le pregunto á su huésped si ya se los podía llevar, el respondió que solo dejara el sombrero.
Al voltear la señora vio que el hombre había levantado la cabeza y que la estaba mirando.
Lo contemplo sorprendida. Sostenía una tela blanca, se cubría con ella la parte inferior del rostro. La frente de su huésped que no alcanzaban a cubrir sus gafas estaba vendada, y otra cubría las orejas. Ni un centímetro de su cara era visible, a excepción de su fina nariz. Su cabellera era negra y salía por cualquier parte que la venda lo permitiera. La señora permaneció unos segundos quita y sorprendida.
El hombre repitió que dejara el sombrero y ella lo puso en la silla.
Hecho un último vistazo a la cabeza vendada y luego se marcho. Al cerrar la puerta, se recargó un momento sobre ella, estremecida; sin hacer el menor ruido fue hacia la cocina y empezó a suponer que el hombre había sufrido algún accidente, una operación o algo por el estilo.
Cuando la señora regreso a la habitación pata recoger el servicio, el ya estaba fumando una pipa sentado en un rincón, le dijo que tenía un equipaje en la estación y le pregunto la manera de traerlo a la posada. Ella le dio indicaciones, pero el hombre escucho que no podían traerlo hasta el día siguiente y pregunto si no lo podrían traer antes, pero
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