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Enseñar A Leer.


Enviado por   •  23 de Septiembre de 2013  •  1.648 Palabras (7 Páginas)  •  254 Visitas

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Consejos para ayudar a los niños a aprender a leer (si es que quieren aprender)

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Tengo un hijo de 5 años que está a punto de cumplir 6, que sabe leer desde hace más de un año, siendo el primero de la clase en hacerlo. Mucha gente nos pregunta cómo lo hemos hecho, incluso la profesora cuando un buen día se acercó a nosotros y nos dijo “¡sabe leer!”. No supimos qué responder porque pensábamos que todos los niños de la clase leían más o menos como él, pero al decirnos esto nos dimos cuenta de que no, era el único y además ella estaba impresionada.

La respuesta es muy simple: mi hijo aprendió a leer porque quería aprender a leer. Se fijaba en las letras, observaba cómo leíamos, preguntaba por ellas y preguntaba “qué pone aquí” y cosas similares. Viendo su interés decidimos ayudarle a aprender y, entre hoy y mañana, os daré diez consejos para ayudar a vuestro hijo a aprender a leer, si es de los que os pide aprender.

Hubo gente que al verle leer con 4 años (estaba cerca de cumplir cinco) nos recriminó el haberle enseñado tan pronto porque hay quien dice que “es tan malo que aprendan tarde como que aprendan pronto”. La frase no está mal, porque no es bueno forzar a los niños a que aprendan a leer si no están motivados para ello, pero si los niños preguntan, si tienen curiosidad y te piden que les eches una mano, lo contraproducente es no respetar su curiosidad y no responder a sus inquietudes (a no ser que queramos que dejen de ser curiosos y que dejen de preguntar para aprender).

Con esto quiero decir que si mi segundo hijo, Aran, que tiene ahora 3 años cumplidos ayer mismo, no nos pregunta por las letras ni nos dice “qué pone aquí”, aprenderá a leer cuando le enseñen en clase y con los cuentos que leemos en casa, porque papá y mamá no van a forzar nada (aunque sí seguiremos algunos de los consejos que os ofrezco, porque son inherentes a nuestra forma de ver la lectura).

La importancia de saber leer

Saber leer es una de las cosas más agradables que existen, porque gracias a que sabemos leer entendemos la mayoría de nuestro entorno (hay letras, rótulos, frases, instrucciones y palabras por todas partes), porque así podemos leer libros y al hacerlo adquirir vocabulario y conocimientos, descubrir nuevos mundos, personajes e historias que podemos saborear poco a poco y cuya magnitud es mucho mayor que la de una película, que en menos de dos horas concluye.

Fijaos si es importante la lectura que en Finlandia, el país que mejores resultados académicos ha venido mostrando en los últimos años en el informe PISA, los niños no empiezan a leer hasta los 7 años. Dicho así suena un contrasentido, pues lo lógico parece ser que cuanto antes aprendan a leer mejor para los niños, pues antes descubrirán el placer de la lectura, sin embargo lo hacen por un motivo evidente: quieren que los niños aprendan a leer cuando de verdad quieran leer y no cuando los mayores queramos que lean, a riesgo de que lo hagan demasiado pronto, no estén motivados para ello, les parezca aburrido y acaben detestando las letras, las palabras y en definitiva el mágico mundo de la lectura.

Se ha observado que los niños que más tiempo dedican a la lectura son los niños que mejor comprensión lectora tienen y también los que acaban captando conceptos de manera más rápida, hecho que acaba por verse reflejado en los resultados académicos. Es decir, los niños que leen más son los niños que de media acaban sacando mejores notas.

Repito, mi intención con esta entrada no es hacer que los padres consigan que sus hijos lean con 3 años, ni con 4 ni con 5, sino ofrecer consejos y pautas para aquellos padres con hijos que les preguntan y tienen curiosidad por aprender a leer, viéndose ellos en la duda de qué hacer, pues lo enseñado en clase no satisface su curiosidad.

1. El mejor ejemplo está en casa

Está claro que el primer consejo tiene que ser este: el ejemplo. Nosotros los padres somos sus máximos referentes y las personas en que más se fijan. Si nosotros no cogemos un libro, si apenas tenemos en casa y si no nos ven leer es más difícil que ellos quieran leer, porque les sonará raro que insistamos en que lean cuando nosotros no lo hacemos. Es más, los niños muchas veces llegan a la conclusión de que si insistimos demasiado en algo es que muy divertido no es (nadie les insiste en que vean la televisión, por ejemplo).

2. Que tengan libros, claro

Siempre recordaré a la madre de una niña de casi dos años que me preguntó una vez si ya era buen momento para comprarle cuentos a su hija. Me quedé sorprendido, descolocado, desconcertado… “¿Dos años y aún no tiene cuentos ni libros? ¿Nadie se ha sentado con ella para leerle un cuento?”, pensé. Evidentemente le respondí que sí, que por supuesto era un buen momento para contarle cuentos y

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