El Macario

MACARIO

Bruno Traven

Macario era un campesino muy pobre pero honesto, que vivía en su casa junto con su esposa y sus once hijos. Macario se dedicaba a cortar leña desde el amanecer hasta el anochecer, y su carga la vendía por muy poco dinero, que alcanzaba muy poco. Eran tan pobre que la cena era siempre la misma y además en poca cantidad: frijoles, chile verde, tortillas, sal y té de limón. Sus hijos esperaban a que comiera poco para que les dejara algo de comida. Después de cada comida Macario comentaba su mayor deseo: tener un pavo para él solo.

Macario era buen esposo así que su esposa, conocida como “La mujer de los ojos tristes”, era muy abnegada y estaba agradecida con su esposo. Así que durante un tiempo se dedicó a lavar ropa ajena y con sus ganancias le compró a Macario un pavo, el cual preparó con todo amor toda la noche y al despertarse Macario, se lo dio para que se lo llevara al bosque.

Así que Macario tomo el pavo, agradeciendo a su esposa solo con la mirada; se fue al bosque y sentó bajo un árbol listo para comer.

Cuando estaba por partir el pavo apareció un charro, que al ver el pavo de Macario le pidió un pedazo pero Macario se negó, entonces el charro le ofreció algunas partes de su traje de charro que eran de oro, pero Macario se negó y el charro al no poderlo convencer se fue.

Nuevamente estaba listo para comer cuando apareció un viejito que parecía campesino pero muy limpio. El viejito le pidió un pedazo de pavo pero Macario se negó pues si le daba un pedazo ya no tendría el pavo. El viejito se fue no sin antes bendecirlo.

Otra vez cuando Macario iba a comenzar a comer apareció una persona con sandalias y túnica, en su cara no había carnes, era solo huesos. El visitante le pidió a Macario una parte del pavo y este por fin cedió y le dio la mitad.

Así que Macario compartió la comida con su invitado y platicaron de algunos temas como su cronometro y reloj de arena. Después el visitante le comentó que sabía que Macario había tenido dos visitas antes y Macario le contestó que si y que sabían que el primero era el diablo y el segundo Dios y reconoce que su invitado es la muerte.

La muerte le pregunta por qué a él si le invitó la mitad del pavo y Macario le contó que si no lo hubiera invitado, él no hubiera podido comer el pavo, pues la muerte iba por él, que mientras la muerta estuviera comiendo, él también.

La muerte se alegró con el ingenio de Macario y lo recompensó dándole un agua cristalina que pone en su huaje. Le explica que esta agua lo convertirá en un médico famoso curando enfermedades que ni los médicos famosos lograban.

La muerte le explicó que una sola gota de agua sirve para curar a un enfermo, siempre y cuando la muerte este en los pies de la cama pero si en la cabecera , el enfermo debe morir. Además le dice que una vez que haya comenzado a curar gente irán más y

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