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El Perfume


Enviado por   •  23 de Mayo de 2013  •  4.957 Palabras (20 Páginas)  •  296 Visitas

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PARTE I

Capítulo 1: En el siglo XVIII, en París se encontraba, entre la Rue aux Fers y la Rue de la Ferronneire, el Cimetière des Innocents. Este cementerio se hundió, y fue cerrado y abandonado a causa de los olores. Una vez hecho esto, se erigió un mercado de víveres. Fue allí donde el 17 de julio de 1738, nació Jean-Baptiste Grenouille. La madre de Grenouille empezó a tener los dolores del parto y se escondió debajo del mostrador, parió allí como hizo cuatro veces anteriores. A causa del hedor y del agobiante calor que hacía se desvaneció debajo de la mesa y rodó hasta el arroyo donde se quedó quieta con el cuchillo en la mano. La gente asustada llamó a la policía y cuando se despertó le preguntaron que le había pasado, qué iba a hacer con el cuchillo y porque llevaba sangre en sus refajos. Ella no dijo nada, pero inesperadamente, el bebé que yacía debajo de la mesa entre las tripas y cabezas de pescado, comenzó a gritar y todo el mundo se dio cuenta. Entonces a ella se le acusó de infanticidio y la decapitaron. A Grenouille, lo cambiaban cada dos por tres de nodriza, ya que ninguna quería conservarlo mucho tiempo. Se deshicieron de él en el convento Saint-Merri de la Rue Saint-Martin, y se lo entregaron a una nodriza llamada Jeanne Bussie.

Capítulo 2: Después de varias semanas, Jeanne Bussie, le llevó a Grenouille al convento de Saint-Merri, y le abrió el padre Terrier. Estuvieron discutiendo sobre el pequeño Grenouille. La nodriza no quería darle el pecho más y el padre Terrier estaba intentando convencerla, aunque los intentos quedaron en vano, ya que ella no quería porque comía mucho y porque no olía a nada. Después de una larga discusión sobre quién se quedaba con el pequeño, hasta que al fin acordaron que iría de vuelta al convento de Saint Merri.

Capítulo 3: El padre Terrier era un hombre culto, había estudiado desde teología, había leído a los filósofos y había profundizado en la botánica y la alquimia. Cogió al niño en brazos y los acunó, le llamaba chiquirrinin, se pensó por un momento que era de su sangre y que estaba casado. Le olió el pelo y no olía a nada, pero se pensó que los bebés bien aseados y nutridos no olían a nada. Cuando se despertó Grenouille, parpadeaba muchísimo, aunque parecía que casi no veía, aunque si que levantó la nariz y husmeó a el padre Terrier. El padre se sintó tan sucio por la forma en la que le olió que se le olvidó por completo la idea que había tenido hacía unos momentos: que ese bebé fuera de su propia sangre y poderlo cuidar y alimentar él mismo. Por ese motivo quería deshacerse de Grenouille como fuera, conocía a muchas nodrizas y muchos orfanatos, pero todos estaban demasiado cerca, y no quería que le pasara otra vez como le pasó con Jeanne Bussie. Lo llevó al convento de la Madeleine de Trenelle, de una tal madame Gaillard, que aceptaba niños de cualquier edad y condición. Ésta lo aceptó y el padre le pagó un año por adelantado. Volvió a la ciudad y ya no supo nada más de él.

Capítulo 4: Madame Gaillard estaba ahorrando para poder morir en su casa y no como su marido que murió en el Hotel Dieu. De pequeña recibió un golpe de su padre un poco encima de la nariz y perdió su sentido del olfato por completo; por eso no echó de casa a Grenouille, ya que cualquiera lo hubiera echado. Grenouille es como una garrapata; esta espera hasta que tiene la oportunidad de aferrarse a un animal y vivir de él y su sangre. Los demás niños no querían estar con él, les intuía algo raro, distinto. Lo quisieron matar poniéndole en la cara trapos, pajas y dos ladrillos. A mañana siguiente lo encontró Gaillard azulado y magullado, pero no muerto. Los niños lo intentaron más veces pero no dieron resultado, hasta que dejaron de intentarlo y solamente lo esquivaban, no querían estar con él. Le tenían miedo.

Capítulo 5: Grenouille no era muy alto, ni robusto y feo. A los tres años se puso de pie y su primera palabra fue “pescado” a los cuatro años, que fue un eco de un vendedor de pescado. Sus siguientes palabras fueron: pelargonio, establo de cabras, berza y Jacqueslorreur. Sólo decía nombres para mencionar algo concreto cuando le llamaba la atención por su olfato. Pronunciar palabras que no podía oler, que eran abstractas, le resultaban muy difíciles de pronunciar, todo lo contrario le pasaba con los objetos concretos, que se podían oler. Tenía recordados en su mente más de cien mil aromas, y no se le olvidaban nunca, si guiaba por el olor, no se tropezaba con nada, no tenía miedo a nada. Fue un año a la escuela pero sólo aprendió a deletrear y escribir su nombre. Gaillard se dio cuenta de sus dones y por su bien decidió deshacerse de él. Lo llevó a un curtidor llamado Grimal.

Capítulo 6: Se dio cuenta de que a la mínima que protestara o hiciera algo mal le castigarían cruelmente o lo matarían. Entonces trabajó tanto como le pedía Grimal. Al cabo de un tiempo cogió una enfermedad llamada ántrax maligno. Grimal ya le estaba buscando un sustituto cuando superó la enfermedad. Mejoraron sus condiciones de vida, mejoró la comida, se pudo hacer una cama y hasta le daban un tiempo determinado para hacer lo que quisiera.

Capítulo 7: En los barrios Saint-Jacques-de-la-Bucherie y Saint Eustache eran jauja. Las casas estaban muy pegadas unas de otras y era difícil reconocer los olores para todo el mundo menos para Grenouille. Iba por las calles reteniendo los olores y lo que él quería era encontrar nuevos aromas, que no había olido nunca. El olor que más le gustaba era el del mar, y quería ir allí algún día y olerlo. Lo que el quería era recoger todos los olores que hay en el mundo y recogerlos en su memoria.

Capítulo 8: El 1 de septiembre de 1753, fue el aniversario de la ascensión al trono al rey en Port Royal de París con fuegos artificiales. Grenouille asistió para captar algo nuevo pero no olía nada, hasta que descubrió una nueva fragancia jamás olida. La siguió y le llevó a una casa, y apareció un umbral que conducía a un patio interior. La fragancia provenía de una muchacha de 13 ó 14 años, se acercó para poder oler esa fragancia con detenimiento hasta tal punto de asfixiarla. , la olfatea hasta marchitarla, ya que nunca había olido algo así. En aquel momento se dio cuenta de que para lo que él estaba en el mundo era para ser perfumista.

Capítulo 9: Paris era una ciudad en la que la componían 12 perfumistas uno de ellos era Guissepe Baldini, perfumista que en su tiempo había sido uno de los mejores, pero ahora había perdido el sentido del olfato. La tienda del perfumista Baldini, en la calle más pomposa de la ciudad, donde tenía toda clase de objetos de valor.

Capítulo 10: Baldini, un perfumista que ahora no estaba en su mejor momento, entró en su tienda y subió directo a su despacho

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