El matadero: Las bocas del poder. Hambre de libertad
Enviado por Noelia Ruiz • 10 de Febrero de 2021 • Ensayo • 1.905 Palabras (8 Páginas) • 316 Visitas
Ruiz Reyes Noelia
El matadero: Las bocas del poder. Hambre de libertad
Hoy me siento fuertemente propulsado,
al lanzar un noble grito libertario,
voy tomando este camino proletario,
que ni dios, ni amo, ni verdugo ha enseñado.
Voguelfrei
Introducción
El poder siempre ha sido un impedimento para conseguir la libertad de un pueblo, la sociedad debe resistirse a un sistema decadente, si no, morir de hambre y perder la dignidad humana es lo que queda. La intención de este trabajo es mostrar la búsqueda de libertad en el cuento El matadero de Esteban Echeverría, también señalar como realiza diversos juegos textuales, en especial: la ironía. La forma en que realiza una crítica a un gobierno deficiente. La búsqueda de una nación sin hambre, sin miedo a morir en manos de un Restaurador.
Liderazgo Rosista
En El matadero se notan interesantes los nombres asignados a los personajes, claro que son pocos a quienes se les llama de una forma explícita, pero el que me interesa mencionar primeramente es al “muy católico Restaurador”[1], porque él en especial representa a un hombre, que era por completo un político aprovechado por el poder que tenía. Juan Manuel de Rosas, en pocas palabras un villano, “hombre de religión”. Para acercarnos contextualmente tomaré un fragmento de su biografía, tal que no es tan clara como quisiera, pero en enmarca lo que deseo mostrar de él con relación al cuento:
Rosas llevó a cabo una administración provincial ordenada. Recortó los gastos, aumentó los impuestos, superando lentamente el déficit fiscal heredado, y reanudó las relaciones con la Santa Sede, suspendidas desde 1810.
Fue el sector terrateniente el que sustentó el liderazgo rosista. La estructura social durante este período estuvo basada en la tierra. La gran estancia era la que confería status y poder.
Acompañaban a Rosas en el poder los grupos dominantes porteños que no estaban dispuestos a compartir las rentas de la aduana con el resto de las provincias.
El restaurador les garantizaba el orden y la disciplina social necesarios para desarrollar sus actividades económicas.[2]
Puede notarse en esta biografía que, en ciertos aspectos se le alaba, pero la verdad, muestra su deficiencia como gobernante, un ente político egoísta y tirano, que sólo deseaba obtener fortunas en la tierra y el paraíso, especialmente en Buenos Aires.
La gente moría de hambre y, literalmente, moría, no sólo fue el hambre la que terminó con las vidas de tantos indios, sino una campaña, dirigida por Rosas. Una campaña que, tan sólo con iniciar, se llevó 3200 vidas de indios y 1200 prisioneros, era clara la preferencia por los cautivos blancos.[3] Ya mencionaré más adelante el racismo que se expone en el cuento.
Sancionó la Ley de Aduanas, lo que en un inicio virtuó los mercadeos de las provincias, aunque al poco tiempo ocasionó un gran problema económico, político y social. Franceses cerraron el puerto de Buenos Aires durante dos años.
Durante el bloqueo se reanudó la guerra civil. Lavalle, con el apoyo francés, invadió Entre Ríos y Santa Fe pero fracasó en su intento de tomar Buenos Aires por carecer de los apoyos necesarios y debió marchar hacia el Norte.
En octubre de 1840, finalmente por tratado Mackau – Arana, Francia pone fin al bloqueo. El gobierno de Buenos Aires se comprometió a indemnizar a los ciudadanos franceses, les otorgó los mismos derechos que a los ingleses y decretó una amnistía.
Concluido el conflicto con Francia, Rosas limitó la navegación de los ríos Paraná y Uruguay. Bloqueó el puerto de Montevideo y ayudó a Oribe a invadir el Uruguay y a sitiar la capital en 1843.
Estas actitudes de Rosas afectaron los intereses de los comerciantes y financistas extranjeros.
En 1845, el puerto de Buenos Aires fue bloqueado nuevamente, esta vez por una flota anglo-francesa.[4]
En breve, esto ocasionó para varios un conflicto para sostenerse económicamente y para la mayoría, el obtener comida digna era de lo más costoso o incluso imposible de obtener.
Hambre de libertad
Los pobres niños y enfermos se alimentaban con huevos y gallinas, y los gringos y herejotes bramaban por el beef-steak y el asado. La abstinencia de carne era general en el pueblo, que nunca se hizo más digno de la bendición de la iglesia, y así fue como llovieron sobre él millones y millones de indulgencias plenarias. Las gallinas se pusieron a 6 $ y los huevos a 4 reales y el pescado carísimo. No hubo en aquellos días cuaresmales promiscuaciones ni excesos de gula; pero en cambio se fueron derechito al cielo innumerables ánimas y acontecieron cosas que parecen soñadas.[5]
Mencionaba anteriormente que los costos de la comida en Argentina habían elevado cuantitativamente, lo que, para la sociedad argentina, impedía que obtuvieran los alimentos esenciales por un largo tiempo.
A través de El matadero el pueblo grita, denuncia que tiene hambre y quiere libertad. No cabe duda de que Echeverría realizó un manifiesto a través de esta narración maravillosa, en especial su artificio impecable, la ironía.
A su vez, las acciones en El matadero dan cuenta del racismo en ese entonces, mientras más oscuro fuera el color de piel, más se encontraban dentro de los marginados, como salvajes, “los sucios”, comparándoseles con animales, ellos también, más bien en especial ellos necesitaban libertad, en todos los sentidos. En todo sentido, tenían hambre excesiva:
A sus espaldas se rebullían caracoleando y siguiendo los movimientos una comparsa de muchachos, de negras y mulatas achuradoras, cuya fealdad trasuntaba las harpías de la fábula, y entremezclados con ella algunos enormes mastines, olfateaban, gruñían o se daban de tarascones por la presa.[6]
Los unitarios, más que una simple imagen de rebeldía, o de herejes, son más bien personajes de lucha, es fundamental recordar aquí que siempre las revoluciones y cambios positivos para un pueblo necesitan de total rebeldía, volcar el sistema, transgredirlo para así al fin obtener un poco de libertad. El cuento no sólo rebela el estado de un gobierno decadente, sino un mundo colonizado (América) que ha tenido que dividirse para encontrar libertad, esto porque, siempre hubo una parte de la sociedad que veía la unión a España (tanto en costumbres, religión, política etc.), como lo más natural, algo que hasta nuestros días no hemos separado por completo. Por otro lado surgen los que les quema la piel, los que no se conforman y siempre les queda hambre de libertad.
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