ENSAYO “ENSEÑAR A LEER PARA VIVIR”

ENSAYO “ENSEÑAR A LEER PARA VIVIR”

FONS ESTEVE, M. Leer y escribir para vivir. Alfabetización inicial y uso real de la lengua escrita en el aula, Barcelona, Graó.

“Hacer leer, como se come, todos los días, hasta que la lectura sea, como el mirar, un ejercicio natural, pero gozoso siempre. El hábito no se adquiere si él no promete y cumple placer” (Mistral, 1935). 

LA LECTURA COMO ACTIVIDAD SOCIOCULTURAL
“HACIA UNA SOCIEDAD LECTORA”

MARCO TEÓRICO

Se concibe la lectura como una práctica sociocultural, y él es objetivo centrarse en los aprendices que conviven con adultos donde usen frecuentemente la lectura dentro de su entorno familiar, académico y social. Sin embargo, el factor tiempo, limita la presencia para el apoyo, motivación y fomento de la lectura en nuestros niños.

Para ello, se hace alusión a un extracto de M. Fons donde plantea el proceso de participación a la cultura letrada hacia niños y niñas, como una manera efectiva de formar buenos lectores y escritores. “Será del todo necesario que los aprendices convivan con adultos que usen frecuentemente la lectura”. (Fons, 2004)

En resumen, lo que plantea Fons sobre la lectura y escritura, se divide en cuatro factores fundamentales: Procesos cognitivos, aprendizaje constructivista, aspectos emocionales y actividad sociocultural.

Este último factor es uno de los más importantes, ya que es aquí donde se inicia el proceso de formación para una sociedad mejor letrada, y un mayor saber acerca de qué tanto influyen los adultos en fomentar la lectura.

INTRODUCCIÓN

Referirse a la lectura como objeto central de la educación, exige hacerlo desde la dimensión social del aprendizaje, el cual tiene sus raíces en el seno familiar, donde en la interacción con los demás se construyen los primeros conocimientos acerca de sí mismo y del mundo en general.

Tanto el contexto familiar como el escolar, son el eje fundamental de la educación inicial para la interacción que los niños tienen por vez primera con el mundo de la alfabetización. Para ello, es fundamental la presencia de adultos en casa para fomentar la lectura, y poder guiar sus puntos de referencia, debido a que por la falta de conocimientos grafémicos son muy limitados.

La influencia de la familia será decisiva para formar lectores competentes que desarrollen la práctica de la lectura durante toda su vida y no solo durante la etapa escolar. Los libros desarrollan la imaginación, estimulan la curiosidad, refuerzan lazos afectivos, enriquecen el lenguaje, nos vinculan con una comunidad cultural, y además de todo ello, permiten al niño/a disfrutar y divertirse.

Los adultos tenemos la obligación de fomentar la lectura con el objetivo de incidir en el incremento de los índices de lectura en niños y jóvenes. El ejemplo es importante, los padres somos modelos para nuestros hijos, con una buena actitud y motivación, podemos lograr que los hijos/as aprendan a amar la lectura y a incluirla dentro de sus actividades preferidas de ocio.

Según los antecedentes recabados, Chile es un país donde menos se lee en casa, comparado con países vecinos como: Brasil, Perú y México. Este índice trae por consiguiente varios factores que debemos tomar en cuenta, sin embargo la mayor dificultad es el tiempo que le dedicamos en casa para la lectura. No obstante, el índice que dice no leer por falta de tiempo es bajo comparado con países como Brasil y Colombia, pero que realizan esta práctica solo por razones académicas, laborales e informarse, a lo que está lejano de la lectura por gusto o placer.

Dada lo desfavorable de la posición que nos encontramos, abordaremos y enfocaremos nuestro análisis en cómo podemos satisfacer las necesidades de promoción lectora en el hogar, y así poder optimizar el recurso más valorado, como lo es el tiempo.

DESARROLLO

Desarrollando el marco teórico, no todo es malo en relación a la lectura en forma, sin embargo, donde estamos en deuda es en el fondo y para qué leemos. Por eso no extraña que los datos ubiquen a nuestro país como el lugar donde menos se lee en casa, y más en las salas de clases y trabajos. Sólo un 56% de los chilenos dice leer en su hogar, contra el 93% de los brasileños y el 80% de los peruanos. Al contrario, un 55% de los chilenos lee en clases, contra 47% de mexicanos y el 33% de los brasileños. De hecho, el estudio de la U. de Chile y el Consejo de Cultura que usó la Unesco para este informe, dice que el 35% de los lectores chilenos lee por razones académicas, un 26% para informarse y un 12% para perfeccionarse laboralmente. En último lugar está el mero gusto, 7%.
¿Falta de tiempo?, Al consultar cuáles son los principales motivos por los cuáles no leen, un 28% de los chilenos dice que es por falta de tiempo. Una cifra baja, al compararla con el 53% de los brasileños o el 43% de los colombianos que entrega ese argumento. En gran medida, la mayoría se queja de que no tiene tiempo para leer. Incluso muchos buenos lectores en la universidad, dejan de serlo cuando salen a una vida laboral activa, dicen que no tienen tiempo.

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