El Riesgo De Ser Diferente

El riesgo de ser diferente

Parece natural pensar que todos los seres humanos somos diferentes, sin embargo algunas veces esas diferencias pueden ocasionar rechazos. ¿Pero cuáles son los motivos para rechazar a otros? ¿Qué mecanismos se activan cuando alguien no se comporta de la manera esperada? ¿Por qué la sociedad excluye a todo aquél que se presente como un riesgo para el orden establecido? El comportamiento original muchas veces es tomado como peligroso ya que el ser humano desconfía de todo lo que no conoce, porque le causa inseguridad. Los protagonistas de El caballero inexistente de Italo Calvino y de El Extranjero de Albert Camus son prisioneros de estos ojos al contexto social que vigilan que todos los hombres se comporten de acuerdo a las convenciones, sin embargo prefieren la libertad de vivir de acuerdo a sus creencias a pesar de las consecuencias que ello puede ocasionarles.

Las diferencias de los personajes del Caballero inexistente, Agilulfo, y Meursault, ante la sociedad en que los autores los ponen a prueba son las siguientes: Agilulfo tiene una diferencia esencial ya que es un caballero que “no es”, sin embargo se comporta como un hombre obsesivo y trata en toda oportunidad de ser perfecto o de perfeccionar todo aquello que se cruza en su camino. No porque le importen los demás si no porque su espíritu no está tranquilo si es que puede lustrar más su armadura, o mejorar su ejército o tender mejor una cama . Considera que un buen caballero debe hacer todo a la perfección. Los que lo rodean se sienten incómodos y ofendidos ya que siempre les destacan sus errores, o corrigen sus inexactitudes. En muchas ocasiones la figura del caballero no es bienvenida debido a estas razones. Sin embargo, Agilulfo, es una amante ideal, lo cual las mujeres sienten admiración por él, incluyéndola a Bradamante.

En cuanto a Meursault tiene algunas personas que lo aprecian pero son marginales como él: un vecino viejo y sarnoso, llamado Salamano, con un perro, que es lo único que posee, María, su novia, y un vecino, Raimundo, quien es definido como un hombre violento y proxeneta. El orden social va a ser su gran enemigo en un juicio en donde cada detalle de su conducta será considerado un indicio de su falta de alma, o de bondad o sensibilidad y jamás será apreciado como una diferencia en su forma de ver la vida. Meursault es diferente ya que le gusta disfrutar de sus sentidos y goza de pequeños placeres como bañarse en el mar, estar con María u observar a la gente por el balcón. Desprecia las costumbres sociales y cuando las acepta, como por ejemplo cuando no desea enojar a su patrón lo hace por rutina. Se involucra en problemas al evaluar que ciertos asuntos, a los que cualquier ser humano les tendría miedo o al menos dudaría en involucrarse, le resultan indiferentes y dice lo que él cree. En definitiva, las diferencias que ambos personajes presentan no parecen importantes y tal vez inofensivas, sin embargo lo distinto es castigado porque el contexto no permite que exista nada que pueda causar un peligro, ni algo que moleste demasiado.

El existencialismo guía la vida de Meursault a través de su comportamiento indiferente pero lleno de autenticidad. Este personaje se permite vivir de acuerdo a lo que reflexiona sobre la vida, tiene una conciencia diferente a los demás, sobre lo auténtico, por ejemplo considera que algo pequeño, como un cabello de María, es más auténtico que todo lo que le dice el sacerdote que quiere convencerlo de que crea en Dios. Sin embargo, el ser tan distinto a otros causa entre la gente que lo rodea- y que sobre todo no lo entiende - una sensación de perplejidad, un miedo, un sabor extraño, y nadie sabe cómo tratarlo. Hasta su propio abogado se extraña con sus declaraciones y en alguna ocasión le hace prometer que no dirá ciertos asuntos, que para Meursault son la mera

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