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Epilepsia Y Ecolalia


Enviado por   •  11 de Julio de 2015  •  3.089 Palabras (13 Páginas)  •  316 Visitas

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N.

Afasia

Síntomas

Diagnóstico

Tratamiento

La Epilepsia

La epilepsia es una de las enfermedades neurológicas crónicas más importantes y prevalentes, provocada por uno o varios trastornos que predisponen al cerebro para generar convulsiones recurrentes, que tiene consecuencias no sólo neurobiológicas, sino también cognitivas y psicológicas.

La literatura acerca de la epilepsia ha estado, históricamente, plagada de errores que han alimentado su leyenda negra y han motivado que los pacientes epilépticos sufran un injustificado estigma social en sus relaciones sociales y laborales, lo que en muchos casos genera a paciente, además, problemas de ánimo o incluso ansiedad.

Para considerar que una persona padece epilepsia como enfermedad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Liga Internacional contra la Epilepsia (ILAE) exigen la repetición crónica de crisis epilépticas.

La epilepsia es el tercer trastorno neurológico más frecuente después de los ictus (accidentes vasculares cerebrales) y las demencias, y se calcula que afecta al 0,5-1,5% de la población. Sólo en España existen más de 400.000 afectados, según las estimaciones de la Federación Española de Epilepsia (FEDE), y la OMS calcula que podría afectar a 50 millones de personas, de las cuales tres cuartas partes no reciben el tratamiento necesario.

La mayoría de los casos ocurren en niños menores de 10 años y en personas mayores de 65. Son más frecuentes en países subdesarrollados y entre las clases socio-económicas desfavorecidas.

Existen dos grandes grupos de crisis epilépticas: las crisis epilépticas focales (o parciales) y las crisis epilépticas generalizadas.

Antes de una crisis

-Síntomas prodrómicos: son sensaciones inespecíficas como cambios de humor, irritabilidad, alteraciones del sueño, del apetito o del comportamiento, desde horas o días antes de las crisis, sobre todo convulsivas.

-Aura epiléptica: es la sensación inmediatamente previa a la crisis. Se aplica a las sensaciones epigástricas o psíquicas como miedo, angustia, malestar indefinible o nerviosismo.

Crisis epilépticas generalizadas :

Son aquellas cuyo primer síntoma apreciable depende de la lesión de ambos hemisferios cerebrales. La pérdida de la consciencia ocurre desde el primer momento del ataque y las manifestaciones motoras afectan a las cuatro extremidades.

Crisis generalizadas convulsivas

Crisis tónico-clónicas o “gran mal”

La fase tónica se inicia con la contracción de los músculos en flexión o en extensión. Dura de 10 a 30 segundos. La respiración se interrumpe. El enfermo puede emitir un grito agudo por el espasmo de la laringe y tiene la mandíbula apretada. La fase clónica comienza con sacudidas muy breves y poco amplias, que progresivamente se hacen más amplias, violentas y espaciadas, sincronizadas y simétricas en las cuatro extremidades. Dura alrededor de 1 minuto. El enfermo suda y babea. La respiración es entrecortada. Puede haber taquicardia y subida de la tensión arterial. Es frecuente que el enfermo se lastime al caer y se orine. Puede morderse la lengua. Al despertar de la crisis, el paciente está confuso y no recuerda lo sucedido, tiene dolor de cabeza y dolor muscular. Puede estar cansado y dormir varias horas.

Crisis tónicas

Producen un espasmo muscular prolongado. La contracción muscular se incrementa y se extiende progresivamente por el tronco y las extremidades. Es frecuente que al inicio de la crisis el paciente tenga los ojos y la boca abiertos y emita ruido. Los brazos se doblan y las piernas y el tronco se extienden. Estas crisis son muy breves, de menos de 1 minuto, y a menudo provocan la caída del paciente.

Crisis mioclónicas

Son sacudidas musculares breves, como un choque eléctrico. Aparecen espontáneamente o provocadas por estímulos sensitivos o sensoriales (haces de luz intermitente), y facilitadas por la fatiga, el estrés, el alcohol o la falta de sueño.

Crisis atónicas

Se produce una pérdida del tono postural, es decir, los músculos “pierden su fuerza”. Provocan la caída del paciente. Pueden durar desde unos segundos a varios minutos.

Crisis generalizadas no convulsivas

Ausencias típicas o “pequeño mal”

Se manifiestan por una pérdida brusca de consciencia sin pérdida del tono postural. El comienzo y fin de la crisis es brusco. La mayoría dura menos de diez segundos. La crisis se manifiesta como una desconexión del paciente con su entorno. El enfermo interrumpe la actividad que estaba realizando en ese momento y mantiene la vista fija, el rostro inexpresivo, y los párpados entornados. Cuando recupera la consciencia reanuda la actividad interrumpida y la mayoría de las veces no recuerda lo sucedido. Pueden ser frecuentes al despertar o ser facilitadas por la fatiga, el sueño y la fotoestimulación intermitente. Son sensibles a la hiperventilación (respirar muy rápido).

Ausencias atípicas

Se caracterizan por la pérdida brusca de la consciencia. El comienzo es más gradual y son más prolongadas. El enfermo puede sufrir una inconsciencia parcial y deambular durante las crisis. Suelen ir acompañadas de trastornos del aprendizaje o bajo nivel intelectual.

Crisis epilépticas focales

Son aquellas en las que la descarga se origina en un área relativamente limitada de la corteza cerebral y durante la cual el paciente experimenta una combinación de síntomas y signos motores, sensitivos, sensoriales, psíquicos y vegetativos, de los cuales es parcial o totalmente consciente.

Síntomas y signos vegetativos: incluyen cambios de color en la piel (palidez o enrojecimiento), aumento de la presión arterial, taquicardia o bradicardia, piloerección, dilatación de la pupila… A veces son graves, e incluso mortales, porque producen síncopes, parada respiratoria, anoxia (falta de oxígeno) y edema pulmonar (líquido en el pulmón).

Síntomas sensitivos: pueden ser elementales, como hormigueos, quemazón, dolor y otras sensaciones desagradables; o más elaborados.

Síntomas visuales simples: consisten en alucinaciones en forma de luces o colores. También pueden ser ilusiones o alucinaciones más complejas.

Síntomas y signos motores: ocurren en un segmento corporal determinado y no en todo el cuerpo. Suelen ser conductas repetitivas.

Alteraciones del lenguaje: en algunos casos se puede detener el lenguaje o la vocalización. En otros casos, el paciente repite frases sin sentido, o

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