El Valor De Educar
Enviado por guadalupemar • 4 de Noviembre de 2013 • 474 Palabras (2 Páginas) • 262 Visitas
El aprendizaje humano
En alguna parte dice Graham Greene que «ser humano es también un deber». Se
refería probablemente a esos atributos como la compasión por el prójimo, la solidaridad
o la benevolencia hacia los demás que suelen considerarse rasgos propios de las
personas «muy humanas», es decir aquellas que han saboreado «la leche de la humana
ternura», según la hermosa expresión shakespeariana. Es un deber moral, entiende
Greene, llegar a ser humano de tal modo. Y si es un deber cabe inferir que no se trata de
algo fatal o necesario (no diríamos que morir es un «deber», puesto que a todos
irremediablemente nos ocurre): habrá pues quien ni siquiera intente ser humano o quien
lo intente y no lo logre, junto a los que triunfen en ese noble empeño. Es curioso este
uso del adjetivo «humano», que convierte en objetivo lo que diríamos que es inevitable
punto de partida. Nacemos humanos pero eso no basta: tenemos también que llegar a
Serlo. ¡Y se da por supuesto que podemos fracasar en el intento o rechazar la ocasión
misma de intentarlo! Recordemos que Píndaro, el gran poeta griego, recomendó
enigmáticamente: «Llega a ser el que eres.»
Desde luego, en la cita de Graham Greene y en el uso común valorativo de la
palabra se emplea «humano» como una especie de ideal y no sencillamente como la
denominación específica de una clase de mamíferos parientes de los gorilas y los
chimpancés. Pero hay una importante verdad antropológica insinuada en ese empleo de
la voz «humano»: los humanos nacemos siéndolo ya pero no lo somos del todo hasta
después. Aunque no concedamos a la noción de «humano» ninguna especial relevancia
moral, aunque aceptemos que también la cruel lady Macbeth era humana —pese a serle
extraña o repugnante la leche de la humana amabilidad— y que son humanos y hasta
demasiado humanos los tiranos, los asesinos, los violadores brutales y los torturadores
de niños... sigue siendo cierto que la humanidad plena no es simplemente algo
biológico, una determinación genéticamente programada como la que hace alcachofas a
las alcachofas y pulpos a los pulpos. Los demás seres vivos nacen ya siendo lo que
definitivamente son, lo que irremediablemente van a ser pase lo que pase, mientras que
de los humanos lo más que parece prudente decir es que nacemos para la humanidad.
Nuestra humanidad biológica necesita una confirmación posterior, algo así como un
segundo nacimiento en el que por medio de nuestro propio esfuerzo y de la relación con
otros humanos se confirme definitivamente el primero. Hay que nacer para humano,
pero sólo llegamos plenamente a serlo cuando los demás nos contagian
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