El Investigador

Durante toda la vida los humanos tenemos la capacidad de accionar, lo cual vamos desarrollando poco a poco mientras crecemos; conformar las facultades necesarias para operar en la vida diaria requiere energía, desde que nacemos, lloramos para que nos alimenten, cambien el pañal entre otras necesidades, esto ocurre mientras aprendemos nuevos movimientos, de esta manera nuestra capacidad de acción se amplía, para ello requerimos recibir el alimento necesario que nos aporte energía para que el cerebro funcione lo mejor posible, y así logre captar el entorno, no solo lo material o palpable, también para discernir lo que sienten las personar.

Los primeros años de un humano son de mucho aprendizaje, pero esto puede no ocurrir de una manera satisfactoria; si no tenemos energía nuestra capacidad de acción se ve limitada. Esto ocurre principalmente por que la energía la obtenemos de una buena alimentación, al no tener las necesidades fisiológicas satisfechas difícilmente el niño se concentrara en aprender, pues no tendrá la voluntad, así como las demás facultades; el amor, la inteligencia, los sentidos y el apetito sensible, aunque este último en menor medida al ser un poco más espontaneo.

El niño sano que nace y se desarrolla en una familia cuya dieta alimenticia es la adecuada, el niño se concentrara en adquirir todos los conocimientos, las cualidades (valores y virtudes), habilidades y competencias, para poder operar.

Son muchas las personas que actúan sin usar antes la razón, la cual incluye todas las potencias o facultades con las que debe operar una persona. Existen dos vertientes que pueden explicar porqué ocurre esto.

1º Esa persona cuando fue niño no desarrollo sus facultades satisfactoriamente, quizá por que no había quien se lo enseñara, pues las personar que se encargaban de él no le dedicaban el tiempo necesario.

2º La persona cuando fue niño no tenía la energía necesaria para desarrollar su capacidad de acción y al ser joven o adulto, no ha adquirido los conocimientos, para desarrollar las habilidades cognitivas y las competencias metodológicas. La conciencia y la libertad también son afectadas.

En los casos las potencias aprehensivas de la persona se ven truncadas y opera en base a las potencias tendenciales, como se mencionó, el apetito sensible es el menos afectado pues en este caso el ser humano tiende a la realidad conforme a su sensibilidad y los sentidos.

Pensemos ahora en un niño como un investigador, si bien, es cierto que el amor los mueve a ambo y los puede impulsar a hacer grandes cosas, pero cuando no tienen la energía necesaria, tampoco tendrán una buena capacidad de acción, pues lo que constituye el acto voluntario, inteligencia y voluntad, no operan de manera adecuada y casi cualquier acto se queda en la intención sin llegar a la ejecución.

Es importante que cuando una persona opera en la búsqueda de respuestas,

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